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El diestro Antonio Puerta dando un pase con la muleta. :: agm
Faena magnética de Puerta

Faena magnética de Puerta

El diestro murciano indulta un toro en Abarán en una tarde en la que también brillaron Ponce y López Simón

FRANCISCO OJADOS

Miércoles, 28 de septiembre 2016, 10:06

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Casi tres horas de festejo y el público que ayer llenó el coso de la Era -quedaron muy pocas localidades sin vender- no se iba de la plaza. La tarde de toros del día tradicional de festejo en Abarán (Murcia) dio para mucho. El personal vibró, se emocionó y disfrutó en una corrida que tuvo un magnífico colofón en forma de una faena magnética de Antonio Puerta a un extraordinario ejemplar de Jandilla, que pasará a la historia de esta plaza al recibir el premio del indulto.

FICHA DEL FESTEJO

  • uToros.

  • Cinco toros de Jandilla y uno, el tercero, de Vegahermosa, correctamente presentados y de gran juego. Sobresaliente el sexto, indultado.

  • uToreros.

  • Enrique Ponce, de grana y oro, ovación con saludos y dos orejas. López Simón, de azul purísima y oro, dos orejas y una oreja. Antonio Puerta, de blanco y oro, dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos.

  • uPlaza.

  • Corrida de toros del día de los patrones San Cosme y San Damián. Casi lleno. El sexto toro, nº 56, de nombre 'Historieta', fue indultado. Los tres espadas y el mayoral de Jandilla salieron a hombros.

Como curiosidad, la última vez que Borja Domecq acudía como ganadero a esta plaza, un discípulo suyo ya recibió el perdón y volvió a la finca a padrear. Aquel se llamaba 'Bucanero', el que regresa a Vejer de la Frontera está marcado con el número 56, es negro mulato, bragado y meano y lleva por nombre 'Historieta'. Toro bravo que recibió dos varas y al que cuajó Antonio Puerta de principio a fin.

Ya lo bordó en el recibo de capa el de Cehegín, con verónicas despaciosas y acompasadas rematadas con una buena media. Brindó la supuesta muerte del astado -luego no se produjo- al ganadero Antonio Ramos, y se cerró en el tercio para doblarse con torería en un comienzo de faena que luego resultaría crucial. El toro, muy bravo, duró como para tres faenas. Galopó cuando Puerta citó de lejos y la faena, muy ligada, fue calando hondo en la grada. En un momento por el pitón izquierdo el torero sufrió un volatín impresionante del que se levantó para torear con mayor compás aún.

La faena, plena en intensidad y emoción, con el toro embistiendo sin parar, derivó en la petición del indulto. No se había visto en otra el ceheginero, que con la agitación del momento siguió toreando en redondo, incluso sin la ayuda de la espada, con el respetable encandilado. Tardó mucho en decidir el juez de plaza y fluyeron cuatro o cinco tandas extras con los tendidos en pie. Cuando apareció en el balconcillo presidencial el pañuelo naranja, la exaltación fue total. Los gritos de ¡Puerta, Puerta! y ¡torero, torero! dieron paso a los sones del himno de España con los que el bravo animal volvió a los corrales.

Antes, Puerta ya había desorejado al tercero, un castaño con clase al que recibió con la larga cambiada y toreó fenomenal a la verónica. La faena, iniciada de hinojos, resultó ligada, dejándose venir de lejos al astado y aguantando con valor. La acabó con estatuarios y una estocada entera muy efectiva. Tarde redonda la del joven diestro, que presenta unos números como matador de toros más que estimables.

Abrió plaza Enrique Ponce, que volvió a mostrar su maestría ante un lote dispar. El primero tuvo nobleza, lo toreó con empaque y buen gusto y no le cortó las orejas porque pinchó en tres ocasiones.

Torero de raza, se resarció con el cuarto, un toro montado arriba y el de mayores complicaciones del encierro. Con torería le pudo por bajo en el principio de faena, le bajó los humos y acabó por dominar completamente a la fiera. Tarde de figura del toreo la del valenciano, que finalizó toreando al ralentí, con un gran sentido estético.

A la tarde triunfal se sumó López Simón, que no desaprovecha oportunidad para presentar sus credenciales. Muy noble fue su primero, al que realizó una faena atractiva para el público, iniciada de rodillas, llevando embebido al Jandilla.

Le formó un lío con la muleta, con pases de todas las marcas, siendo aclamados los circulares. Ante el quinto, más complicado, derrochó valor y, al funcionarle la espada en ambos, sumó tres orejas.

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