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Sebirumbi, en una acción defensiva del Cáceres ayer en Vitoria. :: Lino González Rico
El Cáceres bombardea Vitoria

El Cáceres bombardea Vitoria

Solventa sin apuros y una demoledora efectividad la cita ante el Araberri pese a la lesión de Marco

JOSÉ L. DEL CAMPO

Domingo, 25 de enero 2015, 12:29

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El Cáceres Baloncesto solventó sin apuros y contundente victoria, 72-103, la visita al colista de la categoría Araberri al que despachó sin miramientos para encadenar el tercer partido seguido ganado por los de Antonio Bohigas. Los vitorianos ocupan el farolillo rojo de la clasificación con sólo dos triunfos en los 17 partidos y esas victorias las han logrado fuera de Vitoria. Hace dos semanas cambiaron de técnico con la llegada de Txus Brizuela y la salida de Iurgi Caminos, tras 13 derrotas, pero el relevo en la dirección técnica tampoco ha servido para enderezar la marcha. El de ayer fue el partido de presentación de Brizuela ante su afición y evidenció las numerosas horas de entrenamiento que debe acumular con sus hombres para intentar escapar del furgón de cola de la tabla.

El peor peaje que puede dejar el viaje hasta Vitoria es el golpe que sufrió en el dedo el base José Antonio Marco en el tercer cuarto que le llevó durante unos minutos al vestuario para recolocar la extremidad y habrá que realizar pruebas médicas para descartar cualquier lesión de más gravedad. Los extremeños sumaron su triunfo número 15 de esta campaña logrando además la barrera de los 100 puntos y demostrando con una demoledora efectividad la razón que les coloca como el mejor equipo en el lanzamiento de tres puntos. Al final los de Bohigas cerraron la estadística con 13 aciertos de 28 lanzamientos, pero su actuación fue desquiciante para los locales en un tercer cuarto repleto de efectividad y que con siete canastas convertidas socavó los ánimos y voluntad del Araberri.

El duelo apenas tuvo historia y el Araberri demostró que aún no está en condiciones de plantar cara a los equipos de la parte y salvo contados minutos en el inicio del segundo periodo en el que logró igualar el marcador a 26 puntos, siempre vio en la distancia y lejanía a los jugadores del Cáceres. A los dos minutos la primera ráfaga de triples ya abrió la distancia hasta un 9-20 que trajo cierta relajación a los de Bohigas y permitió acercarse a los vitorianos al llegar al minuto diez, 20-26.

Recital de triples

Los cuatro minutos del segundo acto fueron los de mayor combatividad e intensidad local con un brioso arranque que les sirvió para equilibrar el duelo, 26-26. No quiso complicaciones el equipo de Cáceres y puso tierra de por medio en los tres minutos siguientes con un clamoroso parcial de 1-15 que pareció colocar a los locales al borde de la lona.

Se resistieron los vascos a dar por finiquitado el duelo y con tres triples cerraron los primeros 20 minutos con una leve esperanza de cara al segundo tiempo, 39-44.

La canasta triple con la que abrieron los extremeños el tercer cuarto fue la exposición de intenciones y sufrimiento que le esperaba a Araberri en un tortuoso periodo. Los de Bohigas anotaron más veces desde el perímetro y aniquilaron a las huestes vitorianas con siete canastas desde la lejanía para superar la barrera de los veinte puntos de diferencia, 48-69 en el minuto 29.

Intento de freno

Intentó frenar el aluvión el equipo local pero el atinado movimiento de balón de los extremeños no encontró rival para que los triples fueran devastando sin piedad la canasta vitoriana. En este periodo llegó el susto con el dedo de José Antonio Marco que enfiló el camino a los vestuarios pero pudo regresar al banquillo poco después y tuvo tiempo de salir a probar y ver que al menos podía concluir el partido sin molestias ni contratiempos. Será a su regreso a Cáceres cuando haya que examinar la extremidad para comprobar cuál es su verdadero estado.

El concluyente 53-72 con el que se llegó al minuto 30 convirtió ya en un mero y anecdótico tramite la disputa de los últimos diez minutos. El Araberri ya había quemado todas sus naves en el segundo periodo y bajó los brazos demasiado pronto para disfrute de los extremeños. No cesó el bombardeo desde la línea de 6,75 metros y todavía hurgó un poco más en la herida el equipo de Bohigas que logró endosar otros cinco triples más a un desmoralizado rival. La renta se estabilizó en los treinta puntos y el aliciente de los minutos finales estuvo en lograr rebasar la barrera de la centena de puntos que al final se estiró hasta los 103 con los que abandonaron los visitantes el pabellón de Mendizorrotza.

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