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El Santa Teresa agacha la cabeza
fútbol femenino

El Santa Teresa agacha la cabeza

Las pacenses dan su peor imagen de la temporada ante el Rayo Vallecano, pero siguen en puestos de Copa de la Reina

ALBERTO GARCÍA

Lunes, 13 de marzo 2017, 07:44

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En el peor momento posible apareció el peor Santa Teresa. El más gris. Romo en ataque, sin construcción y sin contundencia atrás. Y el más deprimido. Después del primer gol del Rayo Vallecano, el equipo agachó la cabeza, y lo que es peor, no dio sensación alguna de que podría dar la vuelta a un marcador al que todavía le quedaba más de 70 minutos por recorrer. Ni cuando Antúnez puso sobre el césped artificial a cuatro delanteras el Santa Teresa creó peligro. El Rayo hizo lo justo por y para ganar. Emi sólo tuvo trabajo para sacar el balón de las redes en los dos goles. Antes y después, desierto. Más o menos como Ana Vallés, que sólo se inquietó con un gol fantasma de Chica que Abraham Domínguez se encargó de anular por una mano previa de Mireya. Una decisión que pudo cambiar el discurrir del partido, pero que quedó para la columna del debe de los árbitros y el Santa Teresa.

Ayer era el día de rentabilizar la victoria ante el Barça y los buenos minutos en Lezama de hace dos semanas. Era el momento de ver en acción a Hälinen y Ria Öling y de calibrar las posibilidades reales de llegar a la Copa de la Reina al final de temporada. El Rayo Vallecano está un pequeño escalón por encima, pero El Vivero debería compensar las diferencias. No pudo ser. Entre otras cosas porque Hälinen estuvo muy sola arriba durante gran parte del encuentro. No la llegaban balones y aunque su presión sobre las centrales madrileñas alguna vez provocó errores, ella sola no podía hacerlo todo. El centro del campo tampoco creó demasiado juego. Marta Rubio sí cumplió con su labor destructora, pero de ahí tampoco llegan goles. Si a eso le sumas las imprecisiones en defensa, pocas conclusiones se pueden sacar. Ninguna buena.

Lo dijo Antúnez ante las cámaras. «Ahora lo que toca es recuperar cuanto antes al equipo». Y no hablaba de problemas físicos. Estefa tampoco se mordió la lengua al final del partido. «Estoy decepcionada conmigo misma», dijo, echando sobre su espalda una culpa que no era sólo suya. «El partido se puso difícil muy pronto y no supimos reaccionar. Agachamos la cabeza muy pronto», asumió.

Fuera como fuese, el partido de ayer no tuvo un dominador. Si acaso cuando el Santa Teresa acusó el golpe del primer gol y pareció perdido. Las primeras ocasiones fueron de las locales, primero en un saque de esquina, y después un centro de Estefa hacia Hälinen, que la finlandesa cabeceó por encima de Ana Vallés. El Rayo respondió a balón parado, y Chica volvió a forzar un córner en el 11.

En el 18 llegó el primer tanto del encuentro tras un fallo defensivo, en el que Sheila remató a portería tras un rechace de Vania para hacer el 0-1.

Aturdido, el Santa Teresa tardó en reaccionar, pero el Rayo no aprovechó el momento, y llegó el descanso, un balón de oxígeno para las extremeñas.

En la reanudación Chica tendría una de las ocasiones más claras del partido, cuando en el 54 remató dentro del área superando a la guardameta y la defensa despejaba bajo palos, un balón que pudo haber sobrepasado la línea de gol. Pero la jugada ya estaba anulada por una mano de Mireya.

Debutó Ria Öling en el 58, pero sólo tuvo cuatro minutos para disfrutar. En el 62, Natalia regateó a Emi dentro del área y cruzó el balón como sólo ella sabe.

Después, un posible penalti a Chica y alguna contra para el Rayo que aprovechaba que las locales se volcaron al ataque, pero ninguna ocasión clara ni mucho menos goles.

El domingo, el Santa Teresa visita al Oiartzun. En San Sebastián tocará recuperar lo perdido ayer. Las vascas luchan por salvarse, son décimo terceras con 14 puntos, con sólo dos de ventaja sobre el descenso que marca el Espanyol. El sábado perdieron 0-5 con el Athletic de Bilbao y necesitan los puntos. En el partido de ida consiguieron un empate a dos en El Vivero, y el Santa Teresa todavía no sabe lo que es ganar al Oiartzun. Un mal compañero de viaje para olvidar al Rayo Vallecano.

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