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La transmutación de los victorinos

La transmutación de los victorinos

Solo el primero honró a sus ancestros en una tarde que acabó con Luque a hombros

Pepe Orantos

Domingo, 11 de junio 2017, 09:56

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Dice la RAE que transmutación es el hecho de transmutar y que transmutar es convertir algo en otra cosa. Si no hubiera visto al primero de la tarde de ayer en Plasencia, si no hubiese estado la A coronada pintada en el ruedo y Félix Majada no hubiese estado en el callejón vestido de corto, podría haber llegado a pensar que estaba viendo una corrida de Garcigrande. Sólo me faltaba 'El Juli'.

FICHA DEL FESTEJO

  • uToros. Seis toros de Victorino Martín. Aplaudidos en el arrastre segundo, cuarto y quinto, pitado el primero.

  • uToreros. Manuel Escribano, palmas y silencio. Iván Fandiño, ovación y ovación. Daniel Luque, oreja y oreja.

  • uPlaza. Plasencia, segundo festejo de las Ferias de junio. Media entrada en tarde muy calurosa.

El respeto y la tremenda admiración que uno siente por el ganadero, la ganadería y su trayectoria hace que piense que la de ayer sólo fue una tarde extraña, en la que segundo y tercero fueron ejemplares muy aprovechables y que, en líneas generales, todo el encierro estuvo por encima de los actuantes. Fue una aceptable corrida de toros que, por encima de todo, sólo tuvo un pero, nunca pareció una corrida de Victorino Martín.

Primero y único

Salió el primero pregonando que venía directo de Las Tiesas de Santa María y no hizo falta mirarle el hierro, antes de que empezara a buscar lo que se dejaba atrás después de cada capotazo de Escribano. Tras un complicado tercio de banderillas, el de Gerena brindó al público y comenzó una faena en la que no entendió en ningún momento a su enemigo, acortándole las distancias de tal forma que acabó tropezándose con su lomo. No acertó con la lidia que correspondía a este ejemplar de Victorino a pesar de demostrar una entrega absoluta que fue reconocida por el público en varias fases de la faena, hasta el punto de hacerle salir a saludar el tercio tras una estocada entera algo trasera.

Sorprendido como debía estar de la transmutación de los dos victorinos que le habían precedido, en el cuarto Escribano trató de ir a por faena desde el tercio de banderillas, pero un último par defectuoso deslució su intentona. Brindó la muerte de 'Pacense', que así se llamaba el segundo de su lote, a Antonio Ramírez de Arellano, consejero de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía, que se encontraba en una barrera del coso de Las Golondrinas.

Comenzó la faena por la derecha perdiéndole un par de pasos en cada envite, intentando corregir lo que creyó podían haber sido defectos propios en el primero y el toro lo agradeció concediéndole varias embestidas con clase. Eso sí, pronto dejó de colaborar y el de Gerena tampoco supo ofrecerle otra cosa. Por la izquierda las acometidas fueron más sucias a pesar de que el de Las Tiesas no dejaba de embestir. Lo de la transmutación volvió a evidenciarse cuando vimos a Escribano cerrar la faena con una tanda de redondos y unas manoletinas en los medios. Casi creímos en el triunfo, hasta que el sevillano cogió el acero y pegó a su enemigo una bochornosa estocada atravesada que hizo guardia en uno los costados. Un pinchazo hondo, otra estocada caída y atravesada y un descabello culminaron en silencio la actuación del torero que, un día, logró el indulto de Cobradiezmos.

Comenzó la transmutación

Con el segundo de la tarde, que correspondió en lidia a Fandiño, comenzó la transmutación de los victorinos que viajaron el viernes a Plasencia. El de Orduña había visto en el primero de Escribano que esta tarde convenía perderle un par de pasos a los victorinos entre muletazo y muletazo y así ligó las primeras tandas de su faena, obligando a su contrincante a humillar hasta que toro y torero mostraron una estampa realmente plástica.

Una primera tanda de naturales de mérito precedieron a otra por la derecha en el que el de Victorino demostró que, transmutado y todo, no se olvidaba de lo que dejaba atrás. Dos pinchazos y una estocada entera, dejaron en ovación lo que podía haber sido una faena de trofeos.

Con el quinto, quizás el mejor presentado de la tarde, Fandiño cuajó un excelente saludo capotero por verónicas antes de que 'Bohemio' pusiera en serios aprietos a su cuadrilla en banderillas. Soso en la muleta, se paró por la derecha y ofreció cortas y bruscas embestidas por la izquierda.

Sin conexión ninguna con los tendidos, el vasco acabó quitándose de la cara del toro, renunciando a cualquier posibilidad de hacer faena con él. Un pinchazo hondo, media estocada, un aviso y un descabello acabaron en una ovación para el voluntarioso vizcaíno.

Efectivo Daniel Luque

El triunfador de la tarde basó su actuación en una mejor lectura de las características de sus enemigos de las que habían hecho sus compañeros de terna y, sobre todo, en un mejor manejo de los aceros. El tercero humilló con mucha clase y el segundo de los gerenenses de la tarde le llegó incluso a instrumentar una tanda de derechazos en redondo. Le dejó la muleta puesta en la cara y enfrió sus embestidas hasta dar la sensación de haberse dejado medio toro crudo cuando cambió la ayuda por el acero. Una estocada en la suerte contraria le valió la primera oreja de la tarde.

En el sexto, que recibió dos puyazos, acabó Luque peleándose en los medios para meterlo en la muleta a trompicones, con algún que otro gesto innecesario como aplaudir el lomo del animal. Una estocada entera permitió al público feriante de Plasencia no abandonar la plaza sin haber sacado a un actuante a hombros.

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