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J. CEPEDA
CÁCERES.
Martes, 17 de octubre 2017, 08:28
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La derrota del Cáceres ante Huesca este pasado domingo en el Multiusos no fue una más, sino más bien algo parecido a un punto de inflexión. No tanto por lo evidenciado sobre el parqué y sí por el discurso lanzado por Ñete Bohigas en sala de prensa nada más terminar el encuentro. Toda una alocución en la que el técnico verdinegro plasmó su particular teoría de la descompresión con él mismo haciendo de parapeto. «Me parece increíble que este equipo, que ha hecho un buen baloncesto en pretemporada y que ha competido en Manresa y Palma, juegue con tantísima tensión y con tantos nervios en la jornada cuatro. Eso es incomprensible. Voy a intentar que la responsabilidad que se le ha metido a mi equipo, a mi modo de ver injustificada en algunos momentos, se diluya o vaya enfocada a mí. Necesito que mis jugadores jueguen tranquilos y con calma para que hagan lo que saben hacer», esgrimió.
Lejos de ser una comparecencia al uso con pinceladas analíticas, sus palabras traspasaron la línea institucional, pues los gradientes compresivos de lo social que pretende eliminar en su teoría de descompresión son directamente proporcionales a las expectativas que el equipo despertó en las últimas semanas con la formación de una plantilla llamada a pelear por cotas mayores que la del último ejercicio. Es algo que el propio Bohigas reconoce, aunque piensa que la mejor forma de conseguirlo es eliminando el lastre psicológico de la presión. «Siempre que se han conseguido grandes objetivos en este club ha sido con humildad y con los pies en el suelo, sabiendo quiénes somos. Ahora estamos en fase de formación con gente nueva. Hay jugadores que saben llevar esa presión adicional, pero otros no. Esa responsabilidad no merecida me la echo a la espalda, que la tengo muy ancha».
En lo que atañe exclusivamente al juego, Bohigas considera que a su equipo aún le falta consolidar una referencia en el poste bajo, así como conseguir una mayor fluidez en los pases «para que la bola vaya donde queremos». Y es que, a tenor de lo visto, la dupla de bases formada por Corrales y Pol Oliver debe adquirir aún un mayor peso específico en cuanto a la solvencia. No obstante, Bohigas confía en que tras este paso atrás en cuanto a expectativas generadas su grupo pueda dar por fin lo que de él se espera: «Excepto determinados equipos o jugadores, solo desde la calma puedes plasmar el baloncesto que tienes dentro».
Con un balance de una victoria y tres derrotas, la próxima cita para el equipo verdinegro será en otra cancha de postín, como es el Pazo dos Deportes de Lugo, donde esperará Breogán, uno de los candidatos a todo en esta temporada.
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