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Fotografía inédita de Robert Capa que muestra unos combatientes republicanos en el Río Segre durante la Guerra Civil española.
«La represión y los asesinatos no eran obligatorios en la Guerra Civil»

«La represión y los asesinatos no eran obligatorios en la Guerra Civil»

El catedrático Octavio Ruiz-Manjón recoge en 'Algunos hombres buenos' la trayectoria de personas que rechazaron tomar parte en "aquella barbaridad"

José Luis Álvarez

Domingo, 21 de febrero 2016, 07:50

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La Guerra Civil estuvo jalonada de una desmedida represión sangrienta en ambos bandos. Sin embargo, muchos ciudadanos que vivieron la contienda se dieron cuenta de que aquello era una barbaridad y que aquellos asesinatos eran injustos, se hicieran por la razón que se hiciera, según explica el profesor emérito de la Universidad Complutense, donde fue catedrático de Historia Contemporánea, Octavio Ruiz-Manjón, autor de libro Algunos hombres buenos (Espasa).

Esta obra pasa de ser un estudio sobre la violencia y la represión, donde en cierto modo desaparecen los individuos y la conciencia individual, para presentarse como una reflexión sobre la Guerra Civil. Según Ruiz-Manjón, los libros sobre la Guerra Civil abordan el tema como si los españoles hubiéramos estados obligados a asesinarnos a partir del 18 de julio de 1936. Pero es verdad que hubo muchas personas que se dieron cuenta de que aquello era una barbaridad y que aquellos asesinatos eran injustos, por lo trataron de apartarse de ellos.

En Algunos hombres buenos, el autor realiza una defensa del individuo y de la conciencia individual, recogiendo testimonios y hechos de personas, unas anónimas y otras conocidas, que mantuvieron una rectitud de criterio desde diversos planteamientos ideológicos y políticos, de izquierdas y derechas. En los testimonios se evita hacerse eco de las matanzas. Con ellos Octavio Ruiz-Manjón trata de decir que la represión no era obligatoria, que asesinar no era obligatorio. Había personas que, en la medida que pudieron, se pusieron en contra de secundar esa salvajadas que se experimentaron en el verano del 36. Y es que este experto en Historia considera que tras los tres primeros meses de la guerra la represión en los dos bandos disminuye mucho.

Ruiz-Manjón elogia la postura de quienes denuncian las barbaridades en nombre de una ideología y rechaza el concepto de obediencia para cometerlas, porque recibir una orden no justifica que eso es lo que había que hacer. En la idea de obediencia debida se amparan personas que no tienen ni la rectitud moral ni las ganas de llamar asesinato a lo que es un asesinato, afirma.

En la obra se encuentran los testimonios de políticos, intelectuales, militares, sacerdotes, civiles como son los casos del que fuera presidente de la Cortes republicanas Julián Besteiro, el torero Melchor Rodríguez, el rector y diputado Juan Peset, el académico de la Lengua Julián Marías, el exministro Luis Lucía, el nacionalista vasco Manuel de Irujo Ollo, el músico Manuel de Falla, o los escritores Antonio Machado y Miguel de Unamuno, entre otros. Respecto a este último, el autor asegura que, aunque no vivió toda la contienda, lo destaca por su experiencia intelectualmente tan profunda y por su actitud que cambió desde el apoyo inicial a los sublevados hasta el rechazo a la violencia y el aislamiento en Salamanca.

Octavio Ruiz-Manjón afirma que su obra tiene el claro mensaje de no hay que dudar en seguir la conciencia individual y en ser muy celoso al defender la libertad personal. Sin dejarse arrastrar ni por consignas, ni por apelaciones a la obediencia. El autor considera que pese a la complicada situación política actual, donde ha crecido las actitudes guerracivilistas, las condiciones de la España de 2016 son muy distinta de la de hace 80 años. Estoy convencido de que hoy la cordura y el sentido común se pueden imponer.

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