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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
El Badajoz Baloncesto Femenino, con su entrenadora Bea Pacheco en el pabellón de Las Palmeras. :: josé vicente arnelas
El BBF clama venganza
baloncesto femenino

El BBF clama venganza

Desean olvidar el cúmulo de problemas padecidos la pasada campaña y tienen mono de partidos según la entrenadora y las capitanas

MARCO A. RODRÍGUEZ

Viernes, 24 de octubre 2014, 08:03

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Nuevas siglas, nuevo pabellón, alguna nueva cara, pero la ilusión de siempre. El Badajoz Baloncesto Femenino retoma la LF2 este sábado en Vigo con el propósito de que no se repitan los problemas acaecidos el pasado curso en forma de lesiones o inoportunos saltos de un tren en plena marcha. Acudimos esta semana al Pabellón de Las Palmeras, el actual domicilio social de una empresa cuyos dividendos son más morales que numéricos. En el pasillo entre el vestuario y la puerta lateral del recinto charlamos con la entrenadora Bea Pacheco y con las capitanas Celia Cabrera y Susana Albano. Falta poco para que arranque la sesión, una de las últimas antes de que se alce el telón de la liga.

Reconocen, todas, tener mono de partido. Atrás queda la pretemporada, generalmente larga en competiciones de escasos clubes que obligan a apretar el calendario. En el horizonte, La Navia de Vigo (20.15) y el Celta Selmark, un duro adversario. El punto flaco gallego podría ser su bisoñez y ahí es donde incidirá el BBF. La entrenadora avisa de que la LF2 hoy destaca por su enorme igualdad. No hay tanta diferencia de clases y cualquiera puede ganar a cualquiera, algo que, subraya, es un peligro. Nadie tiró la casa por la ventana este verano como para dominar la competición, como hizo Ferrol en su día o incluso Al-Qazeres.

Pacheco apunta opciones como el descendido Bilbao, el propio Celta, Cortegada o León. «Pero no habrá partidos que de antemano se pueda decir que lo vamos a ganar o a perder. Nuestro único objetivo a día de hoy es la permanencia. No podemos hacer la casa por el tejado. Nos gustaría estar en una fase de ascenso, pero es absurdo decir que puede ser nuestro objetivo. El primero es ganar a Vigo, el siguiente ganar a Arxil y así sucesivamente», tira de discurso 'made in Simeone'. Se espera mucho de los fichajes extranjeros, las pívots senegalesa y camerunesa Faye y Avebe, quienes se mueven mejor en la pintura que en el rico idioma español. De momento.

La capitana Celia Cabrera se muerde las uñas. «Estamos deseando que empiece todo. Este año estamos muy ilusionadas porque somos un equipo nuevo pese a que somos muchas las que repetimos. El año pasado perdimos y esperemos que éste toque ganar». «Me gusta que sean positivas. Siempre tienes el gusanillo de empezar y de hacerlo con buen pie. Será un partido complicado el de Vigo, pero seguro que damos la cara», añade su preparadora. Pacheco tiene claro lo que no quiere que se repita: «Me gustaría que nos respetaran las lesiones y competir en igualdad de condiciones, pero que no nos castiguen cuestiones ajenas como lesiones o abandonos. Sufrimos demasiado el año pasado y ellas lo saben más que nadie. Empezamos bien físicamente. La única lesionada es Elena Colom, con fractura por estrés para cinco semanas. Toquemos madera». Susana Albano, otra de las capitanas, se refiere al mayor ensamblaje del plantel: «La plantilla es diferente. Ni mejor ni peor, pero distinta. Nos conocemos mejor porque repetimos muchas de la pasada campaña. Pamela, Regi, Larisse, Belén la conocemos de Cáceres...».

La plata de la selección

Preguntadas sobre los éxitos de la selección con la plata ante USA, ninguna vaticina un panorama mucho mejor y consideran que todo será efímero. «Por desgracia se olvida en dos días», se apena Cabrera. «Me temo que todo seguirá igual», le espeta Albano. «Ojalá hubiera tenido la repercusión que merecía, pero dura al día siguiente, uno más, y al tercero volvemos a la realidad», prosigue Cabrera. La entrenadora madrileña va más allá y lamenta que dicho logro no fue firmado por producto nacional ya que casi todas las subcampeonas del Mundial juegan fuera de España. «Tenemos un problema muy grave en nuestras ligas. No hay dinero en el deporte femenino y en particular en el baloncesto. Salvo dos del Perfumerías, todas están fuera. Eso te da que pensar porque las creamos y las formamos aquí. Es pan para hoy y hambre para mañana», añade la técnico, que pone como dramático ejemplo a Rivas, que tras ser campeón tuvo que renunciar a la Liga Europea y sobrevivir con juniors.

Eso de aferrarse a las juniors les trae recuerdos a Susana y Celia. Fueron dos de aquellas niñas que salvaron la máxima categoría para Badajoz a costa de sufrir una severa paliza cada siete días. Una de ellas ante su actual entrenadora, por entonces en el banquillo del Bembibre (140-30), a quien el destino ha mutado de verdugo del pasado a actual entrenadora. «Tuvimos que apechugar. Dimos la cara. No nos podían pedir más», rememora Susana. No sienten envidia del Al-Qazeres, el vecino instalado en las alturas. «Sólo por las subvenciones y los apoyos las envidiamos», dice Susana. «Hay una diferencia abismal. Pero cada uno sabrá. Y no es un tema sólo de las categorías porque en masculino la subvención es mayor pese a que está en una categoría inferior», continúa.

Pacheco, por su parte, agradece el esfuerzo de quienes -sin vestirse de corto- permiten que este tipo de clubes pervivan pese a la asfixiante atmósfera. «La gente no se imagina los agobios que sufren por las puertas que se cierran. Nadie te ayuda desde abajo. Intentamos sacar un patrocinador privado porque sólo con los públicos no se puede en una categoría cara». Mientras ellos trabajan en la sombra, las que sí pisan la cancha prolongan su sueño de jugar al baloncesto. Sin aspiraciones profesionales pues muchas van a clase por la mañana y por la tarde entrenan.

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