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Ramón Gener: «Wagner y AC/DC no son incompatibles»

"Solo hay música buena y mala, y algunas óperas son un coñazo", dice el presentador de 'This is Opera', que con el libro 'Si Beethoven pudiera escucharme' quiere también contagiar su melomanía

Miguel Lorenci

Sábado, 6 de junio 2015, 07:24

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«Wagner y AC/DC no son incompatibles. Los wagnerianos deben ir a conciertos de heavy, y viceversa. Hay que liberarse de cualquier prejuicio y abrir la mente. Solo hay música buena y mala». Lo dice Ramón Gener, (Barcelona 1967) con una sonrisa tan contagiosa como su pasión por la ópera. Rompió moldes con el programa 'Ópera en vaqueros' y repite éxito con 'This is Opera' un programa fresco, distinto y apasionado que desacraliza el 'bel canto' y la melomanía y que se ha hecho un hueco en las parrillas de televisiones de medio mundo. Su pasión operística no es ciega y no le impide reconocer que «hay óperas que son un coñazo».

Gener publica 'Si Beethoven pudiera escucharme' (Now books) un libro con el que también quiere contagiar su paradójica y profunda pasión por la música «el único lenguaje realmente universal». Y es que la música es hoy es su vida y su razón de ser, pero hubo un tiempo en el que este divertido melómano le dio la espalda. «Conseguí que me echaran del conservatorio del Liceo siendo un crío; me horrorizaba» explica muerto de risa. Con seis años asistió por primera vez a una ópera, 'Norma' con Montserrat Caballé en el Liceo de Barcelona. «Me quedé dormido» confiesa. Pero con 'Rigoletto' y Kraus, ya adolescente, «algo hizo clic en mi cabeza».

En aquella «alocada adolescencia» se dedicaba a imitar a Julio Iglesias, Miguel Bosé y otros cantantes de éxito hasta que un encuentro con la soprano Victoria de los Ángeles «me devolvió al camino de música». Reeducó su voz de barítono pero no alcanzó el nivel que él mismo se exigía, así que optó por la divulgación y las conferencias «armado de un piano y mucho humor». En una de ellas le «cazó» el director del Festival de Perelada y le ofreció trasladar a la pantalla la pasión explosiva que desplegaba en sus explicaciones sobre Wagner, Beethoven, Verdi, Mozart, Rossini o Bellini. La cámara le quiso y el éxito fue inmediato. El programa se ve hoy en Suiza, Austria, Italia, Alemania y Australia y se verá en Letonia, Mongolia, Portugal o México.

«No he conocido a una sola persona que no le guste la música» explica Gener, que alterna a Verdi con Bruce Springnsteen o Jackson Browne y es capaz de entusiasmar a quienes jamás han pisado una sala de conciertos o un teatro de ópera. Viaja por el mundo para demostrar que «la ópera es la vida». Lo mismo cuenta 'La Bohème' en un casa okupa de París, escribe la machista letra de 'La donna è mobile' de Rigioleto en un pizarrín y lo exhibe en una terraza de bar o explica como Beethoven cambiaba de casa sin descanso y «componía mejor en ambientes desordenados, insalubres y pestilentes».

Para disfrutar de la música y de la ópera no hace falta más que esa disposición a escuchar. «No hay que tener nada especial, ni dinero, ni formación» dice Gener, en cuyo altar ocupan un lugar muy preferente Mozart y Rossini. «Su imaginación no tenia límite, les daba la capacidad de volar y eso le hizo geniales. Ambos son mi espejo cuando hago un guion, cuando imagino lo imposible para hacerlos posible» dice Gener que, desde luego, asiste a la ópera en vaqueros.

La primera ópera

No tiene un título ideal para iniciarse en la ópera. «'Porgy an Bess' no estaría mal, pero con un Verdi o un Puccini, casi seguro que no fallas, aunque cada persona es un mundo». «Solo hay algo que me apasiona más que la música, y es escuchar a la gente. Me gustaría abrir un consultorio para aconsejar a cada cual su primera ópera después de que me contara su vida» asegura.

«La música es como un buen amigo, al que debes escuchar. Siempre tiene algo que decirte. Si de verdad es tu amigo, escuchas y aprendes a quererle. Esa es mi relación con la música, que siempre me dice algo y me enseña» plantea. «Es divertida, es transversal y habla a todo el mundo ya sea bakalao, rock o clásica».

Tras aquel 'Rigoletto' con Kraus Gener se hizo habitual del Liceo y lo vio «todo» con entradas baratas. «Hoy son caras pero no tanto. Acabo de pagar 175 euros para invitar a mi hijo a un concierto de Lady Gaga. En el Liceo caben 2.600 personas y en un estadio 50.000. Hay que hacer números y calibrar lo que cuesta montar cada espectáculo y qué te ofrece. Y ese cálculo dice que la ópera no es tan cara» concluye.

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