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El escritor Tomás García Yebra.
«Cela reconoció la estafa de 'La cruz de San Andrés'»

«Cela reconoció la estafa de 'La cruz de San Andrés'»

Tomás García Yebra sostiene en su nuevo libro que el Nobel no plagió, pero sí incurrió en «un delito de apropiación indebida»

Antonio Paniagua

Lunes, 13 de junio 2016, 01:35

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Cuando el periodista y escritor Tomás García Yebra publicó 'Desmontando a Cela' (2002), Marina Castaño, los acólitos del Nobel y parte de la prensa le acusaron de 'amarillista' y falsario. «El paso del tiempo ha dado y quitado razones», afirma García Yebra, quien acaba de publicar 'Madera de Cela. Cartografía de un país llamado España' (Funambulista). «No hubo plagio en 'La cruz de San Andrés'», pues «Cela recrea la obra de Carmen Formoso, pero sí hubo delito de apropiación indebida: cogieron el manuscrito de Formoso, quien se había presentado al Planeta el mismo año que lo ganó Cela, y se lo entregaron al escritor gallego para que él y sus negros lo transformaran en 'La cruz de San Andrés'».

A García Yebra le sorprende la actitud de la justicia. «Si los abogados, en vez de enredarse en esgrimas dialécticas, aplicaran el sentido común, este país creería más en los jueces de lo que cree». En su opinión, el caso de 'La cruz de San Andrés' demuestra que la justicia es «igual para todos», pero «mejor que te hagan justicia siendo rico que siendo pobre». Y subraya: «El mismo Cela reconoció que había cometido un error; es decir, que estafó al lector y a sí mismo, como cuento detalladamente en el libro».

A raíz de la publicación de 'Desmontado a Cela', en donde se mencionaban algunos de los negros que presumiblemente tuvo el Nobel, las llamadas a la redacción de la agencia Colpisa (donde García Yebra trabajó durante tres lustros) se fueron intensificando. «Empezaron a aflorar negros comos setas; 'yo fui negro de Cela', levantaban orgullosos el dedo». Sostiene que hay que distinguir entre colaboradores y negros, si bien, muchas veces, «la frontera es difícil de delimitar».

Además de la polémica de 'La cruz de San Andrés' y el escándalo de los negros, el periodista repasa algunas de las obras imperecederas de Cela ('La familia de Pascual Duarte', 'Viaje a la Acarria' o 'La colmena'). También se adentra en uno de sus trabajos más escabrosos, 'Mrs. Caldwell habla con su hijo', donde el escritor gallego aborda el asunto del incesto.

Escrita en primera persona, 'Madera de Cela' comienza en los salones del hotel Reina Sofía de Barcelona, en las vísperas de la concesión de uno de los premios Planeta. Con humor (a veces despiadado) y sin morderse la lengua, García Yebra cuenta lo que, en su opinión, no se puede contar en las páginas de los periódicos. «En España no hay censura, pero hay tijeretazo mental; esto es, la autocensura que cada periodista se aplica dependiendo del medio en el que trabaje y de los poderes a quienes sirve».

El autor le dedica una carta a Marina Castaño, en la que hace recuento de sus errores, y recoge algunas de las frases y anécdotas más divertidas de don Camilo. «Cela inauguró una luminosa voz que, con el tiempo, se volvió ronca y bronca, pero la prosa de sus primeras obras es tan imperecedera como el 'Lazarillo de Tormes'; lástima que no se prodigara en su mejor virtud: la sencillez».

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