Borrar
El Juli torea al natural al toro que abrió plaza ayer en Las ventas. :: afp
El Juli puede con un ambiente hostil

El Juli puede con un ambiente hostil

Discreto estreno de López Simón en la primera de sus tres tardes de San Isidro después de su última temporada triunfal

BARQUERITO

Jueves, 26 de mayo 2016, 08:35

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Justo antes de abrirse el portón de cuadrilla se abrió paso un coro de palmas de tango que iba, sin duda, por El Juli. El meollo del coro, menor pero tan ruidoso que se comió el pasodoble el desfile, estaba donde el famoso tendido 7, pero no solo. Una rareza no del todo insólita: Un paseíllo protestado -fueron miles los que no sabían por qué- y una bronca antes de soltarse siquiera el primer toro. La corrida de Jandilla no pasó el reconocimiento. Entró por ella la misma de Vellosino que vino el 10 de mayo a sustituir la de Robert Margé. Aquel día llovió a cántaros y se suspendió de razón el festejo. Iban a haber matado los seis vellosinos Juan Bautista y los dos grandes perjudicados de San Isidro, Eugenio de Mora y El Payo. El perjuicio de no haber podido torear en la feria su único compromiso. El cambio de ganaderías daba derecho a devolución. La plaza estaba hasta la bandera.

La corrida, más impropia que improvisada, fue de dispares trazas. Tres toros cinqueños -tercero, quinto y sexto- y tres cuatreños Cuarto y sexto pasaron de sobra la frontera de los 600 kilos, De aire jurásico los dos. Los dos del lote de Perera, segundo y quinto, se quedaron en el límite justo de los 600: muy acaballado el quinto, de alzada acentuada por no humillar ni una sola vez, y acarnerado y muy justito de cara el segundo. El primero de los seis tenía las hechuras del llamado toro de Sevilla, el toro bonito, y se llamaba Sevillano. El tercero, abierto de cuerna, fue el de remate más equilibrado, y, en peso -535 kilos- se movió con el tranco propio de los toros de bonanza. A la disparidad de traza -reatas o líneas distintas- se sumó la variedad de pintas. Los tres negros -jugados en puestos pares- abultaban el doble que los tres rubios.

A la cuenta de El Juli cargaron de partida todo: el cambio de ganadería, las lindas hechuras del toro sevillano que abrió fiesta, recibido con un coro reiterado de palmas de tango y de chuflas, y, de paso, su inicial fragilidad y su ligera informalidad. El Juli, bastante más relajado que en su primera tarde de feria, anduvo con el toro seguro, fácil y templado. Faena abierta sin pruebas, de notable puntualidad, con variantes en la elección de distancias, toque de gran suavidad, muletazos muy despaciosos con la zurda, ligazón y encaje. Todo pasó donde quiso El Juli, que enterró arriba un pinchazo hondo, casi media. Tres descabellos, Después de arrastrado el toro, se acalló el coro.

La faena estuvo salpicada de improperios y frases vejatorias. Hizo oídos sordos Julián. Suya iba a ser la faena de la tarde. A uno de los dos toros de jurásica estampa. El cuarto, un pavo, algo bizco, bien armado, alto, largo, ancho, popa imponente. Toro abanto, de soltarse, pero El Juli lo fijó en los medios y lo lidió sin violencia, picó perfecto Diego Ortiz, capotazos precisos de brega de Álvaro Montes, banderillearon en los medios Soler y Fernando Pérez, no hubo pasadas en falso ni un lance de más.

Trabajo de relojería. El Juli vio claro el toro. O antes que nadie. Con todas sus carnes y hasta aire de toro viejo a pesar de ser uno de los tres cuatreños, tuvo una virtud: la nobleza. Faena de suave trato, porque solo al cuarto viaje el toro había rodado en el remate. La caída dio alas a calvinistas y luteranos de los asientos de sol. La mayoría silenciosa empezó a sentirse incómoda. No El Juli.

El ambiente en la última de las dos partes de faena no fue nada nuevo. Se enfrentaron dos sectores de la plaza. Los que querían reventar a El Juli y los que se echaban encima de los reventadores. Julián navegó casi plácidamente. Tuvo el toro, tanto toro, en la mano desde la segunda de las ocho tandas de que se compuso una faena de despacioso ritmo, con dos tandas con la zurda a cámara lenta, enroscadas, libradas en un palmo de terreno, temple severo en el toreo en redondo, graciosas soluciones el cambio de mano, el desdén ligado con el molinete y el de pecho, y, en fin, la autoridad del toreo de mano baja encarecido por una doble dificultad cruzada: las dimensiones tan pequeñas de la muleta de El Juli y el volumen tan particular de un toro de 630 kilos. Final redondo. Un pinchazo al salto, una estocada y un golpe de descabello. Sacaron a saludar a El Juli a la segunda raya. No procedía resistirse. Admirable la manera de volcar el ambiente, de poder con él tanto como con el toro, que acabó entregado.

A Perera, brillante en un quite mixto en el toro de Sevilla, no lo trataron mucho mejor que a El Juli. Pero sin tanta saña. Calmoso, elegante, anduvo fino con el toro justo de trapío, que se rajó sin consuelo ni remedio después de sometido y obligado. En los pasajes brillantes, un silencio de castigo. Cuando el toro se fue a toriles, silencio de otro color. Sin celo alguno, el acaballado quinto, noble pero nada más, consintió a Perera ejercitarse en sus trenzas a toreo cambiado por la espalda, pero sin que el gesto lo pareciera. Un arrimón para casi nada. Y una estocada en los bajos.

López Simón se encontró, como pasa en Madrid en carteles de esta clase, con el favor de la inmensa mayoría, y el favor, además, de encontrarse con dos toros de buena condición: el primeros de los res cinqueños de Vellosino, el del tranquito bueno, y un sobrero grandísimo de Domingo Hernández que atacó de bravo, descolgó, metió la cara y repitió. Con ninguno de los dos redondeó faena. El sobrero de Domingo Hernández estuvo a punto de desbordarlo. Al toro de Vellosino no lo midió con precisión. El empeño del torero de Barajas por buscar enseguida la distancia corta no es siempre un acierto. Con el toro parado, tal vez. Con el que ataca, nunca. No fue brillante el estreno como torero alternativo o emergente en la plaza que lo lanzó hace ahora un año.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios