Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Messi (i), Neymar (c) y Luis Súarez celebran un gol.
La fiesta azulgrana continúa
Fase de grupos

La fiesta azulgrana continúa

El Barça humilla a la Roma tras otra gran exhibición

cristian reino

Martes, 24 de noviembre 2015, 09:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La vida le sonríe al Barça. Tres días después de tocar la gloria bendita (Luis Enrique 'dixit') en el Bernábeu, los azulgrana volvieron a destapar el frasco de las esencias, en este caso en Champions, y tras golear, más bien humillar, a la Roma, sellaron el pase a los octavos como primeros de grupo.

Los blaugranas necesitaban un punto y fueron a por los tres desde el pitido inicial. Para qué especular si el equipo está de dulce y le sale todo. Pared que busca, pared que le sale, igual que las triangulaciones, los cambios de orientación y las definiciones individuales.

Los azulgrana van sobrados de confianza. No obstante, en el mes de noviembre, sorprende ver a un equipo como el catalán, que se juega las habichuelas a partir de marzo, tan fino. La explicación puede estar en el Mundialito y que por ello Luis Enrique haya buscado un primer pico de forma tan tempranero. Todo puede ser. Pero la temporada es muy larga.

El caso es que el choque lo tenía todo. La euforia aún fresca del clásico en Chamartín, un adversario italiano, que siempre le pone glamur, Messi regresaba al once, el tridente se juntaba de nuevo dos meses después y por tanto era una buen ocasión para celebrar el buen momento por todo lo alto. ¿Cómo? Continuando la jugada donde la habían dejado cuando Messi cayó lesionado.

Cualquiera lo diría, pero el equipo de Luis Enrique ha experimentado un cambio espectacular en las ocho semanas de ausencia del argentino. Luis Suárez y Neymar se han entendido a la perfección, se han hecho casi uña y carne y el equipo ha crecido a su alrededor. Messi ya reapereció en el coliseo blanco, aunque estuvo pocos minutos en el terreno, y contra los romanos se le vio que está totalmente recuperado. No solo porque hiciera dos goles, sino porque se movió a sus anchas y por ejemplo, en el 63', se permitió el lujo de pegarse un carrerón para cortar un avance del rival, cuando ya ganaban 5-0. Derroche de energía, que denotaba que el 10 de Rosario ha vuelto con ganas. Tanto, que jugó los 90 minutos.

Salida en tromba

Y con ganas saltó el Barça que en 10 minutos ya tuvo cuatro ocasiones claras de gol. La Roma adelantaba la defensa y los hombres de Luis Enrique sorprendían con rupturas desde la segunda línea o con balones verticales desde la medular. Así llegó el primero, antes del primer cuarto de hora. Neymar, casi desde el centro del campo, lanzó sobre la internada de Alves en el extremo, el brasileño hizo el pase de la muerte y Suárez solo, sin portero, marcó el primero. A los genios, la inspiración les cogió trabajando y, poco después, sin que los romanos tuvieran tiempo de reaccionar, Neymar, Suárez y Messi firmaron una triangulación espectacular al primer toque, que debería enseñarse en las escuelas de niños como primera lección de cómo se juega a fútbol. Un escándalo de gol, el primero de Messi y el argentino que empezaba a olvidar su larga ausencia.

Los dos goles templaron una pizca el juego del Barça, que a partir de ahí se tornó menos vertical y algo más espeso. Pero Suárez no entiende de juego especulativo y cuando el partido estaba a punto de concluir en su primer acto, agarró un voleón que perforó la escuadra de Szczesny. Primera parte y ya se podía decir que colorín colorado, hasta los octavos de final.

Sin embargo, aún quedaban 45 minutos. Y aunque en un primer momento dio la sensación de que unos y otros se dejaban llevar, al festival azulgrana aún le quedaban unas cuantas guindas. La primera la de Piqué, que se resarció del gol que no pudo hacer en el Bernábeu; también la de Messi, que se llevó para casa un doblete en el día de su reaparición; y hasta la de Adriano. El brasileño se aprovechó de que Neymar falló una pena máxima (lo paró el meta), para coger el rechace y fusilar al arquero romano.

Ter Stegen se unió a la fiesta atajando un penalti lanzado por Dzeko. El bosnio, al menos, pudo desquitarse y en el 92' hizo de cabeza el de la honrilla. Este Barça asusta. Aunque quizá es demasiado pronto. Que se lo digan al Madrid del año pasado, que en enero ganó el Mundialito y parecía imparable.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios