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¿Qué ha pasado hoy, 18 de abril, en Extremadura?
Jóvenes de la asociación Down Cáceres disfrutan de distintas actividades de ocio. JORGE REY
Tiempo libre sin barreras

Tiempo libre sin barreras

Colectivos de personas con diversidad funcional disfrutan del ocio en Cáceres gracias a programas específicos y a voluntarios

Cristina Núñez

Cáceres

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Domingo, 4 de marzo 2018, 10:08

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Tarde de invierno muy propia para el cine. El birujis hace apetecible una historia para reír aderezada de gominolas y zumo. Dimas Viudas y Ana Patricia Gómez han elegido entre las películas disponibles ‘Thai Mai, rumbo a Vietnam’, una película que narra las aventuras de tres mujeres en busca de la hija que adoptará una de ellas. «Está bien reírse», comenta Ana. Estos dos jóvenes, con enfermedades neurodegenerativas que limitan considerablemente su movilidad, se preparan para un momento de evasión.

Su tarde de cine implica una gran organización. Ambos residentes en Cocemfe, en Nuevo Cáceres, tiran del programa de voluntariado de esta institución para poder hacer cosas divertidas o incluso compromisos como comprarse ropa o regalos. Toni Vigara es el educador social que organiza estas actividades, junto a Mercedes Martínez, la trabajadora social de este centro. Ambos explican lo necesario de brindar estos momentos a estas personas, y también la importancia del papel que desempeñan los voluntarios. Hay mucha generosidad en las personas que dedican su tiempo a otras. En este caso son Marisol Nieto Ramos y Mari Carmen Manzano las encargadas de entregar su energía para que otros puedan disfrutar.

La cita es a las cinco menos cuarto en la puerta de la residencia. Mari Sol se hace con Dimas y Mari Carmen con Ana. «Para mí Dimas es mi amigo», explica su voluntaria. La relación se estrecha. Ella comenzó con esta tarea a raíz de perder su empleo. «Hice un curso de atención sociosanitaria y las prácticas las hice aquí», explica. «Ellos están en una jaula de oro, entre cuatro paredes, tienen de todo pero también tienen ganas de salir». Mari Carmen Manzano ha cubierto bajas en recepción en Cocemfe, y de ahí ese paso al voluntariado. En tratamiento por un cáncer de mama, para esta mujer también es terapéutica la labor que hace.

Dimas y Ana necesitan el autobús para dirigirse al centro, ya que el transporte propio del que se dispone no funciona por las tardes. Hay que ir con tiempo porque puede darse el caso de que cuando llegue el bus ya haya carritos de bebés u otras sillas de ruedas y se supere el cupo, que es de dos. Son sillas eléctricas y aparatosas. Dimas, que además es muy alto, sufre en mayor medida ese problema para el movimiento. Él, que prepara un documental sobre su vida, padece desde la adolescencia Ataxia de Friedriech. Recientemente ha tenido un ingreso hospitalario por un agravamiento de su enfermedad. Va recuperándose. Ana sufre Ataxia cerebelosa.

Dimas y Ana, con movilidad reducida, acuden al cine gracias al papel de las voluntarias.
Dimas y Ana, con movilidad reducida, acuden al cine gracias al papel de las voluntarias. JORGE REY

Durante el trayecto se habla de los problemas de accesibilidad, que abarcan al pavimento y a las aceras. «Es algo que no percibes hasta que no estás en una silla de ruedas», comentan. La rotonda de Colón donde para el autobús es especialmente complicada para el acceso.

Dimas ha tenido experiencias desagradables en el centro de la ciudad para acceder a locales. En concreto, y tal y como cuenta su voluntaria, un día quiso entrar en Burger King en Gómez Becerra y le fue imposible acceder por la escalinata de entrada. Así se lo hicieron saber al propio encargado. Hay que estar alerta y muy pendientes. El grupo llega a los Multicines Cáceres y accede a la sala 7, que no requiere del ascensor, demasiado estrecho a juicio de los acompañantes de Ana y Dimas. Éste tiene que subir solo porque no cabe nadie más. Es jueves y la sala está vacía en la primera sesión. Se apagan las luces y empieza la evasión.

Down Cáceres

Son las 21,30 y un grupo de jóvenes van llegando a la puerta de los Multicines. Son treintañeros en su mayor parte. Luis Miguel Dillana, Amaro Rivas, Luis Manuel Pajares, Salvador Ignacio Martín, Mariló Delgado, Marta García, Jesús Bermejo y Jacinto García se preparan para una velada de pantalla grande. Dos monitores, Eva Abelaira y Cristian García, les acompañan. «Les gusta mucho el cine y lo pasan muy bien», explica Eva. Ante la cartelera se deciden por ‘Enemigos íntimos’, la última de Álex de la Iglesia, y van pasando por taquilla. Amaro, que lleva ya dos años y medio trabajando en Burger King, cuenta lo que disfruta en estas salidas. Los padres, antes de despedirse de ellos, también subrayan la importancia del ocio para sus hijos. Como queda tiempo van a tomar algo al Wings, que está de bote en bote, aunque logran hacerse hueco.

Down Cáceres programa actividades de ocio en función de la edad de los usuarios

Cocemfe cuenta con personas que de forma altruista ayudan a que otras disfruten del ocio

La variedad y los gustos de los propios usuarios son determinantes a la hora de realizar la actividad

Down Cáceres lleva años articulando programas de ocio para chicos y chicas de distintas edades. Tal y como explica su gerente, Andrés Talavero, dividen sus actuaciones en tres grupos de edad: niños, adolescentes y adultos. Con los niños hacen las cosas propias de ese periodo. Tres veces al mes organizan talleres de baile y psicomotricidad, y una vez al mes salidas a parques al aire libre o parques de bolas. Con los adolescentes intentan salir a la calle en un horario vespertino para ver espectáculos o dar paseos. Los más mayores quedan a horas más tardías, a partir de las 9,30 de la noche, y están hasta las doce y media o una de la madrugada. «Se les dan opciones, y la idea es que elijan ellos, que lo hagan a su manera». A las personas con síndrome de Down, como a cualquiera, les gusta variar. No hacer todos los días lo mismo. Van a conciertos, les gusta mucho el karaoke, bailar o ir a merendar o cenar. También acuden a zonas de ocio como las de Pizarro. Según cuenta Talavero esta actividad se financia con fondos propios. Son monitores de Papirola los que se ocupan de velar por estos chicos, en grupos que no supera la decena. Aunque muchos tienen autonomía para regresar solos a casa los padres normalmente van a recogerles a un punto concreto.

Aunque actualmente pueden financiar esta actividad, Andrés Talavero explica que también quieren activar un programa de voluntariado con la intención de que entren en contacto con otras personas y ampliar su ámbito social.

En ese intento por mezclar a los chavales con toda la sociedad, Down Cáceres está trabajando en un proyecto consistente en ir por los colegios de la ciudad a explicar la historia de Cáceres. Se han adaptado juegos como el Monopoly, Quieres ser millonario o Pasapalabra con preguntas de Cáceres del temario adaptado.

Otras organizaciones como Aspace han contado también con este tipo de actividades, aunque actualmente, y debido a la falta de medios económicos, no cuentan con ella. Esperan poder retomarlas pronto.

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