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Ensayo de la coreografía de este año de Vendaval en el Nuevo Vivero. :: pakopí
El Vendaval sopla 35 años después

El Vendaval sopla 35 años después

En 1981 un grupo de amigos de la Asociación Coros y Danzas se lanzó a la calle sin saber que estaban formando la primera comparsa

Natalia Reigadas

Domingo, 1 de febrero 2015, 09:21

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El domingo de Carnaval unas 5.000 personas desfilarán por las calles de Badajoz en 46 comparsas, 18 artefactos y 15 grupos menores. Estas cifras eran impensables en 1981, cuando esta fiesta resurgía en la ciudad. Ese año un grupo de amigos, algunos de ellos de la Asociación Coros y Danzas, decidieron salir juntos bajo el nombre 'De todo un poco'. Habían fundado, sin saberlo, la primera comparsa pacense.

«Cada uno llevaba un traje. Había vaqueros y de todo, pero nos juntamos y nos gustó», recuerda Eduardo Fernández. La experiencia fue un éxito y en el 82 ya eran más de cien personas. Todos se disfrazaron de dálmatas. «Era un espectáculo vernos pasar», dice Fernández, ya que hasta entonces no había grandes grupos coordinados. Ese año ya fueron media docena las comparsas del Carnaval de Badajoz. La organización, sin embargo, era escasa. No llevaban música, ni coreografía. Iban a San Francisco y animaban el ambiente.

Poco a poco todo se fue regulando y los trajes iban perfeccionándose edición tras edición. Cada año, sin embargo, las formaciones cambiaban de nombre. «Empezó flojito pero teníamos ganas. Recuerdo el año 83 que nevó y salimos de todas formas. Luego empezó la música, pero los grupos solo llevaban caja y tambor», rememora el portavoz de esta agrupación.

En 1987 este grupo de amigos decidió vestirse de abanicos y llamarse 'Vendaval'. Finalmente adoptaron esa denominación para siempre y así siguen, soplando 35 años después.

La comparsa decana de la fiesta pacense es algo distinta a las demás. Vendaval no está federada, aunque tienen buena relación con el resto de los grupos. No ensayan tanto y procuran que el traje resulte económico para que sea accesible a sus miembros. En general su intención no es competir, sino disfrutar y mantener el grupo unido. Tienen el relevo generacional garantizado, ya que muchos hijos de los fundadores forman parte ahora de Vendaval.

El Carnaval en la sangre

Es una comparsa de amigos y familiares y este ambiente se puede respirar en sus ensayos. Un domingo en la explanada junto al Nuevo Vivero se reúnen. Un grupo practica la percusión mientras otro repite el baile. La coreografía la dirige Laura Díaz, que ha creado el diseño del traje de este año junto a Noelia Aparicio.

Laura Díaz mueve un palo en el aire que simula el sable que llevarán el domingo de Carnaval como complemento de mano. Explica que no quieren desvelar su tipo por completo, pero avanza que se trata de una mezcla árabe e hindú. Con 27 años esta joven es una veterana del Carnaval porque lo lleva en la sangre. Entró en la comparsa por su padre y desfiló por primera vez con solo 11 meses. Ahora su novio también está en Vendaval y le gustaría que la comparsa siguiese adelante si tiene familia.

Cerca de ella baila Tinti Leonés, que lleva 27 años saliendo con Vendaval. También llegó al grupo por un familiar, su hermana, y ahora se siente en casa con este conjunto. «Yo me lo paso muy bien. Somos un grupo de amigos que no va a ganar, sino a vivir Carnaval».

En el grupo de percusión también hay huellas del relevo generacional. Mientras el presidente, Eduardo Fernández, toca el tambor, su hijo Javier, con un silbato en la boca, va dirigiendo la tamborada.

«Muchas familias siguen. Se han unido nuestros hijos y los amigos de estos y sigue adelante», dice Eduardo Fernández, que admite que hace 35 años no esperaban que el Carnaval se hiciese tan grande. «Cuando empiezas algo no sabes lo que va a pasar. Está claro que está fiesta ha calado en la ciudad».

El domingo 15 de febrero Vendaval desfilará en el puesto 29 para celebrar su 35 cumpleaños. Es este pasacalles también celebrarán un aniversarios los miembros de Cambalada, que llevan 25 años en la fiesta; y Lancelot, que lleva 20.

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