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Abogadooooooo ¡Visto para sentencia!

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Esto está ganado arrasa en Preliminares a falta de solo una jornada para que acabe la primera fase del Concurso de Murgas

Miriam F. Rua

Viernes, 17 de febrero 2017, 16:09

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Según el artículo 14 de la Constitución del Concurso de Murgas del Carnaval de Badajoz, tienen derecho a ser los ganadores quienes:

14.1. Presenten a un tipo carnavalero y en 20 minutos lo conviertan en personaje.

14.2. Lleven dos coloretes pintados en la cara.

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14.3. Su repertorio sea una combinación equilibrada de humor, crítica, reivindicación, ironía y cachondeo.

14.3. Sus voces suenen compactas, con fuerza, potencia y afinación.

14.3.a. Se valorará asimismo la integración de voces altas, que enriquezcan el conjunto (Juanje qué alegría volver a escucharte).

14.4. Su música, además de aportar sonoridad y enfatizar el repertorio, debe ser coherente con lo que se canta y aportar ritmo.

14.5. Deben desenvolverse con soltura en el escenario, conforme al tipo, sin forzar los movimientos.

14.6. No comentan fallos en la afinación, vocalización, entonación y ejecución del repertorio.

14.7. El escenario no puede ser un mero decorado, el atrezo debe servir para reforzar el tipo.

14.7. Consigan convencer al público.

Con el fundamento jurídico en la mano, Esto está ganao (la suma de Los Niños y Los Murallitas), lograron el veredicto favorable del jurado popular sin posibilidad de recurso ni amparo. Sentencia en firme.

Se condena a costas al resto de grupos que tendrán que reforzar su defensa si quieren tener derecho a réplica en el veredicto final del viernes de Carnaval.

Inocente Rodríguez, su abogado, no lo tenía fácil. Estar colegiado en Esto está ganao es saber que el público quiere una actuación de 10, no de 9,5 ni de 9, de 10. Su trayectoria les obliga y el respetable se lo exige.

Acertaron en volver a hacer lo que mejor saben: presentar en el concurso a un personaje, en este caso un abogado, y no salirse del papel ni en una coma. ¿Un abogado? A priori un tipo gris, al que supieron sacarle la paleta de colores.

Abusaron de su talento vocal y musical, pero por encima de todo esto, sacaron todas sus credenciales con un repertorio que, si lo pesamos en volumen de letras, daría para hacer cuatro actuaciones. Es más, del popurrí de Esto está ganao salen cuatro de cualquier otro grupo. Es más, de los cuplés que cantaron anoche salen chistes para hacer otros cuatro cuplés.

La habilidad de esta murga para coser las letras es tan asombrosa que si como espectador sueltas una carcajada de quince segundos, te has perdido tres golpes porque hacen malabares con las palabras.

Otra de sus virtudes es darles la vuelta a las letras y cambiar el tono por sorpresa. Lo hicieron en sus dos pasodobles, construidos hasta final en el humor y rematados sin salto brusco con una crítica. Vamos lo que viene siendo que te den una hostia sin que la veas venir.

Y si hablamos de virtudes es justo reconocer la demostración que ayer hicieron de cómo se ejecuta un repertorio. Sus letras que, en varios momentos, son un trabalenguas, la introducción del lenguaje jurídico para rizar el rizo, y la rapidez con la que cantan o recitan algunas partes de su actuación solo pueden sacarse adelante con trabajo duro. El que ayer dejaron ver sobre el escenario.

Ellos hicieron su parte y el público la suya. Había temor. Por alguna razón que no llego a comprender, hay gente en el patio de butacas que es capaz de reprimir una carcajada, una emoción o un aplauso espontáneo para no dar ventaja al enemigo. Es una actitud que se repite murga tras murga. Anoche recuperé la fe en el público del López de Ayala, que agradeció el regalo que nos hicieron Esto está ganao a los espectadores. El graderío los acogió rápido y bien, tanto que su estribillo fue coreado desde el primer pase.

En este punto del concurso, a falta de solo una jornada para conocer todas las cartas, Esto está ganao ha sido la única murga que ha sacado el As en la primera mano.

Espantaperros irreconocibles

Nada de lo que se esperaba de ellos se vio ayer en el teatro. El cambio de registro de Espantaperros fue tan radical que, después de la noche, de ellos solo queda el nombre. Para mí fue un cambio a mejor, reconozco que hasta ahora era una murga que no me decía nada en el escenario.

Se soltaron la melena, perdieron la candidez y ganaron en gracia. Sospecho que mucho tiene que ver con la incorporación de Juan Seller (Juan y Punto) al grupo.

Sacaron al escenario un disfraz espectacular. Se caracterizaron como Gremlins y aparecieron con caretas, muy excepcional en el concurso, porque suele restar expresividad. Este no fue el caso, porque las máscaras tenían mucha fuerza.

Flaquearon en calidad vocal, hasta ahora uno de sus fuertes, pero lo compensaron con el humor y la crítica en sus letras, que ganaron en contenido. No estuvieron brillantes ni conectaron demasiado con el público, pero es que la noche, cuando ellos subieron al escenario, ya tenía ganador.

Destacó su segundo pasodoble, muy emotivo, dedicado a Toni Gastón, uno de los componentes más carismáticos de su murga (el diente de oro del año que ganaron el Concurso), que siguió la actuación desde el patio de butacas y al que seguro que los aplausos del teatro le darán fuerza para recuperarse.

Las Polichinelas con mucha personalidad

Las chicas de Las Polichinelas volvieron a tirar del baúl de personajes del humorista José Mota para presentarse ante el López. Si el año pasado eran unas viejas criticonas, como la del visillo, anoche hicieron su pase como La tía de la vara.

Escenificaron muy bien el tipo, el estereotipo de mujer rural, derrochando personalidad y sin complejos, pero no estuvieron tan finas en las voces. Combinaron en su repertorio la dulzura de su tono al inicio de la presentación y en sus pasodobles para interpretar después el resto de su repertorio con un acento de campo, estereotipado también. Resultaba chocante el salto de registro.

Destacaron en sus dos pasodobles. El primero al Combita, el concurso de murgas infantil y juvenil, alertando del fanatismo que algunos monitores les están inculcando a la savia nueva del Concurso. El segundo, a un niño sordo, para el que sacaron en mitad de la letra de nuevo a la intérprete de lengua de signos que acompañó a la murga 20 D Copas el lunes.

Su estribillo también era bueno, haciendo alusión a Guillermo Fernández Vara, pero su popurrí se hizo en algunos momentos pesados. No obstante, hay buenas maneras este grupo.

La Mascarada regresa con rencor

Pareció que anoche La Mascarada, que en 2016 no participó en el Concurso de Murgas de Badajoz por el berrinche que se cogió el año anterior, regresó al López de Ayala para ajustar sus cuentas. Inexplicable, la verdad.

Arrastrar tanto cabreo como para dedicarle la letra de los dos pasodobles fue una torpeza. A mí me encanta que las murgas sean críticas, pero el tono de La Mascarada era rencoroso. Y su afición irritante. Una pena que esta murga haya perdido el sentido del humor tan espontáneo de sus mejores años, que parecen ya historia.

Arrancaron versionando la presentación de Los Cobardes de Martínez Ares (la comparsa que se llevó el primer premio el año pasado en el Concurso de Cádiz). Una osadía.

Se caracterizaron como piojos, con un disfraz muy conseguido, y con la incorporación de dos mujeres, que se dejaron la garganta para enriquecer las voces de la murga.

El popurrí fue pesado y en algunos momentos soez. A lo mejor tienen más suerte en el concurso del Carnaval Romano.

A Los Taifas les faltaron ensayos

Hay murgas a las que no se les puede pedir más, pero este no es el caso de Los Taifas. Sacaron un tipo muy chulo, un náufrago.

Tocaron en sus pasodobles dos letras que fueron muy reconocidas, la primera a la desaparición de la vecina de Monesterio, Manuela Chavero, y al poco eco mediático nacional de su caso, y la segunda a los opositores y a la falta de oferta pública de empleo.

Sus cuplés estaban bien construidos, pero fatal rematados y su estribillo Ay su estribillo. Puede que yo sea cortita, pero necesité de la ayuda de mi compañera Natalia para entenderlo. Conclusión, que me reí a destiempo.

En el popurrí tuvieron muchos altibajos, no solo en letra, también en voces. Hay momentos que iban muy bien conjuntados y sonaban bien y otros para esconderse detrás de la butaca. Les faltaron ensayos, porque tienen maneras.

Murguer Queen jugaron al despiste

La idea que presentaron Murguer Queen era tan chula como desafortunada. Se presentaron como locas del Carnaval, con síndrome de Diógenes acumulando recuerdos de murgas, comparsas, chapas y carteles de la fiesta. Era tal la cantidad de objetos que había sobre el escenario, que hizo que su actuación pasase totalmente desapercibida. Aquello se convirtió en un acertijo para ver quién identificaba más objetos con la murga o comparsa en cuestión.

Dicho esto, yo les agradeceré eternamente que subieran a un figurante vestido de Viriviriflanta al escenario, que clavó el bailecito de los murgueros de los 80.

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