Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
La lateral costarricense se entrena en la banda de El Vivero. :: J. V. Arnelas
Lixy, la legionaria del Santa Teresa

Lixy, la legionaria del Santa Teresa

La internacional costarricense intenta acostumbrase cuanto antes al frío de Badajoz y a la banda derecha

Alberto García

Domingo, 31 de enero 2016, 10:02

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En Costa Rica, un legionario es algo muy distinto que en España. Legionarios llaman allá a sus futbolistas que juegan acá. Actualmente, el tercio femenino tico en Europa lo forman seis jugadoras, cuatro de ellas destinadas en España: Wendy Acosta, que juega en el Granadilla, Carolina Venegas, que milita en el Madrid FF, Noelia Bermúdez, del Levante, y la última en desembarcar, Lixy Rodríguez, del Santa Teresa.

Lixy Rodríguez Zamora (Grecia, Costa Rica, 04/11/1990) lleva poco más de dos semanas en Badajoz, y mientras intenta entrar en calor y adaptarse a lo que el 'profe' Juan Carlos Antúnez le pide, ha celebrado su inclusión la semana pasada en el once femenino ideal de la Concacaf (Norteamérica, Centroamérica y Caribe) de 2015. Una lista en la que aparecen hasta cinco costarricenses que se ganaron su presencia en ella en los pasados Mundiales de Canadá. Curiosamente, de las botas de Lixy salió el pase que Raquel Rodríguez convirtió en el primer gol encajado por España en un Mundial absoluto. Ese partido era el primero de una cita mundialista para españolas y costarricenses, y acabó en empate a uno. Después, ni unas ni otras pasaron de la fase de grupos.

Tras Canadá, y con 25 años, Lixy se llegó a plantear la jubilación anticipada. «Y eso que el Mundial abrió muchísimas puertas al fútbol femenino en mi país». Un fútbol que está creciendo a pasos agigantados. «Yo empecé a jugar en Primera con 18 años, hasta entonces no había competición de máxima categoría, y chicas como yo, que vivíamos en un pequeño pueblo, lejos de cualquier club, lo teníamos muy difícil para jugar. Afortunadamente, eso ha cambiado. Ahora, hay competiciones desde las categorías más jóvenes, ya nos clasificamos para jugar mundiales y también estamos intentando clasificarnos para los Juegos de Río», explica la menuda lateral, que la segunda semana de febrero tendrá que coger un avión a Estados Unidos para jugar con su selección el torneo preolímpico del que saldrán las dos selecciones que la Concacaf lleve a Brasil.

Lixy es internacional desde el 2011, y aunque su primera convocatoria le llegó en categoría absoluta, desde entonces es una fija en la tricolor que dirige Amelia Valverde. «Un sueño fue llegar a jugar con mi selección, y un sueño fue para todas clasificarnos para el Mundial. La adrenalina era muchísima, pero nos quedamos con ese sinsabor que deja el creer que pudimos llegar más lejos. Con Corea, después del empate, creímos que podíamos ganar, y perder por 0-1 ante Brasil no fue un mal resultado».

La eliminación «marcó» a Lixy, que después del Mundial pensó en dejar el fútbol porque en Costa Rica el futuro era oscuro tirando a ninguno. «No me pagaban, había acabado mis estudios de Administración de Negocios y decidí dedicarme a estudiar». Pero. «Salió está oportunidad y acá estoy». «Intentaré aprovechar al máximo el tiempo que pueda seguir jugando al fútbol».

Lo que ha dejado atrás Lixy ha sido un camino duro. Incluso cuando preparaba el Mundial de Canadá los medios eran pocos. «Entrenábamos a las cinco y media de la mañana. Tenía que salir de casa a las tres cincuenta de casa porque vivía a cien kilómetros de donde entrenábamos». Y toda esa gasolina salía de su bolsillo porque a esa horas no hay transporte público. «Lo que hacemos es guardar las dietas que nos dan cuando jugamos con la selección para cuando nos hace falta».

Ahora en España no tendrá que ahorrar para viajar, pero sí que tendrá que adaptarse a un juego distinto. «En el partido ante el Huelva (que vio desde el banquillo), me di cuenta que aquí se juega más por arriba. Pero la mayor diferencia la encuentro en lo que me pide Juan Carlos (Antúnez). Acá sólo sube una lateral y allá subimos dos. Tendré que adaptarme, pero es que a mí me gusta subir, darle salida al equipo... Espero acomodarme en el menor tiempo posible al juego y a mis compañeras».

Sin problemas de adaptación al ritmo de entrenamientos por su buen estado físico, Lixy también tiene que acostumbrarse a cambiar de banda. «En la selección llevo tres o cuatro años jugando por la izquierda, y aquí el 'profe' me pide que juegue por la derecha. Es un cambio que me pasa factura, pero la derecha es mi pierna fuerte y es sólo cuestión de tiempo».

Salsa Lizano

Lixy también tendrá que adaptarse a vivir en una ciudad «inmensa» como Badajoz. Ella siempre ha vivido San Miguel, en la casa de sus padres y en un entorno rural al que no renunció ni cuando preparaba para el Mundial de Canadá. Ahora busca por Badajoz salsa Lizano y Yuca para hacer un poco más llevadera la distancia. «Ya tengo preparada la lista de la compra para cuando vaya a Estados Unidos llenar la maleta».

En el poco tiempo que lleva en España, Lixy ya ha conocido el lado polémico del fútbol femenino español. Desde el banquillo, la banca para ella, asistió al Santa Teresa-Sporting de Huelva ya famoso por la actuación arbitral y las acusaciones de trato machista que se vertieron sobre el colegiado del encuentro. «Lo que más me llamó la atención fue lo mucho que se habla entre las bancas. Eso en Costa Rica no pasa porque están mucho más alejadas, pero sobre todo porque hemos aprendido a estar calladas. El arbitraje allá tampoco es bueno, y todos los entrenadores nos piden que no digamos nada porque las que salimos perdiendo somos nosotras, ellos siguen pitando. Por eso ahora cuesta mucho que me saquen de mis casillas».

Con 25 años, Lixy tampoco va a perder los papeles por lo que oiga desde la banda a los aficionados desagradables. «En Primera no tanto, pero en Segunda sí que he tenido que escuchar muchas cosas porque jugaba de delantera. Había un equipo al que siempre le 'clavaba' dos o más goles y decidí no llevar más a mi familia allí precisamente para que no lo escucharán», recuerda la internacional tica con una sonrisa en la cara. Una sonrisa congelada hasta que Badajoz no vuelva a una temperatura que la recuerde más a su Costa Rica. No te preocupes, pasarás calor.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios