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José Manuel Vilanova (derecha) junto al alcalde de Lumbini, Manmohan Chaudhary. En el vídeo, mensaje del alcalde disculpándose por no haber podido acudir a Fitur.

«Me han tachado de loco e iluminado, pero el Gran Buda va para adelante»

José Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini, afirma que el proyecto ya cuenta con apoyos suficientes y reclama unanimidad política

C. MATEOS

Sábado, 25 de enero 2020, 09:03

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«Me han tachado de loco y de iluminado, y fui víctima de una guerra política en el Ayuntamiento de Madrid, pero ahora ya puedo decir que el Gran Buda va para adelante y se hará en Cáceres». José Manuel Vilanova, presidente de la Fundación Lumbini Garden y principal impulsor del complejo budista, tiene claro que el proyecto no tiene marcha atrás. Ayer aseguró que cuanta ya con los apoyos necesarios para ponerlo en marcha, una vez que el Gobierno de Nepal anunció el jueves oficialmente su respaldo en una rueda de prensa ofrecida por su portavoz.

El siguiente paso después de que el proyecto haya sido presentado al mundo esta semana en Fitur será que el Ayuntamiento de Cáceres apruebe en pleno tanto el hermanamiento con Lumbini –municipio nepalí donde la tradición sitúa el lugar de nacimiento de Buda–, como la cesión de uso del suelo sobre el que se levantaría el complejo, cuya ubicación no ha sido desvelada.

Vilanova espera que, pese a las críticas de falta de transparencia emitidas por el PP, el acuerdo de pleno salga adelante por unanimidad de todos los partidos. «Este es un proyecto de dos legislaturas y quien se quede fuera va a tener que explicar a la gente los motivos, porque es algo indudablemente bueno para Cáceres, para Extremadura y para España», afirmó el promotor, quien dijo no obstante que ha hablado personalmente con los responsables de todas las formaciones políticas de la ciudad y le han asegurado que lo apoyarán. «Entiendo que se pida más información, pero es que para poder redactar el proyecto definitivo antes tenemos que saber exactamente cuáles son los terrenos», indicó.

Una vez que se sepa el suelo, que será probablemente de titularidad municipal (se cederá el uso, pero no la propiedad), llegará el momento de que la Junta de Extremadura declare el complejo budista Proyecto de Interés Regional (PIR), algo para lo que la Fundación Lumbini Garden cuenta, según su presidente, con el respaldo expreso de Guillermo Fernández Vara. «Me ha dicho que no habrá ningún problema siempre que lo apruebe el Ayuntamiento», afirmó Vilanova.

Hay que recordar que el origen de la apuesta de Cáceres por este centro budista con templo, jardines, estatua gigante de 40 metros y otras instalaciones se fraguó cuando Fernández Vara, por mediación de empresarios cacereños del sector turístico, se ofreció a facilitar la implantación del proyecto en Extremadura después de que fuera rechazado por el nuevo alcalde de Madrid, una vez que la anterior regidora, Manuela Carmena, ya lo tenía apalabrado con la Fundación Lumbini. El presidente de la Junta está por lo tanto en el origen de la iniciativa, que ha apoyado en todas sus declaraciones públicas sobre el asunto como un proyecto para atraer el llamado turismo espiritual que, si sale adelante, puede ser muy beneficioso para Cáceres y para toda la región.

De hecho, José Manuel Vilanova destacó ayer que desde que el interés por el proyecto se trasladó de Madrid a Cáceres todo han sido «facilidades y colaboración»por parte de las autoridades locales. «Sentimos mucho respaldo y no solo de los políticos, sino también de la gente», apuntó, al mismo tiempo que dijo seguir sin entender que pueda haber quien se oponga a un proyecto que no va a tener «ningún coste» para Cáceres, salvo la cesión de uso del suelo, ya que «el cien por cien» de la inversión va a llegar de países asiáticos, tanto de los estados colaboradores, como de fundaciones budistas y donaciones particulares.

Vilanova asegura que muchos de esos apoyos ya están cerrados, y que ahora mismo lo único que podría dar al traste con el proyecto serían las «guerras políticas». De ahí que considere de «vital importancia» que todos los pasos administrativos que se vayan dando en las instituciones salgan adelante por unanimidad. «Estamos hablando de que para poner en marcha el Gran Buda de Cáceres se van a necesitar entre cinco y siete años, y sería una pena que si no están todos los partidos en la misma sintonía se viniera todo abajo por un cambio de gobierno», dijo.

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