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Lunes, 16 de julio 2018, 08:38
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Dice que mucha gente le pregunta que por qué a sus 27 años no dedica más tiempo a salir, una práctica más acorde a lo que consideramos que tiene que pasar en la juventud. Pero ella, la historiadora Beatriz Maestro Mateos, reconoce que todo su ímpetu lo dedica a hacer las cosas que le gustan. Escribir, investigar, sumergirse en otros mundos.
El pasado mes de junio se puso a la venta su primer libro 'El fuego de la hereje', una novela histórica con el telón de fondo del Cáceres del siglo XVII. En ella relata el amor imposible entre un inquisidor y una judía en el barrio de San Antonio. En un mes desde que se puso a la venta en Amazon ya se han vendido 100 libros, más todos los que ha puesto en circulación a mano.
Cronista oficial de San Martín de Trevejo, compagina su labor investigadora para el Proyecto de Recuperación de Memoria Histórica de Extremadura con su vocación por la escritura. Ha escrito esta obra en tres semanas, embaucada por la fuerza de los personajes.
-Mi tema es la Inquisición y la mentalidad inquisitorial. He estado muchos meses en archivo para escribir un libro histórico que está ahora pendiente de concurso, tras leer las historias de esas personas que el Tribunal de Llerena procesó, viendo las torturas que les hacían, cuando acabé de escribir este libro pensé que me sabía su vida. Desde pequeña me ha encantado escribir, a los 11 años les pedí una máquina de escribir a los Reyes, así que quise escribir una novela de amor entre el Inquisidor Valcárcel, que existió de verdad, y María Juárez, una judía procesada por la inquisición, a la que cogieron en Villamiel. Son personajes reales adaptados a la historia que me he inventado. Es una historia bien argumentada, se cuenta un proceso de tortura que existió realmente. También es muy importante el hecho de haberla situado en la Parte Antigua de Cáceres, una verdadera joya. Cuanto más salgo fuera más me doy cuenta de lo valiosa que es.
-Sí, lo que más me gusta es la novela histórica. El problema es que por mi trabajo tengo que leer muchos libros científicos que están muy bien, pero el disfrute de la novela no lo puedo tener tan a menudo.
-Llevo dos años como cronista y uno como presidenta de la Asociación Centro de Estudios Sierra de Gata. Desde que terminé la carrera empecé a investigar yo sola, por mi cuenta. Tengo pasión por los archivos. He investigado mucho sobre San Martín, el valle de Jálama, la Sierra de Gata. Empecé a publicar y empecé a ganar premios. Me presenté un año a los coloquios históricos de Trujillo y gané el premio a la más joven investigadora de la fundación Javier de Salas, que es un premio muy importante aquí en Extremadura con un trabajo sobre cofradías mañegas en 1600. Pensé que quizás lo hacía bien, porque hacía lo que me gustaba y encima me daban premios. A partir de ahí no paré. Publiqué también en la revista de Estudios Extremeños. El año pasado fui a Navalmoral y en los coloquios históricos de Campo Arañuelo también me llevé otro premio de la Fundación Concha. Estoy contenta con mis trabajos, me exijo mucho a mí misma. En ese momento el Ayuntamiento me nombró cronista. Es un cargo vitalicio, un cargo por la labor investigadora y difusora que yo hago de mi localidad. No es un trabajo. Soy la encargada de que quede constancia de la historia del pueblo, que es totalmente desconocida. La Fala, por ejemplo es algo desconocido en muchos puntos de Extremadura. Eso no puede ser, es un rasgo muy importante de esa zona.
-A la gente le interesa más de lo que podamos creer, si no yo no hubiera vendido tantos ejemplares siendo prácticamente desconocida. Le interesa más a la gente que a las instituciones en muchos casos. Yo me pongo a buscar becas para hacer la tesis y cómo es posible que yo con mi curriculum no tenga una beca. No me puedo poner a hacer mi tesis por ese motivo.
-La Historia me gusta toda. He tenido mis etapas. Cuando empecé la carrera todos queríamos ser egiptólogos. Me sigue encantando, pero no como para ponerme a investigar. Llegó la Edad Media y me encantó. Cuando acabé la carrera pensé que lo mío era la Edad Moderna, pero me parece muy interesante la etapa contemporánea, porque son cosas que están ahí, y queda mucho por estudiar y por destapar.
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