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Paco Rabal y su hija Teresa con Florencio Medrano y su esposa Mary-Chelo en Cáceres, en 1972. :: Múñez

El gran actor que murió pobre recitando por los bares de Cáceres

Sergio Lorenzo

Cáceres

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Domingo, 11 de marzo 2018, 08:58

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Elpidio Bernáldez (Cáceres, 1931) me enseña carpetas llenas de viejas cartas, de tarjetas, de telegramas... Dándole las gracias, porque me deja husmear con plena libertad, me dice: «Para mí son joyas, son muy importantes; pero no sé para ti. Yo creo que no a todo el mundo le ha escrito un santo». Cuando dice eso me enseña una carta que le enviaron de El Vaticano el 8 de noviembre de 1997, con la bendición apostólica de Juan Pablo II. También tiene numerosas cartas de la Casa Real, llamando la atención una felicitación de 1971, del entonces príncipe Juan Carlos, con una foto del actual rey y sus hermanas, vestidos con trajes típicos.

«Mi amor por Cáceres nació conmigo», afirma este hombre que ha empleado más de 50 años de su vida, en escribir a los poderosos pidiendo que no se olvidaran de Extremadura. Hubo veces que cuando los políticos extremeños llegaban al despacho de un ministro en Madrid, éste le decía que conocía el problema del que le iban a hablar porque ya le había mandado una carta con recortes de prensa Elpidio. Él enviaba cartas a reyes, a presidentes de gobierno, a altos mandatarios de la Iglesia y a grandes artistas. A unos les pedía progreso, a otros que Guadalupe, donde está la patrona de Extremadura, dejara de pertenecer a la diócesis de Toledo para pasar a ser extremeña.

Escribía las cartas unas veces como presidente de la Hermandad de los Patronos Extremeños, o como presidente de la Asociación Musical Cacereña. También escribía como el sastre-modisto que fue con su hermano Leo, siendo referentes de la moda en Cáceres. Hay entre las tarjetas que guarda una de la Reina Fabiola de Bélgica, agradeciendo el diseño que le mandó su hermano Leo en mayo de 1960 para su boda, que tuvo lugar el 15 de diciembre de 1960. Hay cartas de Alfonso de Borbón, del Arias Navarro que anunció a todos los españoles la muerte de Franco, de la mezzosopramo Teresa Berganza, del cantante Raphael y su mujer Natalia Figueroa, de Concha Velasco, de la actriz Irene Gutiérrez Caba, de la cantante Marifé de Triana...

Entre todas las cartas que vi, la que más me llamó la atención fue una de Paco Rabal, fechada en Madrid el 18 de febrero de 1973, que dice así:

«Queridos Elpidio y Leo: Con sentimiento he sabido por vosotros de la muerte de Medrano, que siento muy sinceramente.

El día 22 me marcho a E. Unidos donde empiezo una nueva película y no volveré hasta mediados de abril. De todos modos, toda la familia: Teresa, Mª Asunción, etc. nos sumamos a cualquier homenaje o ayuda para Mary Chelo, a quien os ruego le comuniquéis nuestro sentimiento.

Mª Asunción se queda en Madrid y sabéis que contáis con nosotros.

Un fuerte abrazo de vuestro amigo Paco Rabal»

Recordé entonces una fotografía que vi del amigo Fernando García Múñez en su libro ‘Cáceres, Plaza Mayor’. Era una foto de Paco Rabal en Cáceres con el que consideraba su maestro, Florencio Medrano.

¿Quién era ese Florencio Medrano? Buscando en periódicos y revistas antiguos encontré que Florencio Medrano fue un famoso actor y barítono que nació en 1897 y logró un gran éxito en los años veinte, siendo un galán que salía a menudo en la prensa de la época, en donde no paraban de elogiarle. Uno de sus admiradores era el rey Alfonso XIII. Destacó por su manera de interpretar el teatro clásico español. Con su mujer, Esperanza Rubio, tuvo compañía de teatro propia hasta que ella murió en 1961. Entonces se casó (tenía 64 años) con una sobrina de su mujer, con Mary-Chelo, empezando el matrimonio a vivir como auténticos bohemios. Recorrían los pueblos y ciudades de España en autobuses de línea y recitaban versos en colegios y tabernas.

Desde 1965 redujeron su campo de actuación a Salamanca y la provincia de Cáceres. La fotografía de Múñez fue tomada el 14 de julio de 1972. El articulista del Diario HOY, Domingo Tomás Navarro, supo que Medrano y Mary-Chelo iban a dar por la noche un recital, en la taberna Alfonso, en la barriada de San Blas, y se lo comentó a Paco Rabal que estaba por Cáceres ya que rodaba en Garrovillas de Alconétar, para televisión, La leyenda del alcalde de Zalamea. Paco Rabal quiso ver a su apreciado maestro y se presentó en la taberna con su hija Teresa y con los actores Julio Núñez y Sonsoles Benedicto. Cuando llegaron el matrimonio ya habían pasado la gorra y se disponía a rifar una botella de Whisky.

Es fácil de imaginar la impresión que debió producirle a Paco Rabal, un gran actor de un inmenso corazón, al ver a su querido maestro, a aquella gloria de la escena, viviendo de las pocas monedas que le podía dar la gente humilde.

Elpidio Bernáldez con algunas de sus ‘joyas’. ::
Elpidio Bernáldez con algunas de sus ‘joyas’. :: Jorge Rey

Enrique Romero, escritor y periodista del Diario HOY, se quejó en estas páginas, de que Medrano no tuviera una pensión, teniendo que ir de tasca en tasca. Decía que el maestro llevaba su pobreza con un pudor de caballero, «con esa hambre – la más dolorosa de todas – que viste corbata». Con su pajarita y su raída chaqueta Medrano decía que vivía contento con el amor de Mary-Chelo, que le idolatraba. En una entrevista hablaba de que la gente de Cáceres sabía escuchar y apreciaba la poesía. Decía que le gustaba encontrar en la gorra las monedas de los obreros manchadas de cal, aunque había días que no tenían dinero, «ni para comprar pan y esa longaniza que ustedes llaman ‘patatera’». Medrano sufrió en sus últimos años de un cáncer de pulmón, y le atendían gratis médicos de Cáceres, como los doctores Silva Domínguez, Rincón y Arribas. Su último recital lo dio en la Universidad Laboral de Cáceres el 8 de febrero de 1973. Se murió dos días después, con 76 años.

Su viuda siguió dando recitales ella sola, recordando a su marido en bares de Cáceres y sus pueblos. En una primera parte recitaba poesías de Machado, de José Echegaray y Campoamor. En una segunda parte contaba chistes. La he seguido en los periódicos hasta el 19 de febrero de 1975, cuando dio un recital en Guijo de Granadilla. No sé que sería de ella. Lo que sí he encontrado en un viejo periódico, es la rareza de una poesía escrita por el propio Paco Rabal al poco de estar con Medrano y su mujer en la taberna de Cáceres. Se público medio año antes de morir su maestro:

«Qué ternura, Mary Chelo, qué ternura./ Los dos de la mano vais/ recitando vuestros versos,/ nuestros versos, los del mundo./ Tú, Mary Chelo, y Florencio,/ por los cafés, los cuarteles,/ por las aldeas y los pueblos/ y sin saber donde vais/ un día a caeros muertos».

«Mas no moriréis jamas,/ que en el aire, por el cielo,/ quedará vuestra presencia,/ vuestra voz y vuestros versos».

Ojalá fuera cierto.

Recorte del Diario HOY del 14 de mayo de 1965. ::
Recorte del Diario HOY del 14 de mayo de 1965. :: HOY

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