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El escritor y periodista Ignacio Elguero.
Un baúl de los recuerdos de la segunda mitad del siglo XX

Un baúl de los recuerdos de la segunda mitad del siglo XX

El periodista Ignacio Elguero publica el libro 'Cosas que ya no...', en el que hace un repaso de frases, objetos y hechos de antaño que ya han pasado a la historia

Lucía Palacios

Sábado, 23 de mayo 2015, 08:36

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Si 'Mambrú se fue a la guerra' o 'Ya murió la burra que acarreaba la vinagre' te dice algo... eres 'de los de antes'. Aquellos que escuchaban discos en vinilo, que le daban golpes al televisor para estabilizar la imagen, que esperaban tres horas antes de bañarse para no cortar la digestión, que escribía a máquina, que enviaba cartas (con sobre y sello) a la persona querida para declararle su amor, que daba cuerda a su reloj o le sacaba el aire al coche (con el estarter) para que arrancara.

El tiempo pasa muy rápido y la memoria muchas veces falla. Pero no es el caso del periodista Ignacio Elguero (Madrid, 1964), que tiene una brutal capacidad para acordarse de todo. Un día le dio por recordar todas aquellas cosas que formaron parte de su infancia y adolescencia y que ya prácticamente habían desaparecido de la sociedad... y acumuló más de 400. Así es como surgió su último libro, 'Cosas que ya no decimos, no hacemos, no existen' (editorial Planeta), que cuenta con unas bonitas ilustraciones que ayudan a "abrir los cajones de la memoria y mover los sentimientos."

"Quería hacer un retrato a modo de crónica con pequeños artículos humorísticos, irónicos, divertidos, reflexivos, sobre el tiempo que nos tocó vivir y que de una manera muy rápida ha desaparecido", cuenta el autor de 'Los niños de los chiripitifláuticos', que compagina su faceta de "cronista de mi generación" (como a él le gusta definirse) con su trabajo como director de programas de RNE.

Elguero sí admite cierta añoranza de ese tiempo que se fue y no volverá, pero asegura que no hay "un llanto de nostalgia", puesto que "hay algunas cosas que menos mal que ya no...", como hacer la mili, fumar en clase, declamar los ríos de España de memoria o llevar a los niños en el coche en brazos de los mayores. "El cambio más brutal ha sido el tecnológico, y va a cambiar muchísimo más hasta límites que no conocemos", augura, al tiempo que explica divertido que dentro de medio siglo lo único que habrá que 'recordar' es "una pantalla, nada más", porque todo cabrá ahí dentro.

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