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Alberto, Carmelo, Pedro, Iván Cuéllar, Panea, Dani, Lolino y Manuel paseando por el barrio de La Antigua. :: J. M. ROMERO
El Pichu, los suyos y unas cervezas

El Pichu, los suyos y unas cervezas

Ha sido el futbolista extremeño que más minutos ha disputado este último curso en Primera, salvando al Sporting del descenso

FERNANDO GALLEGO

Domingo, 5 de junio 2016, 11:19

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Iván Cuéllar Sacristán (Mérida, 1984), el Pichu incluso desde antes de que encendiera el interruptor de su memoria, es fruto del alquitrán cuarteado de las calles de María Auxiliadora y, por supuesto, de su pista roja. Allí comenzó a fraguarse con los amigos de su hermano José Mari, todos ellos cuatro años mayor que él. Aunque su destino tiene rincón y nombre propio: su padre José Luis, ex portero de Mérida e Imperio, no paraba los domingos de Casa Campo de chutarle entre dos piedras mientras su madre Mariví cabeceaba porque no paraba de llamarles a comer... y ni caso.

Veintitantos años después de aquello, Iván Cuéllar ha cerrado el curso como el futbolista extremeño que más minutos ha disputado esta temporada en Primera División, siendo guía y responsable de un objetivo, la salvación del Sporting, que bien vale la viabilidad de un club histórico. Así que lo prometido fue deuda: apalabró que si se salvaban invitaba a todos sus amigos a cenar... y el viernes noche lo celebraron todos juntos.

Iván solo baja dos semanas al año, y en esos catorce días asigna gran parte del tiempo a quedar con aquellos con los que creció. El pasado miércoles se reunieron todos ellos en el Bar La Encina, el de Sergio Cano, uno más de la pandilla. Entre risas y carcajadas irreproducibles, la conversación fue algo así.

-¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos juntos?

-Dani: Yo tengo una imagen nítida. Iván sentado encima de una pelota descorchada, con un chándal azul y su melenita rubia, al lado del bar Cheni. Me dijo mi hermana: 'Ese será tu compañero de clase el año que viene'. Y desde entonces. Es el primer recuerdo que tengo de mi vida.

-Panea: Yo lo recuerdo cuando ya él jugaba en el Mérida y yo en La Antigua.

-Iván: Cuando el Mérida debuta en Primera con el Betis, los de aquel alevín jugamos al 'Goligol' antes del partido. Pues este (señala a su derecha, a Alberto) era el árbitro.

-Lolino: Él tenía una camiseta propia del equipo benjamín del María Auxiliadora, donde jugaba su hermano mayor.

-Iván: Ellos tenían 8 ó 9 años y yo 5, así que jugaba a veces con ficha falsa. He jugado un montón de veces con ellos. Me pegaban bien y, sin embargo, aguantaba.

-Manuel: Cuando jugaba con nosotros nunca se quería poner de portero.

-Iván: Es que estaba cansado de ser portero en el Mérida. A mí, con mis amigos, me apetecía jugar de jugador, para disfrutar. Yo era portero porque me lo había inculcado mi padre, pero no me llamaba la atención. Al principio no me divertía bajo los palos.

-Dani: Yo recuerdo haberme pegado con él en el recreo muchas veces. Era el que más destacaba, y en esas edades estaban muy presente los celos y la envidia...

-Manuel: Él era muy pequeño para ser portero. En realidad, da el estirón cuando llega del Real Madrid, con 13 ó 14 años.

-Iván: En el Real Madrid, siendo portero, yo era uno de los más bajitos. Crecí tarde. Mis compañeros llegaron antes a la pubertad que yo.

-¿Cómo es la vida de uno cuando se marcha tan pronto de casa?

-Dani: Para mí fue un palo. En aquella época no era normal que un compañero de clase se fuera a vivir fuera él solo. Fue muy raro. Te alegras por él, pero perdías a un amigo.

-Iván: Después de esa experiencia personal, yo te digo que es muy pronto para irse a jugar fuera. Tenía once años y necesitaba de mi familia, de mis amigos, de mi entorno. Yo, si el día de mañana tengo un hijo y le pasa lo mismo que a mí, no le dejaría ir.

-Panea: ¿Pero aquello no te reforzó para ser como eres ahora?

-Iván: A mí me reforzó.. pero como experiencia negativa. De lo bueno, normalmente, no te acuerdas. Solo te acuerdas de lo malo. Lloré mucho al principio, y vosotros lo sabéis. Me acordaba de mis padres todos los días, los necesitaba. Y no había tanta facilidad de comunicación como ahora. De hecho, cuando regresé a Mérida, con 14 años, estaba desubicado. La gente hablaba: 'por qué ha vuelto, le han echado, no vale, qué habrá hecho'. y eso también es duro en ese primer momento.

-Sergio Cano: Por eso ahora las canteras se llevan a los niños de 14 años para arriba, porque lo saben, se han dado cuenta.

-Manuel: Nosotros lo veíamos muy poco entonces, cuando se marchó. ¡Una vez lo vimos en 'Sorpresa, sorpresa', con Buyo, que era su entrenador!

-Panea: Yo también recuerdo el día que vino a decirnos que se iba al Atleti, ya con 18 años.

-Iván: Por entonces también me quería el Valencia, pero valoré otras cosas por encima del dinero: sabía que iba a hacer la pretemporada con el Segunda B, estaba más cerca de casa, otros compañeros tuvieron malas experiencias en el Valencia... Y, además, Madrid lo tenía ya ubicado.

-Pedro: Y desde entonces, la relación ha sido siempre igual... pero porque él se ha encargado de que sea así. Podría haber llegado a la élite y haberse comportado de otra manera, como han hecho otros, y no. Funcionamos así por él.

-Iván: Siempre me han tratado igual que a cualquiera de ellos. No me valoran como el que está ahí, en la tele, jugando en Primera.

-Pedro: Si lo tenemos que insultar por el wasap, lo insultamos igual.

-Manuel: El trato es como si fuera un amigo que está trabajando en otra ciudad. Y mira que, gracias a él, hemos estado de fiesta con Raúl Bravo, Gabi, Antonio López, con el Pipi Estrada, la Nuria Bermúdez.

-Iván: Ellos están todo el día juntos y no lo valoran tanto como yo, porque es su día a día. Pero para mí, que bajo dos veces al año, lo que más valoro es eso: pasar un rato tomando algo o cenando y ser como ha sido siempre.

-¿Cuándo os dais cuenta de que puede llegar?

-Dani: Yo estaba convencido, aunque volvió con 14 años, de que iba a llegar. Sabía que iba a vivir de esto.

-Panea: Yo no me di cuenta hasta que nos fuimos a su debut en el Calderón y, cuando lo esperábamos en el parking, empezaron a pasar por mi lado Fernando Torres, Jorge Larena. '¡Ostias, que este es futbolista!', me dije entonces.

-Manuel: Cuando más nos impactaba es cuando lo acompañabas al entrenamiento y, al salir, tenías que pararte un montón de tiempo a firmar autógrafos. Yo me preguntaba '¡pero qué hace este tipo firmando, si es el Pichu!'

-Iván: La primera vez que fueron a verme de entrenar venían de Benidorm, de pasar allí un fin de semana. Ellos recién acababan de terminar el curso y yo ya estaba preparando la Intertoto con el Atleti (¡ay, aquellas épocas del club!'). Yo sabía que iban a venir. Y de pronto, mientras hacemos carrera continua, empiezo a escuchar voces inconexas, zarandeando las vallas que rodeaban el campo del Cerro del Espino...

-Manuel: Insultando al Sergi Barjuan...

-Dani: ¡Qué catetos éramos!

-Iván: Y yo: 'Cabrones, que estamos entrenando puteados, calmaos, tened sensibilidad'. Y seguían y seguían. Y cuando terminamos un rondo, se me acerca García Calvo y me suelta: '¿Qué? Son tus amigos, ¿verdad'. Y yo: 'Sí tío, perdonad, que vienen de la playa y vienen bebidos'. 'Ya me parecía a mi', me dijo, 'los sacas de la aldea...'. Lo dijo en plan cariñoso porque le caí en gracia. Desde ahí, García Calvo se convirtió en mi hermano mayor, me cuidaba muchísimo en el primer equipo.

-Panea: Dábamos vueltas alrededor del campo, que estaba lleno de pinchos y pasto. ¡Qué catetos...!

-¿Habladme del 0-6 del Barça?

-Alberto: Ya se lo he dicho muchas veces, que por su culpa se fue Fernando Torres.

-Iván: Estaban mis padres en casa esa noche y no dormí. Yo no tenía que comparecer al día siguiente y le pedí al jefe de prensa que si lo podía hacer, porque todos los medios me señalaban...

-Panea: Antes de aquel partido, me acuerdo que había portadas del Marca que lo ponían como el Casillas del Atleti, titulares que le subían... y luego, el día después, era todo lo contrario. Para mí ese partido fue de una impotencia total.

-Lolino: Es que en aquella época venía de ganar con la selección sub-23 los Juegos del Mediterráneo.

-Iván: Fue un punto de inflexión. Aprendes a valorar las cosas cuando las pierdes. Sinceramente, a toro pasado, me vino muy bien. Me ayudó más en lo personal que en lo profesional. Ahí me di cuenta de cómo funciona el mundo del fútbol, los intereses que hay, cómo se mueve todo... Todos vemos fútbol pero muy pocos lo entienden. Tu conoces el potencial de la prensa a nivel nacional y local en Madrid: cuando se tiene poder, en este caso el de los consejeros de los clubes, cuando se quiere desviar la atención, es fácil para ellos. Siempre hay contactos directos en ciertos periódicos, filtran información, dicen lo que tienen que hacer, hoy por mí y mañana por tí...

-Manuel: A partir de ese día, pasó de futura estrella a empezar de nuevo. Y se convirtió, no en una estrella, pero sí en un muy buen portero.

Lolino: Fue juzgado por un partido. ¡Por un solo partido!

-Iván: Me sirvió para crecer. Gozaba de cosas añadidas que venían con el escudo, sin habérmelo ganado. Siendo tan joven no te das cuenta de eso. Así que me fui al Eibar y me vino fenomenal.

-Pedro: Era como si ya no valiese... Y en Eibar, un recién ascendido a Segunda A, se sale y al año siguiente lo quiere el Sporting, que recién acababa de ascender a Primera.

-Iván: A mí me costó ir al Eibar. porque era un salto grande hacia abajo. Vengo de jugar con la selección, de siete partidos en Primera con el Atleti y resulta que no me quiere nadie por ese 0-6 del Barça. Es un shock. Pero también te digo ahora que el Eibar me vino de perlas.

-Panea: Por teléfono le dije entonces que era un paso atrás para dar dos hacia adelante.

-Iván: De hecho, mis compañeros del Eibar se sorprendieron al verme llegar. Entrenábamos en un anexo a Ipurúa muy chiquitito de césped artificial, y recuerdo lo que me dijo Jon Altuna, un compañero: 'tú no sabes donde has venido'. Ahí ves la cruda realidad de que no es tan bonito el fútbol como lo pintan.

-¿Qué les cuenta a sus amigos de cómo le tratan en Gijón?

-Carmelo: Una vez, en el bar de mi primo, le preguntamos a un padre y a su hijo pequeño, que llevaba la camiseta del Sporting, que qué hacían en Mérida y nos dijo el padre que habían bajado para ver la ciudad del Pichu Cuéllar, que el niño se lo conocía todo de él. Allí no puede andar por la calle.

Panea: Sales por la noche de cenar de cualquier lado y, en cuanto le reconocen, ya tenemos un montón de gente encima. Y tú no te lo explicas, te asustas. En serio.

-Lolino: Una vez nos llevó a los Picos de Europa, y subiendo nos paró la Guardia Civil. Nos hicieron bajarnos, nos cachearon... y entonces se acercó uno de ellos a su coche, que estaba por delante parado, esperándonos, le reconoció y un Guardia Civil le dio una voz al otro para que nos dejasen pasar. '¡Que son amigos del Pichu Cuéllar!', le gritó. Y luego fueron a saludarlo y a echarse fotos con él.

Panea: Una vez un niño le confundió con Villa.

-Iván: Yo con los niños me vierto. Firmo, me hago fotos. lo que llevo algo mal es cuando la gente mayor te para, cuando la cosa va mal, y te exige. Allí el fútbol se vive muchísimo. Pero estoy muy a gusto con todos. Estos dos años han sido los mejores que he podido vivir a nivel deportivo, después de lo mal que lo pasamos el año pasado tras tanto tiempo sin cobrar.

-Manuel: ¿Qué futbolista te ha impresionado más?

-Iván: Zidane. Bailaba en el campo.

-Manuel: ¿Y el Bicho?

-Iván: Me ha decepcionado. Los que teóricamente tienen que dar ejemplo... no lo dan.

-¿Y de entrenadores? Luis Aragonés, Manolo Preciado, Abelardo y...

-Iván: El Cholo. Lo tuve como compañero y admiro el carácter que le da al equipo. También me quedo con César Ferrando, que me hizo debutar en Primera. Y por supuesto Luis (Aragonés). Fue el que me hizo entrenar con el primer equipo. 'Usted va a venir a entrenar con nosotros' me decía cuando bajábamos de las casetas al campo. 'Y cualquier cosa que necesite, se dirige a mí, y yo le ayudo. Y usted es el indicado, porque yo he hablado con Toni Muñoz. Cualquier problema, cualquier duda, usted se dirige a mí. Y estése tranquilo, y diviértase'. Yo flipaba cuando me hablaba así.

-Hace unos años, en una entrevista, me reconoció que le gustaría retirarse en el Mérida. ¿Qué hay de aquello?

-Dani: Esto va a ser así. Presidente, el Alberto; Sergio Cano de entrenador; y Pichu retirándose aquí. Esto es primicia. Apunta.

-Alberto: Esta mañana le he dicho que, para cuando se retire, tenemos que estar ya en Segunda A.

-Manuel: ¿Pero le vas a sacar también los pañuelos cuando cante?

-Alberto: Por supesto.

-Panea: Aquí no se puede retirar. Tiene que ser en EEUU, para que vayamos allí.

-Manuel: En Las Vegas. Que te paguen en fichas.

-Iván: Yo he visto al Mérida en Primera, y he jugado en su cantera, y sin embargo no he podido jugar más allá de Seguda B, cuando debuté en el primer equipo. Y tengo esa espinita de poder jugar en mi ciudad a nivel profesional, que de momento no he podido. Y con esas ganas me he quedado. Me gustaría algo así. Pero todavía queda mucho.

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