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Un chelista interpreta una pieza de Bach.
«En la música nada es imposible»

«En la música nada es imposible»

Music Has No Limits, el espectáculo que fusiona piezas clave de todos los géneros musicales, recala este miércoles en Madrid de la mano de Miguel Deparamo

Iker Cortés

Martes, 21 de marzo 2017, 16:46

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'No apagues tu móvil. Haz todas las fotos que quieras'. La frase, presente en la pantalla que corona el escenario, ya indica que el espectáculo que se va a presenciar tiene un punto de irreverente. Y es cierto: lo mismo un chelista en solitario da inicio a un fragmento de la suite nº1 de Bach, que pasa a interpretar el 'Smooth Criminal' de Michael Jackson, ya con toda la banda al completo, mientras la sección de viento integra el magistral riff del 'Seven Nation Army' de los White Stripes en la mezcla.

De eso va Music Has No Limits, de difuminar los límites y las fronteras musicales. El espectáculo recalará mañana, 22 de marzo, en el teatro Philips de Madrid, después de haber girado con éxito en ciudades como Bilbao, Valencia, San Sebastián, Murcia, Sevilla, Sant Cugat, Logroño, Badajoz, Granada y Málaga, donde ha colgado el cartel de 'no hay entradas'. "Queríamos hacer una obra en la que se mezclasen todos los géneros musicales y en la que se rompiera con las reglas de la música y con las etiquetas", relata Miguel Deparamo, director musical del musical, un viaje increscendo de casi dos horas de duración en el que tienen cabida desde la ópera más purista, representada en el 'Casta Diva', el aria de Vincenzo Bellini, hasta el rock más sesentero, con el '(I Can't Get No) Satisfaction' de los Rolling Stones, pasando por algo más contemporáneo como el 'New York' de los Black Eyed Peas.

El punto de partida del recital fue el hecho de que al equipo base del mismo le gustaban todos los géneros musicales, algo que "se ha acabado contagiando" a todos los artistas que se suben al escenario en cada representación. En este sentido, se ha llegado a definir Music Has No Limits como pura anarquía musical, pero su responsable defiende que sí hay un orden: "Básicamente, hemos buscado qué pieza encaja mejor con la otra. Sería algo así como la playlist de tu vida, que no entiende de géneros ni de artistas. Buscamos un 'wow' continuo en la audiencia". Esta fusión de géneros, ritmos y estilos implica que el público se mantenga alerta durante toda la actuación, no solo porque no saben qué pieza va a sonar sino porque además siempre sonará de forma distinta.

Y es que, por haber, hay momentos en los que llegan a interpretarse cinco piezas a la vez, algo que luego tiene su reflejo en las redes sociales, con espectadores que juegan a adivinar qué piezas forman parte del engraje en un fragmento de la obra: "Me ha parecido que sonaban los Cranberries, mezclados con Linkin Park, pero en realidad la pieza principal era de Lady Gaga con algo de Bach por encima", ha llegado a leer el máximo responsable de Music Has No Limits, que asegura que "en música no hay nada imposible".

Autodidacta al piano, Deparamo asegura que en la obra hay todo tipo de artistas, desde los que han recibido formación superior de conservatorio hasta gente que se ha iniciado en un instrumento y ha pasado a otro. "Este es el secreto de que sonemos tan diferentes a lo que hay ahora mismo en otros escenarios, porque entre nosotros la manera de interpretar una misma pieza es muy distinta". Más allá de la técnica y de la habilidad de cada uno, el objetivo, sin embargo, es siempre el mismo: que el público se levante de las butacas y que acabe en lo más alto.

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