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El actor protagoniza también la película 'Ocho apellidos vascos'.
«Soy más seco de lo que parezco»

«Soy más seco de lo que parezco»

Dani Rovira es Juan, el becario de la revista de moda de 'B&B' (Telecinco). «Me da vergüenza que me pidan fotos, pero como no soy político por lo menos la gente no me increpa»

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Miércoles, 19 de marzo 2014, 11:37

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Lleva muchos años de entrenamiento con los monólogos, pero Dani Rovira (Málaga, 1980) todavía se siente como «un becario» en el cine y la televisión. «Esto es muy nuevo para mí», confiesa. Aunque su debut en la pequeña y la gran pantalla no ha podido empezar con un éxito mayor. La película 'Ocho apellidos vascos', que protagoniza junto a Clara Lago, arrasó el primer fin de semana de su estreno con 400.000 espectadores; y la serie 'B&B' (Telecinco, hoy a las 22.30 horas), en la que da vida a Juan, un periodista en prácticas, se ha asentado tras el cambio de día del lunes al miércoles.

¿Es duro ser becario en una revista de moda?

En mi vida había sido becario. Eso le da un matiz de inocencia, de ver las cosas por primera vez. Igual cuando hagamos 1.200 capítulos se vuelve más espabilado.

¿Cómo se ha preparado su primer personaje en una serie?

Ya estás presuponiendo que me lo he preparado (risas). Todo lo que es Juan es la parte más 'naif' de Dani Rovira, mi parte más inocente. Pero poco a poco he ido conociendo más a mi personaje y ya veréis cómo va transformándose.

¿Fran Perea es buen compañero de piso?

A Fran no lo conocía personalmente. Y nos llevamos genial, compartimos hasta camerino, y eso luego se traslada a la serie. Los dos somos del Málaga y, además, nos dejan hablar con nuestro acento. Todas las tramas que tenemos juntos están siempre a punto de echar a pique nuestra amistad, pero luego nos reconciliamos. Somos Zape y Zape, porque ninguno es rubio.

«Soy muy sensible»

Vaya debut simultáneo en el cine y la televisión.

Ha sido un salto muy bonito, tenía muchas ganas. No me voy a poner flores, si no lo he hecho antes es porque nadie me lo había propuesto. Tanto Juan como mi personaje en 'Ocho apellidos vascos' tienen muchos tintes de comedia, por lo que no me ha costado mucho interpretarlos. Lo más complicado ha sido acostumbrarme a los códigos, ya que en el teatro es más el 'aquí y el ahora', hay más 'feedback' con el público.

¿Cómo se ve en pantalla?

Todavía no estoy muy acostumbrado. No es que sea muy autocrítico, pero me fijo en si se ha plasmado lo que he querido transmitir. Esto es muy nuevo para mí.

¿Lejos de las cámaras es igual de gracioso?

No porque cansa mucho. La esencia de los monólogos que hago es parte de mí, eso no me lo invento, pero sí que es verdad que soy una persona muy discreta, más 'sequillo' de lo que parezco. Cuando estoy en un grupo grande de personas me gusta situarme en un segundo plano.

Entonces la fama que le viene no la va a llevar muy bien

Que me pidan fotos por la calle me da mucha vergüenza. No está mal porque no soy un político y no vienen a increparme. Pero si me paran por la calle la gente se empieza a arremolinar en torno a mí y no me gusta. Me voy a tener que comprar un traje de Bob Esponja o algo así.

No parece tímido

Porque al fin y al cabo esto se convierte en tu profesión. La primera vez que me subí a un escenario, por supuesto, no era el Lope de Vega con tres mil personas, fue en una tetería con veinte. A mí la timidez me mola siempre que no me impida hacer cosas importantes en la vida.

¿Le apetece hacer drama?

¿Por qué no? Me apetecería mucho porque soy una persona muy sensible. Si mañana me dice Isabel Coixet que quiere rodar conmigo le diré que estoy encantado.

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