¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Abogados que defienden a los acusados escuchan la declaración de un agente. :: SALVADOR GUINEA

Policías locales niegan que Heras o Jurado les pidieran que fueran permisivos

Señalan que la persona responsable de gestionar los expedientes a los locales era Javier Alonso, el jefe de sanciones

sergio lorenzo

Jueves, 5 de octubre 2017, 23:23

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Tanto la exalcaldesa, Carmen Heras, como el exconcejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, están acusados de no frenar el problema del ruido de La Madrila durante su mandato, de 2007 al 2011, y de no hacer lo suficiente para remediar esta situación perjudicial para los vecinos. Por ese motivo, el abogado de ambos, Emilio Cortés, aprovechó que en la jornada de este jueves declaraban cuatro agentes de la Policía Local encargados de medir los niveles de ruido y sancionar a los locales de La Madrila, para preguntar a cada uno si habían recibido alguna consigna de Heras o Jurado para que fueran más permisivos con algún local de La Madrila. Los cuatro dijeron que no.

Tanto la exalcaldesa como el anterior concejal indicaron en su declaración de hace unos días que el responsable de tramiar los expedientes contra los bares era Javier Alonso, funcionario municipal jefe de sanciones. Los agentes que declararon ayer explicaron que ellos acudían a los locales supuestamente molestos ante la queja de los vecinos, y que muchas veces ponían denuncias, con los que se iniciaban expedientes de los que se encargaba efectivamente Javier Alonso. Él también era el que les indicaba en qué locales tenían que hacer medición de ruido.

A preguntas de Emilio Cortés, algunos policías reconocieron haber escuchado que al jefe de sanciones se le acumulaba el trabajo por dedicar tiempo a otra actividad, peritajes de seguro en la empresa de un familiar.

Gran parte del octavo día del juicio del ruido se dedicó a las mediciones que realizaron los agentes en La Madrila. Apuntaron que el ruido en las casas de los vecinos visitados era evidente, escuchando en algunas viviendas el sonido del micrófono de alguna actuación.

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Cachivache

Los abogados de la defensa, sin embargo, intentaron sembrar dudas sobre estas mediciones, sobre todo de la efectividad del sonómetro que no era de última generación («eran unos cachivaches», señaló un letrado), y sobre la formación de los policías locales, que recibieron un curso de un fin de semana en el Intromac.

Uno de los abogados que más cuestionó las mediciones fue Isabel González, que representa al gerente de la Discoteca Down. Señaló que el sonómetro se tenía que poner en la pared más alejada de las ventanas, y alguna vez no se hizo de esa manera. También aseguró que en el sonómetro que utilizaron se debía de haber aplicado un margen de error de un 0,7 y ninguno de los agentes lo sabía.

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Abogados de la defensa siembran dudas en las mediciones hechas por la Policía Local

Cuestionó la medición que se hizo en la discoteca a las cuatro y diez de la madrugada, ya que las mediciones las hacían dos agentes, y mientras uno estaba con el sonómetro otro tenía que vigilar que los locales de al lado estuvieran cerrados. Debían controlar seis locales en una misma noche y los agentes sostienen que estaban cerrados a las tres y media de la madrugada, lo que ella puso en duda. «Lo dudo – indicó al Diario HOY – porque era un viernes del mes de diciembre, y los locales estarían llenos de gente. También a la hora que hicieron la medición la discoteca debía de estar llena». Según esta abogada, la discoteca sigue funcionando y ahora ya no molesta, «cuando no se han hecho reformas», por lo que sostiene que las posibles molestias podían proceder de alguno de los locales que ya están cerrados.

Los agentes declararon que era cierto que en la Plaza de Albatros se producía una gran aglomeración de gente que hacía ruido, «el que más y el que menos había bebido algo». Uno indicó que él no consideraba molestos los bares La Belle y La Cuerda (cuyos gerentes están acusados), y varios señalaron que algunos vecinos a los que fueron a medir, se negaron porque les insinuaron que estaban más o menos ‘compinchados’ con los bares. «Nos decían que no querían que midiéramos esa noche porque no había ruido, y nos preguntaban que si por ese motivo nos habían avisado para medir», indicó un testigo.

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Además de las mediciones de la Policía Local, están las realizadas por el Seprona y las de la Junta de Extremadura. Con resultados muy diferentes.

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