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GRAFICO: Cronología del caso del ruido de la Madrila | Imagen Declaración de Emeterio Corchado, jefe de la Policía Local desde 2009 a 2014. ::
GRAFICO: Cronología del caso del ruido de la Madrila | Imagen Declaración de Emeterio Corchado, jefe de la Policía Local desde 2009 a 2014. :: SALVADOR GUINEA

La Policía Local pasaba meses sin medir el ruido en la Madrila

El exjefe Emeterio Corchado afirma que el problema se agravó en 2007 con la ley antitabaco

Sergio Lorenzo

Cáceres

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Lunes, 16 de octubre 2017, 23:29

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«El problema del ruido de la Madrila no es de una época concreta, es de hace 30 años», afirmó ayer en una nueva jornada del juicio del ruido, en el que declaró como testigo, Emeterio Corchado, jefe de la Policía Local de Cáceres entre marzo de 2009 y septiembre de 2014.

Corchado testificó que Carmen Heras no es responsable del ruido que había en la Madrila durante el tiempo en el que ella fue alcaldesa de la ciudad, de 2007 al 2011. «A ella le preocupó la Madrila – afirmó –, le preocupó que el ruido molestara lo menos posible a los vecinos».

Recordó igualmente que durante el mandato de la alcaldesa socialista se elaboró la Ordenanza Contra el Ruido y se cortó al tráfico la Madrila Baja. También señaló que quien era el encargado de tramitar los expedientes a los bares era el jefe de sanciones, Javier Alonso, que se quejaba de la carga de trabajo y la falta de personal, y durante el mandato de Heras se le asignó personal bajo sus órdenes.

Al preguntarle si era cierto, como han apuntando en el juicio algunos vecinos, que el ruido se agravó después del 2007, señaló efectivamente las molestias aumentaron en esta zona de bares porque desde ese año ya no se podía fumar en los locales y la gente salía a la puerta de los locales. También había más ruido cuando cerraban los bares y los clientes esperaban en la Plaza de Albatros a que abrieran otros, burlando así las limitaciones de horario.

Sobre las mediciones de ruido de la Policía Local, destacó que el sonómetro dio muchos problemas, porque había que mandarlo a calibrar muchas veces y tardaban meses en poder disponer del mismo, por lo que el trabajo de las mediciones se acumulaba. El medidor, además, no era moderno. Corchado reconoció que los agentes que lo manipulaban sólo habían hecho un curso en Intromac de tres o cuatro días. «No hacían una carrera de cinco años. Ellos tenían las nociones básicas, hacían las mediciones y luego el técnico municipal se encargaba de las valoraciones». Explicó que el técnico nunca estuvo presente en las mediciones.

Defendió el papel de los agentes de la Policía Local para intentar evitar problemas en la Madrila, «eran los únicos que estaban allí desde las once de la noche a las seis de la mañana». La Policía Nacional, añadió, iba cuando había una pelea, pero no evitaban la aglomeración de gente en la Plaza de Albatros, que podía ser un problema de orden público. Emeterio Corchado dio a entender que podía haber sido mayor la presencia de la Policía Nacional, «en La Madrila había numerosas peleas, alguna con arma blanca, y una vez murió un joven de un disparo». Se refería al cacereño de 19 años Alejandro Clemente, muerto la madrugada del 6 de enero de 2005. El autor fue condenado a 20 años de prisión.

Vecinos

Además del ex jefe de la Policía Local, declararon tres vecinos afectados por los ruidos. Pilar Bacas, que retiró la acusación según indicó a este diario porque estaban «linchando a Heras», señaló que a su juicio es injusto que se pida responsabilidades por vía penal a la exalcaldesa socialista. Preguntó por qué no se iba contra otros alcaldes. Bacas señaló que le molestó y le sigue molestando el bar ‘Pasadena Copas’ (ahora se llama de otra forma) y el ruido de la gente en la calle.

También declaró Inés A. S., viuda de Manuel Curiel, que fue presidente de la asociación Ciudadanos de la Peña del Cura, y uno de los promotores de la Asociación Cacereños Contra el Ruido. Él murió en marzo de 2011.

Otro vecino, de la calle Doctor Fléming, dijo que no le molestaba la gente y sí el ruido que procedía de ‘Latinos’ y ‘Barroco’, «era insoportable, vibraban los cristales, los barrotes de la cama...». Declaró que su hija sigue viviendo en el piso (Latinos está cerrado), pero de Barroco aseguró que «cuando hay conciertos, parece que los músicos están debajo de la cama».

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