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José Calderón, junto a su gran amigo y compañero Pablo Prigioni en su estreno con los New York Knicks en el Madison. :: msg photos
Calderón ya conduce a los Knicks

Calderón ya conduce a los Knicks

El extremeño debuta en el Madison como titular, aunque por prevención jugó sólo 21 minutos en la victoria ante los Sixers

Marco A. Rodríguez

Lunes, 24 de noviembre 2014, 19:16

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Los Knicks ya tienen timón. José Manuel Calderón debutó en la madrugada de este domingo con su nueva franquicia en la victoria ante ese sucedáneo de equipo que son los Sixers (91-83) y, a juzgar por las declaraciones posteriores, le estaban esperando como agua de mayo. El base extremeño apenas permaneció en pista 21 minutos y su estadística no significa alarde alguno (3 puntos, 3 asistencias y otro 3 en rebotes), pero por encima de los números están las sensaciones. Y las sensaciones que emitió en el Madison apuntan a que el de Villanueva de la Serena tomará el mando de una nave sin capitán que ejemplifica la individualidad. Con la llegada de Phil Jackson y su estilete Derek Fisher en el banquillo se pretende cambiar ese chip egoísta y un arma vital para lograrlo puede ser el 'playmaker' español. Fue titular pese a estar de baja casi un mes por su sobrecarga en el gemelo. Por prevención y falta de ritmo pasó demasiado tiempo en el banquillo, pero su presencia será necesaria en un plantel carente de orden y serenidad.

Su primera canasta como 'knickerbocker', en el segundo minuto de juego, fue un triple al que siguió su particular gesto con los tres dedos al alza. Una vez sentado en el tercer cuarto se cubrió las piernas con varios calentadores y su código gestual no parecía favorable aunque después explicaría que las molestias han desaparecido. No estuvo acertado en una de sus señas de identidad: el tiro (1 de 6), sí pudo robar dos balones y cometer una falta, pero por encima de todo destaca que en Nueva York lo quieren como base puro, tener la pelota -aunque menos que en otros sistemas- para marcar el tempo y ejecutar el famoso 'triángulo ofensivo', una tarea harto complicada en ese vestuario. Sólo dispuso de cinco minutos en la segunda parte, dejando su puesto a un acertado Pablo Prigioni. No era partido para arriesgar y vendrán retos mayores como los Houston Rockets este lunes.

Sixers para llorar

Si los Knicks están mal lo de Philadelphia es para llorar. Son el peor equipo de la NBA y siguen sin ganar en este curso. 0 de 13 y subiendo. O bajando, mejor dicho. A este paso batirán alguno de los récords negativos de la historia de la competición. Nueva York tiró de su puñal para hundir la flota visitante y colocarse con un balance de 4-10. Carmelo Anthony empezó y continuó enchufado hasta los 25 puntos, y, lo que es mejor, con porcentajes aceptables. Las diferencias aparecieron muy pronto y en el primer cuarto los neoyorkinos ya mandaban 25-13. Con la entrada de los suplentes se igualó un poco el marcador en el segundo parcial y fue en el tercero cuando los inquilinos del Madison pusieron la directa hasta los 21 puntos de margen. Buenos números para un viejo rockero como Amare Stoudemire, con dobles figuras de 16 puntos y 11 rebotes, similares a los 17 y 13 del novato Nerlens Noel, el único que plantó batalla de un contrincante lastimoso.

Tras el choque, tanto el extremeño como su entorno se mostraron contentos por su regreso. «Estoy feliz, estoy sano y todo va bien, así que muy contento de por fin poder jugar. Ganamos, eso es lo más importante», indicó Calderón. Su entrenador espera y desea que su espíritu se contagie al plantel: «Es nuestro quarterback. Es un jugador que une, generoso, y eso es contagioso», decía Fisher. Otro que se alegra de compartir parqué con él es la estrella que más luce en la Gran Manzana, 'Melo': «Me encanta. No creo que haya nada mejor que jugar con bases de alto nivel». Un buen comienzo.

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