Parejo al rescate

El primero en caer fue Guillermo Corrales, que presentó una indisposición que le impidió entrenar a finales de la semana pasada y viajar con el equipo a tierras alavesas. La cosa no ha ido a mejor y ha acabado en el hospital a causa de severas molestias estomacales. El jugador sigue ingresado pero, a pesar de que aún no hay un diagnóstico, en las últimas horas ha empezado a experimentar una sensible mejoría. De todas formas, el desgaste físico de la enfermedad quizás le impida llegar a tiempo al encuentro del sábado.

El segundo base en caer fue José Antonio Marco, en el transcurso del partido ante el Araberri. En una acción fortuita, el murciano se torció el dedo y tuvo que abandonar la cancha. La lesión en primera instancia parecía grave, pero al final todo ha quedado en una luxación del dedo meñique. Sin embargo, Marco tiene el dedo inmovilizado y el plan es que se pierda los primeros entrenamientos de la semana. Aun así, nadie asegura que pueda llegar a tiempo ante el Marín.

Con este parte de guerra, con los dos bases en el dique seco, todas las miradas están puestas en Luis Parejo, que ya tuvo que ejercer de director de orquesta en Vitoria ante la ausencia de Marco y Corrales. «Llevo ya un par de días con Roberto Blanco haciendo técnica individual para jugar como base. Ya le he dicho a Ñete que si me necesita voy a estar ahí. Esperemos que sea por poco tiempo porque se puedan recuperar tanto Marco como Corrales, que estén parados el menor tiempo posible. Si tengo que ayudar al equipo, así será», dijo Luis Parejo tras el entrenamiento de este martes.

Enfrente tendrá a un Marín Peixegalego de un viejo conocido como Garfield, al que desea que «disfrute del partido, pero que se vaya con la derrota». Para hacerse con la victoria, el andaluz insiste en que «hay que controlar a sus dos exteriores, tanto a Blair como a Rogers, y luego manejar el tempo del partido a través del rebote y mover bien el balón en ataque. Si hacemos eso creo que nos llevaremos la victoria».