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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Varios componentes del equipo Sky, durante una etapa.
El Sky, la apisonadora del Tour
ciclismo

El Sky, la apisonadora del Tour

La fuerza de su equipo tranquiliza a Froome, pese a que el Movistar dice tener un plan para destronarle

J. Gómez Peña

Martes, 19 de julio 2016, 21:15

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Al calor de julio, Suiza es perfecta. Nadie corre; ni los coches. Sin voces altas. La educación parece venir de serie con el país. Ciudades pequeñas, manejables, llenas de dinero y de tiendas viejas. A la orilla de cualquiera de sus lagos da pereza pensar en lo que falta de Tour, cuatro etapas alpinas. Todo el mundo piensa en volver a casa para pasear de la mano con su mujer, comenta Purito Rodríguez durante la última jornada de descanso.

Suiza es una caja fuerte. Aquí el dinero, el blanco y el negro, duerme tranquilo. A buen recaudo. Así cree tener Chris Froome guardado su maillot amarillo. Más sereno y confiado que nunca, no teme a Mollema ni a Quintana, sino a una caída o un incidente mecánico. A la mala suerte. Prudente porque sabe que sus rivales exprimirán fuerzas y orgullo en los Alpes, el británico se siente protegido. Blindado como un banco suizo. El equipo me hace estar confiado. Mis compañeros no han dado ningún síntoma de debilidad, expone Froome, líder con un minuto y 47 segundos sobre Mollema, 2.45 sobre Yates, 2.59 sobre Quintana -el más peligroso-, 3.17 sobre Valverde y 4.04 sobre Bardet. Porte pierde cuatro minutos y medio, y Aru, más de cinco. Estamos preparados para lo que viene. Froome habla en plural, en nombre del Sky, la apisonadora de este Tour.

Para batir a Froome antes tenemos que aislarlo. Los ataques que le hemos lanzado no le llegan. Sus gregarios serían líderes en cualquier equipo, repite Quintana. El colombiano se sabe de memoria el culo de Froome. Lleva dos semañas pegado a esa silueta. El año pasado Nairo le restó a Froome dos minutos en las dos últimas etapas. Ahora pierde tres minutos pero quedan cuatro días de montaña, apuntan en el equipo Movistar. Sus cuentas. Buscarán alianzas para erosionar el muro del Sky. El tiempo juega en su contra. Sabemos lo que hay que hacer, lanza Valverde, el mejor arma que tiene Quintana. Mi papel será importante, comenta enigmático el murciano. El Movistar tiene un p lan. En 2015 lo aplicó tarde. Ahora tiene cuatro días. Está a tiempo en este Tour que se consume.

Ya ha empezado la pelea por los puestos de honor. A muchos les vale ser segundo, tercero, quinto... Defenderán sus plazas. Bardet, en cambio, no se conforma. El único francés que se sostiene en ese Tour, lo avisa: A mí no me sirve ser sexto. Tampoco a Quintana le vale subir de nuevo al podio por tercera vez a la sombra de Froome. Tiene cuatro días para su remontada. Bardet le marca el camino: La primera etapa alpina (Finaut-Emosson) tiene el final más duro que queda. Cierto: encadena los 13 kilómetros al 7,9% de desnivel del alto de la Forclaz con, tras un breve descenso, las exigentes rampas de Finaut-Emosson (10 kilómetros al 8,4%). Mundo vertical. Dos cuestas en una.

Sin pausa vendrán la cronoescalada a Megeve (17 kilómetros), la meta en la cima de Saint Gervais Mont Blanc y, ya el sábado en la jornada previa al paseo por París, la subida al Joux Plane y el descenso a la meta de Morzine. Mollema me ha sorprendido, pero mi rival sigue siendo Froome, se conjura Quintana. Froome y el Sky, la tapia pintada de negro que no ha podido saltar. Con 30 millones de euros de presupuesto, el doble que el Movistar, la escuadra británica parece intocable. Acaba de fichar para 2017 a Diego Rosa, la revelación del ciclismo italiano. Compra talento. Y, de paso, elimina futuros rivales del mercado. Froome, como dice Quintana, es consciente de que sus gregarios serían sus rivales en otros equipos. Tiene ese privilegio.

A su disposición están dos motos del velódromo, Stannard y Rowe. Se encargan del llano y del viento. Para la transición entre el plano y la montaña cuenta con Kiryienka, campeón del mundo contrarreloj. Y los puertos se los reparten Landa, Henao, Nieve, Thomas y Poels, todos con fuelle de sobra para estar entre los diez primeros del Tour. Líderes al servicio de Froome. Verles en forma me tranquiliza, agradece el británico.

Son otros los que tienen que mover la carrera. Con tres minutos sobre Quintana, creo que es él quien está obligado a atacar. Yo trataré de reservarme por si hay imprevistos, anuncia el líder. En 2013 y 2015, cuando terminó segundo en el Tour, el colombiano fue el más fuerte de la tercera semana. Froome, en cambio, concluyó esas ediciones diluyéndose. Pero creo que esta vez estoy mejor preparado para afrontar los últimos días, comenta el británico. Por ahora, todo va perfectamente. Está siendo un Tour fantástico para mí. Y para el Sky, la mano que le ha apartado todas las moscas. En Suiza, en el último día de tregua, Froome se siente seguro. En los Alpes, el Movistar dice tener un plan para asaltar su banco y llevarse el sueño amarillo de Quintana.

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