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Joseph Blatter (i) dialoga con Michel Platini (d).
Un huracán arrasó la cúpula del fútbol mundial
FIFA y UEFA

Un huracán arrasó la cúpula del fútbol mundial

La corrupción se llevó por delante a Blatter y Platini, suspendidos ocho años de toda actividad en el deporte rey

Ignacio Tylko

Jueves, 31 de diciembre 2015, 10:07

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Las prácticas contaminadas en las altas esferas del fútbol, secretos a voces desde tiempo atrás, se confirmaron en un ejercicio en el que la cúpula del deporte rey fue dinamitada. La corrupción, escenificada en un serial por entregas, hizo saltar por los aires el sistema y dejado fuera de combate al veterano dirigente suizo Joseph Blatter y al exfutbolista francés Michel Platini, ambos inhabilitados durante ocho años para ocupar cualquier cargo en un deporte preso de oscuras concesiones, comisionistas, ambiciones desmedidas y pagos sin justificar.

Fue precisamente el cobro de 1,8 millones de euros por parte de Platini, fruto de supuestos trabajos que le encargó Blatter, la gota que colmó el vaso y desbordó las pretensiones de los máximos dirigentes de FIFA y UEFA, ahogados en sus mares de poder.

Miércoles, 27 de mayo, Zúrich; ahí empezó todo y no fue, precisamente, en la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, amenizada por Kevin Roldán. La policía suiza, a solicitud de Estados Unidos, detiene a siete dirigentes del fútbol en una operación anticorrupción y estalla el escándalo del FIFAGate, que destrozó la imagen de la organización y obligó a Blatter, hasta entonces intocable, a anunciar su marcha.

Horas después de las detenciones, la justicia estadounidense señaló que los siete detenidos formaban parte de una lista de catorce imputados, en el marco de una investigación sobre prácticas corruptas relacionadas con competiciones de la zona sudamericana (Conmebol) y de la de América del Norte, Central y Caribe (Concacaf).

Seis meses después, el jueves 3 de diciembre, fueron detenidos, también en Zúrich, dos vicepresidentes de la FIFA, el paraguayo Juan Ángel Napout y el hondureño Alfredo Hawit, presidentes de Conmebol y Concacaf, respectivamente. Otras catorce personas fueron inculpadas horas después también por la justicia estadounidense.

«El nivel de traición de la confianza en este caso es realmente indignante y la amplitud de la presunta corrupción es inconcebible», afirmó la fiscal general estadounidense, Loretta Lynch, que prometió perseguir a «cada uno de los individuos culpables que siguen en la sombra».

El fútbol se vio inmerso de lleno en este escándalo de corrupción que hunde sus raíces hasta los años noventa con múltiples ramificaciones, y que hasta el momento cuenta con 39 individuos imputados, además de dos empresas. Entre ellos, expresidentes de la Concacaf (Jack Warner, Jeffrey Webb), expresidentes de la Conmebol (Nicolás Leoz, Eugenio Figueredo) o presidentes pasados o actuales de distintas Federaciones nacionales.

Ya la primera oleada de detenciones en mayo provocó un escándalo de gran repercusión mundial, cuando faltaban apenas dos días para la elección presidencial, en la que Blatter fue reelegido, pese a la tormenta, para un quinto mandato que debía durar hasta 2019, pero que terminó teniendo fecha de caducidad mucho más temprana.

La presión de la opinión pública, de los patrocinadores y revelaciones de movimientos irregulares que salpicaban a su entonces número 2, el francés Jérôme Valcke, terminaron motivando que Blatter anunciara una conferencia de prensa de urgencia, el martes 2 de junio, apenas cuatro días después de su victoria en el Congreso electivo de la FIFA.

Guerra de sucesión

«He decidido renunciar a mi mandato en un Congreso electoral extraordinario. Hasta el día de esa elección, seguiré ejerciendo el cargo de presidente de la FIFA», dijo Blatter, que abría la puerta a su despedida. Durante unas semanas se especuló con que pudiera dar marcha atrás en su decisión, pero a finales de julio terminó con todos los rumores y fue claro: el Congreso extraordinario será el 26 de febrero de 2016 y él no iba a presentarse, poniendo ese día fin a una presidencia que comenzó en 1998.

Pero Blatter no pudo pasar los últimos meses de su mandato con la tranquilidad esperada y la justicia suiza puso su punto de mira en él y le acusó por dos asuntos: la venta de derechos de televisión a Jack Warner muy por debajo de precio de mercado y un pago controvertido en 2011 al presidente de la UEFA, Michel Platini, presuntamente por trabajos de asesoría terminados una década antes.

Tanto Blatter como Platini fueron suspendidos provisionalmente a principios de octubre por 90 días, hasta principios de enero, por el Comité de Ética de la FIFA. Para Platini, esa sanción ya supuso un serio contratiempo en la carrera electoral y su candidatura quedó en el aire. Fue sepultada el 22 de diciembre con esos ocho años de inhabilitación sentenciados.

«Abuso de poder y gestión desleal»

La Comisión de Ética de la FIFA les consideró culpables de «abuso de posición dominante», «conflicto de intereses» y «gestión deseal». Platini fue castigado, además, a pagar una multa de 74.000 euros, más alta que la de Blatter, fijada en algo más de 46.000 euros. Ambos anunciaron su intención de recurrir, sin descartar a la justicia civil si es menester.

«Peleo contra esta injusticia, de tribunales en tribunales», declaró, combativo, Platini, en una entrevista exclusiva a AFP. «La pregunta ahora es cuál es el calendario para tratar de salir de esa trampa», agregó. Según sus abogados, se trata de un «sabotaje procesal con el fin de confiscar las elecciones a la presidencia de la FIFA». A sus 60 años, Platini se siente «víctima de una auténtica farsa».

La reacción de Blatter a su condena fue casi inmediata, mediante una conferencia de prensa en el restaurante de lujo que ocupa ahora el edificio que fue sede histórica de la FIFA en Zúrich. En su intervención, dijo sentirse «traicionado» por la Comisión de Ética y se indignó por haber servido de «saco de boxeo», ya con 79 años.

Los que sí han sido autorizados hasta ahora a concurrir en esos comicios presidenciales son el italo-suizo Gianni Infantino, que fuera gran hombre de confianza de Platini en la UEFA, el jeque bareiní Salman, el príncipe jordano Ali, el sudafricano Tokyo Sexwale y el francés Jérôme Champagne.

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