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De Cáceres a Badajoz

De Cáceres a Badajoz

Es un libro de viaje lleno de interés, un feliz paseo por la deslumbrante naturaleza y los monumentos históricos que el camino ofrece

MANUEL PECELLÍN

Sábado, 21 de abril 2018, 09:48

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Viajar desde Cáceres a Badajoz, o al contrario, por carretera de corte decimonónico (son las dos únicas capitales españolas de provincia no ligadas con autopista) que hoy se llama Ex-100, constituye un ejercicio de alto riesgo. No obstante, pocos kilómetros de las rutas nacionales ofrecen mayores atractivos. Así lo demuestra esta obra de José Manuel López Carretero (Cáceres, 1968), que los ha recorrido en centenares de ocasiones. Se trata de un libro de viaje lleno de interés, un feliz paseo por la deslumbrante naturaleza y los monumentos históricos que el camino ofrece.

Doctorado en Ciencias Biológicas, con una decena de publicaciones y numerosos artículos sobre el patrimonio natural y cultural de Extremadura, el autor derrocha aquí entusiasmo frente a parajes únicos en Europa, que demuestra conocer exhaustivamente, advirtiéndonos tanto de la belleza y valía de los mismos, como de los altos riesgos de desaparición amenazantes a muchos de sus componentes.

Según un paradigma entronizado por Camilo J. Cela con su Viaje a la Alcarria, J. J. López se trasmuta en 'el viajero' que narra las vivencias experimentadas a través de las poblaciones (pocas), dehesas, riachuelos, bosques, regadíos, penillanuras, sierras. que va encontrando en aquellos cien kilómetros, habitados por una fauna y flora riquísimas. Espacio repleto de incontables vestigios prehistóricos, romanos («la huella de las legiones resulta omnipresente»), musulmanes, renacentistas, modernos y contemporáneos. De todo se ofrece detallada cuenta, con un auténtico derroche de conocimientos, basados en sólida y actualizada documentación. Pocas lagunas y solo algún desliz cabe señalar en tan atractivas páginas. Gracia tiene citar (pág. 175) a un tozudo masón, encendido republicano y anticlerical convicto como «fray Nicolás Díaz y Pérez», a quien se acude para argumentar en defensa del bello puente de Cantillana, hoy a punto de derrumbe, construido sobre el Gévora (s. XVI) por la ciudad de Badajo merced a las rentas de «la bellota común». Un simple, hasta simpático desliz en obra tan sustanciosamente documentada como bien escrita. No hay pasaje suyo que no enseñe y divierta, incitando a defender el inconmensurable patrimonio aún no destruido, pero incurso a veces en la 'Lista Roja'.

Puntos fuertes del relato son el calerizo y la arqueología minera de Aldea Moret (con las pinturas de Maltrevieso estos meses revalorizadas); la red de senderos marcados por la trashumancia, fenómeno milenario en estos terruños; la arquitectura vernácula (cortijos, casonas, cercas, caballerizas, zahúrdas, tinahones, pozos.); los Llanos de Cáceres; la espléndida Sierra de San Pedro (sin duda, el punto central del viaje), un verdadero paraíso; la parte baja del 'Plan Badajoz' y la capital del Guadiana, en cuya estación de ferrocarril finaliza la odisea.

El viajero, que rinde homenaje explícito al gran Jesús Garzón, «el naturalista más legendario de Europa», cuyos pasos y afanes en defensa del patrimonio natural de Extremadura jamás olvidaremos, trasmite el mismo fervor por la tierra y sus valores que distinguieron siempre al tozudo adalid del medio ambiente. Fácil resulta compartir con los dos el entusiasmo común ante las majestuosas siluetas del buitre negro, el águila imperial o el mastín; las agilidades del cernícalo primilla o elanio azul; el pacifismo de grullas, cigüeñas y palomas torcaces; la rotundidad de encinas y alcornoques centenarios; el señorío del ciervo, auténtico rey de nuestras serranías; la belleza única de plantas silvestres, descritas como nadie por Pérez Chiscano y una interminable relación de especímenes maravillosos. Por no hablar de constructos humanos como dólmenes, castillos, ermitas, murallas, alcazabas, canales y acequias, fuentes y abrevaderos localizables por doquier. De todo se ofrece detallada relación, remontándose a sus orígenes, etimología, funciones y desarrollo a través de los tiempos, hasta el punto de que el libro viene a suponer una impagable lección de Naturaleza y de Historia de Extremadura.

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