Diocesano y La Cruz Villanovense 'mojan' en sus desplazamientos

Trival-La Cruz

No fue una victoria, pero por fin La Cruz Villanovense pudo poner fin a la nefasta racha de resultados en la que se encontraba inmerso. El equipo extremeño dio carpetazo a una serie de ocho derrotas consecutivas que le había relegado al último puesto de la tabla. El empate ante el Trival Valderas (2-2) no soluciona todos los males, pero permite iniciar la segunda vuelta con optimismo.

Jaime adelantó a La Cruz en el minuto 22 tras un zapatazo casi desde el medio del campo que entró como un obús (0-1). Sin embargo, dos minutos después empató el Trival Valderas por mediación de Javi Díaz tras un saque de esquina.

El equipo madrileño completó la remontada al filo del descanso, cuando Nando arrebató el balón a Cepi y lo mandó a la escuadra (2-1).

La Cruz Villanovense no bajó los brazos y salió convencido de obtener un resultado positivo. En el minuto 56 obtuvo recompensa, tras una recuperación y una asistencia de Rodrigo que Fale definió perfectamente (2-2).

Los de Cano no se conformaron con la igualada y buscaron los tres puntos. A punto estuvieron de hacerse con ellos, pero a Rodrigo y Fale les faltó la puntería necesaria para anotar el tercero.

Fútbol Peña-Dioce

El Diocesano sigue mostrando una excelente imagen fuera de casa. A pesar de esta temporada se le está resistiendo los campos de Pinilla, sus grandes prestaciones a domicilio le valen para mantenerse fuera de los puestos de descenso. Ahora, con tres puntos de ventajas.

La verdad es que el 0-0 no disgustó ni al Fútbol Peña de León ni al Diocesano. El equipo leonés, un bloque muy bien armado, transita sin problemas en la parte media-alta gracias a su intensidad y a su solvencia defensiva. Era de esperar, por tanto, que las ocasiones de gol brillaran por su ausencia.

Por destacar alguna, un par de ellas en la primera mitad. En el minuto 21, un remate de cabeza de Viñuela que puso a prueba al meta local; y en el 40, un mano a mano de Manu ante Mario que solventó bien el portero cacereño.

En la segunda mitad, más de lo mismo. Ambos equipos cerraron líneas y confiaron toda su pegada en acciones a balón pegada o errores de la defensa contraria. Finalmente no se produjeron y el 0-0 se hizo inevitable.