«Estoy feliz por no tener que ponerme la capa de Batman de nuevo»

¿Conocía la diáspora de los armenios antes de rodar esta película?

Me entrevisté con muchos armenios para preparar mi interpretación. Tengo que confesar que no sabía absolutamente nada de la diáspora armenia antes de rodar esta película, lo cual me parece realmente sorprendente. Sé que se ha intentado disfrazar lo ocurrido y, por ese motivo, hay una falta de conocimiento en la opinión pública sobre este tema. Lo cierto es que jamás lo estudié en el colegio. Una vez que leí el guión entendí que aquellos que son asesinados por Daesh hoy son los mismos a los que mataban hace cien años. Hay muchas similitudes entre lo que sucede en la actualidad y lo que ocurrió hace un siglo.

¿Por qué contar esta historia ahora en el cine?

Al director le gusta narrar e informar, enviar un mensaje altruista, añadir una causa a la historia que quiere contar. Cualquiera que recuerde el genocidio armenio sabe que fue un momento clave en la historia del mundo por la falta de consecuencias que tuvo. Esconder lo que ocurrió con los armenios ha provocado que haya gobiernos que se atrevan a hacer otros genocidios y estamos siendo testigos de ello.

¿Después de interpretar este personaje valora más el trabajo de los reporteros de guerra?

Siempre he valorado ese estilo de periodismo. Imaginé mi personaje, un hombre que vivió en realidad estas circunstancias, como alguien muy inteligente, de fuertes convicciones, sin miedo a decir lo que piensa y, sobre todo, provocador. Eso invariablemente irrita a los políticos, a los dirigentes, porque tiene razón en lo que dice.

¿Prefiere estás películas de contenido real o las de superhéroes?

He rodado filmes de ambos géneros y me siento muy orgulloso de las películas de superhéroes que he hecho. Creo que Chris Nolan ha creado una gran trilogía, pero estoy contento de no tener que ponerme la capa de Batman de nuevo.

Da la impresión de que usted es de los actores que más disfrutan con la interpretación.

Para mí esta profesión va mas allá de los premios o los halagos. Lo que me gusta es llegar al corazón, ponerme la mascara del personaje y revelarme como lo que soy, un actor. Cada uno tenemos una forma de interpretar para conseguir deshacernos de la mascara y que el público vea lo que hay detrás de cada persona que interpretamos. 'La promesa' muestra a un periodista real, un tipo que se jugó la vida, un papel fascinante para cualquier actor. Jamás me ha gustado definir lo que admiro de cada personaje que interpreto. Según avanza el rodaje descubro detalles que me informan y me ayudan a entender mi propia fascinación con el papel.

¿Cuándo sabe que un personaje es bueno para interpretarlo?

Para mí es algo instintivo, no soy analítico con los personajes. No hay una lista de detalles que vaya buscando. Los seres humanos pueden ser débiles o fuertes, pueden ser grises o brillantes, se trata de encontrar el equilibro entre lo que es real y lo que no lo es. Necesito identificarme en algún área con mi personaje y sobre todo dejo que mis instintos me digan si debo interpretarlo. Me dejo guiar por la intuición.

¿Le gusta ser nominado al Oscar?

Por supuesto. Siempre es halagador que te nominen. Me gusta cuando la gente habla de mis películas, no me importa si gano o no, lo que quiero es que el público vaya a ver mis historias y disfrute con ellas.

¿Se siente un hombre poderoso?

Como hombre tengo expectativas y ambiciones. Cuando miro a mi carrera trato de superarme constantemente. No trabajo en función del resultado. Lo verdaderamente importante en estos momentos no es sentirme poderoso, sino perseguir mis sueños sin importarme lo que opinen otros sobre ellos. Por otra parte, he hecho muchas cosas en la vida, pero mi hija y mi bebe recién nacido son lo que me llevan a considerarme un hombre poderoso, porque lo más importante para mí es pasar tiempo con mi familia.