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Richard Gere y Julia Roberts, hace 25 años.
'Pretty Woman' celebra sus bodas de plata

'Pretty Woman' celebra sus bodas de plata

Richard Gere y Julia Roberts, que enamoraron al mundo con esta moderna versión del cuento de 'Cenicienta', se reúnen 25 años después para recordar un filme que demuestra su lozanía en cada uno de sus pases

Óscar Bellot

Jueves, 19 de marzo 2015, 12:39

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Pocos lo dirían viendo las magníficas cifras de audiencia que año sí, año también, cosecha 'Pretty Woman' en cada uno de sus pases televisivos. Pero hace ya 25 años que Julia Roberts conquistó a Richard Gere haciendo la calle en Hollywood Boulevard. El filme de Garry Marshall cumple el próximo lunes sus bodas de plata y, con motivo de un aniversario tan especial, el programa 'Today' de la cadena NBC ha reunido a sus dos protagonistas en un viaje en el tiempo que ha servido para demostrar que, pese a que los años no pasan en balde, ambos siguen manteniendo la química que tanto contribuyó al éxito de uno de los largometrajes que siempre serán referente para los cinéfilos más románticos.

Gere y Roberts intercambiaron bromas y sonrisas en compañía de otros integrantes del equipo que contribuyó a hacer de 'Pretty Woman' uno de los éxitos más perdurables de todos los tiempos. Allí estaba, entre otros, Hector Elizondo, el director del hotel Beverly Wilshire cuya complicidad con el millonario Edward Lewis resultó capital para que éste dejase atrás todas sus dudas y corriese en pos de Vivian Ward, esa prostituta a la que había conocido al desorientarse mientras conducía el caro automóvil de su abogado y que le cambiaría la vida para siempre.

Aunque éste, claro, no fue el primer reencuentro de Gere y Roberts con Elizondo. Los tres fueron reclutados por Marshall para 'Novia a la fuga', una película rodada casi una década después de 'Pretty Woman' y que, pese a no contar con tanto tirón como aquella, sirvió para calmar las ansias de los nostálgicos por ver de nuevo a la pareja en la gran pantalla.

La pareja que enamoró a la audiencia

Todo el mundo que llega a Hollywood tiene un sueño. Esta frase tiene ya un carácter tan imborrable en la mente de los cinéfilos como la de "este es el comienzo de una gran amistad" de 'Casablanca'. Edward Lewis lo materializó al cruzarse con esa prostituta tras ponerse al volante del deportivo de Philip Stuckey, el abogado que, andado el metraje de la cinta, acabaría insultando al nuevo amor de su cliente y propinándole una sonora bofetada cuando éste hizo caso omiso de sus atenciones, lo que le valió el consiguiente puñetazo del millonario cuando irrumpió en la suite del hotel en el que ambos se alojaban.

La espontaneidad de Vivian le había ablandado el corazón a este hombre que, en el mundo de las altas finanzas, había hecho negocio arrebatándoles los suyos a otros con singular frialdad. Tamaño fue el impacto que Vivian le causó que este auténtico tiburón acabó dejando pasar la oportunidad de robarle la compañía a un empresario tan sólo porque este le caía bien.

El resto es de sobra conocido, incluido el final feliz con un Edward Lewis subiendo por las escaleras de incendios, ramo de flores en mano y pese a su miedo a las alturas, con tal de abrazar a Vivian mientras se daba paso a la inolvidable banda sonora y los títulos de crédito.

Las huellas del tiempo

Puede que 'Pretty Woman' no fuese sino una moderna versión de la historia de la 'Cenicienta' que trocaba la maltratada muchacha que había de soportar las miserias a las que la condenaba su malvada madrastra por una descarriada joven que alquilaba su cuerpo con tal de sobrevivir. El príncipe, por su parte, dejaba el camino libre a un truhán de los negocios con una larga lista de romances fracasados. Pero la simplicidad del argumento no fue óbice para el monumental triunfo de la comedia romántica de Garry Marshall.

Su poder de atracción sobre el público se mantiene intacto, como demuestran las cifras de audiencia de sus sucesivas reposiciones. Pero la vida de Richard Gere y Julia Roberts ha cambiado mucho en estos 25 años. El tiempo, a diferencia de lo que ocurre en el celuloide, es inclemente con las estrellas de Hollywood. Julia Roberts fue en su día la 'novia de América', pero si alguien ostenta hoy en día ese título esa no es otra que Jennifer Lawrence.

La actriz nacida en Georgia tuvo que esperar hasta el año 2001 para alzarse con el Oscar, merced a su interpretación de una corajuda mujer sin estudios que, como David con Goliat, logró tumbar a una poderosa compañía en 'Erin Brockovich' (Steven Soderbergh, 2000). Pero en los últimos años, Roberts espacia cada vez más sus apariciones en la gran pantalla, centrada en el cuidado de su familia. Su caché se ha reducido, pero el público sigue queriéndola. Entre sus interpretaciones más destacadas de los últimos tiempos se cuentan la de una millonaria de derechas que convence a un congresista estadounidense de la necesidad de prestar ayuda a quienes combatían la ocupación soviética de Afganistán en 'La guerra de Charlie Wilson' (Mike Nichols, 2007) o la de malvada madrastra en 'Blancanieves (Mirror, Mirror)' (Tarsem Singh, 2012).

Richard Gere, por su parte, sigue cultivando la fe budista al tiempo que presta su seductora sonrisa, ahora con unas cuantas arrugas más, a títulos como 'El fraude' (Nicholas Jarecki, 2012) o 'El exótico hotel Marigold' (John Madden, 2015).

El tiempo ha pasado por ellos, pero no por los personajes a los que pusieron rostro hace ahora 25 años en un título que, como los buenos vinos, se saborea mejor cuanto más envejece.

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