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Cuatro estrellas a ubicarse en el cielo
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Cuatro estrellas a ubicarse en el cielo

Contador, Quintana, Froome y Nibali se van a jugar un Tour de Francia sin un favorito claro

Benito Urraburu

Viernes, 3 de julio 2015, 09:20

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¿Cuántos corredores hay a nivel mundial capaces de ganar una prueba de tres semanas? Si nos fijamos los nombres que aporta el Tour entre su lista de participantes, la lista no es muy amplia. Entre las cuatro estrellas que intentarán ubicarse en el cielo, dos de ellas, Alberto Contador y Vincenzo Nibali, saben lo que es ganar Tour, Vuelta y Giro. Chris Froome conoce lo que se siente en lo más alto del podio de París y Nairo Quintana, en el del Giro. Luego están Alejandro Valverde, ganador de una Vuelta a España, y el canadiense Ryder Hesjedal, que consiguió un Giro de Italia. Y no hay más. Ningún otro corredor de los que tienen los equipos del WorldTour y las formaciones invitadas a esta carrera luce una grande ganada con sus piernas.

Las cuentas son fáciles de hacer. Contador ya ha ganado este año el Giro y si vence en el Tour, tanto Froome como Quintana y Nibali se irán de vacío. Si lo gana otro de esos tres hombres, serán dos quienes deberán buscar en la Vuelta entrar dentro de ese restringido grupo. Alguno se quedará sin una de las tres grandes pruebas del calendario mundial. En ese apartado Contador les lleva ventaja y también cansancio, tanto físico como mental, puesto que el Giro pasa factura. Como el Tour.

Son carreras de mucho desgaste. ¿Quién se va a imponer en el Tour de Francia de 2015? La respuesta es que estamos a punto de comenzar, mañana en Utrecht, el Tour más abierto de los últimos años. No son sólo Contador, Nibali, Froome y Quintana quienes aspiran a ganarlo. Por su calidad y por lo que han demostrado en la carretera, ellos parten con ventaja respecto a los demás ciclistas que estarán en la salida. En Utrecht, donde sigue la ola de calor que castiga estos días al norte de Europa, llama la atención la cantidad de aspirantes a dar la sorpresa que puede uno encontrarse. Aspirantes... a intentarlo.

Inicio comprometido

Hasta doce ciclistas van a jugar con sus posibilidades en una prueba marcada desde el mismo instante que se ponga en marcha. La segunda línea de nombres de este Tour tiene de todo: desde jóvenes con ambiciones como Bardet y Pinot a veteranos como Valverde, Purito Rodríguez, Péraud, Van Garderen, Hesjedal o Rui Costa, por no hablar de Mollema, Barguil, Porte y Urán.

El nivel es altísimo. Los intereses desbordan a los equipos que saben, todos, que un buen Tour significa salvar la temporada. Y eso nos va a llevar a una carrera con enorme tensión, como siempre. En este caso se agravará con una primera semana muy comprometida en la que la ruleta de la fortuna dejará a unos corredores mejor situados que otros pensando en los Pirineos y en los Alpes, sin olvidarnos de la parte del Macizo Central que nunca defrauda y suele ser una buena trituradora de corredores.

Los números

  • la carrera

  • 700.000 espectadores esperan en el inicio del Tour en la ciudad holandesa de Utrecht, que tiene 300.000 habitantes.

  • 100.000 ciclistas de todas las edades atraviesan en bicicleta a diario el centro de Utrecht entre las siete de la mañana y las siete de la tarde.

  • 245 kilómetros de carriles-bici posee Utrech, villa en la que miles de personas se desplazan a diario en bicicleta. 3 es el número ede ciclitas guipuzcoanos presentes este año en la salida del Tour Haimar Zubeldia, Markel Irizar y Gorka Izagirre.

Salvo que la carretera demuestre luego que hay algún corredor muy superior al resto, todos van a tratar de estar operativos cuando llegue su terreno, principalmente la montaña. Quien más beneficiado puede salir de las nueve primeras etapas es Nibali, maestro a la hora de moverse en un terreno pedregoso. Tanto Contador como Froome y Quintana deberán de intentar minimizar los riesgos de caídas, de cortes y de pérdida de tiempo desde la primera etapa, la contrarreloj individual de trece kilómetros.

Hay equipos, y corredores, que tienen que jugar con sus opciones de conseguir un puesto entre los diez mejores, de ganar una etapa, de intentar hacerse un hueco en un podio que da la impresión de que va a desbordarse porque, como falle alguno de los componentes del cuarteto mágico que tiene que dominar la prueba, los aspirantes para trepar hacen cola. Si a todos los nombres que hemos citado añadimos los de los sprinters, se ve claramente que no hay espacio para todos.

Mucha competencia

Por decirlo de una forma clara: no hay sitio ni en el podio. Ni para conseguir victorias de etapa, a pesar de la ausencia de Marcel Kittel, que deja el camino muy despejado a los hombres rápidos. El dominio que establecieron hace años determinados corredores en el Tour es algo que se ha acabado. Llevamos desde 2009, cuando Contador lo ganó por última vez, que nadie ha conseguido repetir victoria en la general. Por unas razones u otras, el Tour carece de un padrone como dirían los italianos, es decir, un patrón en torno al que girar.

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