La margen derecha pide en las Candelas la apertura del puente

Al frente del pasacalles se pusieron los propios vecinos con pancartas que aludían a sus viejas reivindicaciones. Pero a la limpieza, el empleo y la ansiada rotonda en la calle Gurugú con Padre Tacoronte este año se ha sumado la reapertura del puente peatonal de la estación de tren.

La pasarela era el cordón umbilical que conectaba a los peatones de los tres barrios -Progreso, Gurugú y San Fernando- con Carolina Coronado, pero desde que se cortó tienen que rodear por el túnel o el puente elevado. En el barrio han recogido firmas y han pedido soluciones a Renfe y al Ayuntamiento, pero de poco les ha servido.

Ayer, aprovechando, que los ojos de toda la ciudad se ponían en sus Candelas, volvieron a pedir que se reabriera el que ellos llaman el 'puente de las bragas' (la mención a la prenda interior femenina no es casualidad en un paso que pasa por encima de los asientos de la estación).

Y en un barrio tan castigado por el desempleo tampoco faltaron, como ya es tradición, las alusiones contra el paro. Los niños del grupo scouts desfilaron pidiendo un trabajo para sus padres en cartulinas a las que más tarde prendieron fuego en la hoguera, montada sobre una inmensa montaña de palés. Una familia gitana clamó por el mestizaje y la interculturalidad y hubo quien se acordó de banqueros, preferentes y demás casos de corrupción. También fueron pasto de las llamas junto a la Iglesia de Santa Teresa.

Los participantes se citaron en la cabecera del puente de Palmas a las seis y media de la tarde. Allí, las percusiones y las coreografías de las comparsas echaron a la calle al público que, a pesar del frío, abarrotó toda la avenida Carolina Coronado.

A las nueve de la noche, el epicentro de la fiesta se trasladó al parque de San Fernando. Una vecina leyó un manifiesto en favor del empleo digno y las comparsas se turnaron en el escenario exhibiéndose con las percusiones. Carmen Alor, presidenta de la asociación de vecinos de Las Moreras, recibió una mención especial de esta fiesta por su defensa de la margen derecha. Alor es la representante vecinal más veterana de la ciudad.

Reivindicativa como pocas, su personalidad encaja a la perfección en una fiesta como la de las Candelas. Ayer recogió emocionada el reconocimiento que le brindaron los organizadores de las Candelas. La noche se cerró con el concurso de percusión de algunas de las agrupaciones que participaron en el desfile. Todas fueron muy aplaudidas, el frío no aguó las ganas de fiesta en la plaza.