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El sueco Mans Zelmerlöw celebra su brillante triunfo en la gran final de Eurovisión. Afp
Suecia pone a bailar a Europa

Suecia pone a bailar a Europa

Mans Zelmerlöw y su ‘Heroes’ cumple los pronósticos y gana Eurovision en un duelo con Rusia, mientras que Edurne solo consigue 15 puntos para ocupar el puesto 21

Daniel Roldán

Sábado, 23 de mayo 2015, 09:14

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Italia, Rusia y Suecia. Il Volo, Polina Gagarina y Mans Zelmerlöw. Los tres se convirtieron, desde el principio, en los grandes favoritos para suceder a Conchita Wurst en el cetro eurovisivo. La pelea se quedó en dos. El sueco y la rusa apartaron al trío operístico italiano -terceros con 292 puntos- y dejaron la lucha en un mano a mano, que ganó Zelmerlöw cuando faltaban cuatro países por votar.

Su Heroes, un tema bailable, muy festivalero, se impuso con 365 puntos al A million voices de Rusia, que se quedó en 303 puntos. De esta manera, el país nórdico cumplía con los pronósticos y conseguía su sexto triunfo en Eurovision tras los de ABBA (1974), Herreys (1984), Carola (1991), Charlotte Nilsson (1999) y Loreen (2012), con su también bailable Euphoria. La victoria del cantante, nacido hace 28 años en Lund, también fue un alivio para los eurofans. Muchos no querían acudir a Rusia el año próximo debido a sus políticas contra el colectivo gay. Un rechazo que se hizo evidente en la semifinal del martes y ayer en la final.

Para Edurne, la participación en Eurovision fue decepcionantes. A pesar de realizar una potente interpretación de su Amanecer, con una puesta en escena impecable y acompañada por el bailarín Giuseppe di Bella, el tema que representaba a España solo consiguió 15 puntos, entregados por Francia (5), Portugal (3), Montenegro (2) y Moldavia, Azerbaiyán, Suiza, Israel y Rusia, que dieron un punto cada uno. La cantante madrileña. «muy orgullosa de haber estado aquí», ocupó el puesto 21, el mismo que lograron Las Ketchup y Son de Sol, en 2006 y 2005, respectivamente.

A las nueve de la noche, el Wiener Satadthalle explotó de alegría cuando apareció Wurst -acompañada de Mirjam Weichselbraun, Alice Tumler y Arabella Kiesbauer- para dar comienzo a los festejos. Una gala en la que se habló mucho de puentes, de respeto, de tolerancia y en el que el portavoz irlandés se llevó una de las ovaciones de la noche por aprobar en referéndum el matrimonio gay. Ya había ganas para que el concurso musical más famoso del mundo y que congrega a 180 millones de personas delante de un televisor durante la noche de un sábado de mayo -mañana, en el caso de los australianos que desayunaron con las 27 canciones finalistas- comenzara. Y lo hizo con un tono tenue, tranquilo, sin sobresaltos. Parecía que los organizadores habían decidio colocar en el primer tercio de actuación a las canciones más previsibles. Comenzaron los eslovenos Maraaya con su Here for you, para que luego la naif francesa Lisa Angell dejara indifirente al respetable, que solo se movió un poco más cuando el israelí Nadav Guedj trajo su mezcolanza de ritmos al escenario o los británicos Electro Velvet presentaron su charleston Still in love with you.

Elina Born & Stig Rästa demostraron por qué su Goodbye to yesterday era favorito. Estonia logró 106 puntos. En cambio, la apuestas de Noruega, Chipre y Polonia por las baladas tristes pasaron sin pena ni gloria. En cambio, sorprendió la serbia Bojana Stamenov. Cuando su voz explotó en Beauty never lies, se llevó una de las ovaciones de la noche; al igual que los lituanos Monika Linkyté y Vaidas Baumila, que incluyeron besos de tornillo en su espectáculo. Hasta que apareció Mans Zelmerlöw, el sueco con sus compañeros holográficos y su Heroes, ese tema tan discotequero que sonará este verano hasta la saciedad.

La misma alegría transmitió Guy Sebastian. El australiano, con su Tonight again de ritmos poperos y funky que recordaban a Bruno Mars, conectó con el público; al igual que el belga Löic Nottet. El Rhythnm inside, tan minimalista y tan extraño en un festival como Eurovision, gustó mucho. Las dos propuestas se hicieron con el quinto y el cuarto puesto, respectivamente. Al final aparecieron Gagarina que, a pesar de los pitos, realizó una actuación magistral. Como los chicos de Il Volo. El Grande amore cerró la noche con contundencia y talento. Luego, las votaciones confirmaron los vaticinios.

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