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C. NÚÑEZ
CÁCERES.
Viernes, 15 de septiembre 2017, 07:12
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Un padre cacereño, Jesús María Hernández, acudirá al Ministerio de Educación y al Defensor del Pueblo para resolver la situación surgida en la escolarización de sus dos hijos, de cuatro y 12 años, que no pueden estar en el mismo centro educativo. Esta familia solicitó el traslado desde el colegio público San Francisco (en donde entraron a mediados del curso pasado desde Plasencia) hasta el concertado Diocesano. La idea es facilitar la conciliación familiar dejando y recogiendo a los niños en el mismo punto. El mayor de los hermanos fue admitido en el Diocesano para cursar 1º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), pero el menor no fue admitido en 2º de Infantil.
Tal y como se explica desde la consejería de Educación en este centro, que cuenta con dos unidades por curso, «no se ofertaron vacantes para 2º de Infantil al inicio del proceso de escolarización porque ya estaba completo». Pese a las peticiones del padre, la Junta insiste en que para admitirle habría que ampliar el número de plazas máximo, establecido en 25, «algo que no se está haciendo en ningún centro porque el objetivo es la no ampliación de ratio». Apuntan que en todo el proceso la Delegación Provincial de Educación ha actuado conforme a lo establecido en la normativa vigente y argumentan que al niño se le dio plaza en el colegio público 'Extremadura'. Este centro se encuentra a escasos metros del Diocesano. También se precisa que al no haberse admitido esta opción, el niño, oficialmente, sigue escolarizado en el San Francisco, aunque no acude.
Este padre argumenta que, tras recabar información, ha podido saber que hay 51 alumnos en 2º de Infantil en el colegio Diocesano (25 niños en una clase y 26 en otra), lo que contradice la tesis de la consejería de Educación acerca de que las ratios son inamovibles. Además del Extremadura se le ha ofrecido el Castra Caecilia y el Nazaret, pero este padre insiste. «Me es imposible tenerlos en colegios separados, yo trabajo en Plasencia y mi mujer también está trabajando por lo que quien se hace cargo de llevarlos al cole es la abuela en bus urbano cuando yo estoy trabajando por lo que es imposible coincidir en horarios». Jesús María Hernández lamenta «seguir sin respuestas» y habla de «prevaricación administrativa».
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