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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Venancio Ortiz, director de la agencia de la ONCE, y Laura Sousa, técnica de rehabilitación de personas ciegas, en Ronda del Carmen.
Se renuevan las baldosas adaptadas para invidentes en los acerados

Se renuevan las baldosas adaptadas para invidentes en los acerados

La textura en forma de botones y de barras sirve para guiar a la persona invidente hasta los pasos de cebra

J. J. González

Domingo, 11 de junio 2017, 08:36

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Las baldosas de las aceras hablan. Hablan a las personas ciegas para decirles que están próximas o en el borde de un paso de peatones. Hablan a través de la textura de la piedra, en forma de botones y de bandas direccionales, que se diferencian del resto del acerado para que este contraste pueda ser apreciado con el bastón o simplemente con el calzado del invidente. Estos adoquines pasan desapercibidos para la mayor parte de los viandantes, pero las personas que no pueden ver o que tienen deficiencia visual sí conocen bien su utilidad. «La forma que tenemos de saber dónde hay un paso de peatones es por el cambio en la textura de la baldosa», afirma el director de la agencia de la ONCE en Cáceres, Venancio Ortiz, quien considera que la ciudad de Cáceres «está bastante mejor que la media» en materia de accesibilidad para invidentes.

  • Baldosas de botones

  • La textura en forma de botones indica dónde se encuentra el paso de peatones. La baldosas deben cubrir todo el ancho del paso.

  • Baldosas direccionales

  • La textura en forma de líneas sirve para guiar a la persona invidente hasta paso de peatones, delimitado por las baldosas de botones.

Cuando el Ayuntamiento de Cáceres lleva a cabo una renovación de acerados en calles que presentan deficiencias, cumple con las exigencia de accesibilidad, consistentes, entre otras medidas, en la rebaja de la altura de los bordillos en los pasos de cebra y la colocación o la renovación de las baldosas con pavimento táctil para servir de guía a las personas ciegas o con graves deficiencias de visión. La última renovación de acerados se ha llevado a cabo, por ejemplo, en la calle Argentina, donde se pueden apreciar las hileras de baldosas con barras direccionales y de botones. Muchos ciudadanos no saben por qué ese cambio de losetas, pero la explicación está en la accesibilidad. Se trata de cumplir con una obligación que, en realidad, «está marcada por la normativa», según explica Laura Sousa, técnica de rehabilitación de personas ciegas en la agencia de la ONCE en Cáceres.

Gran parte de los acerados de la ciudad cuentan desde hace años con baldosas de botón como indicadoras de los pasos de cebras, pero de manera progresiva se van instalando, como complemento, las direccionales, que en vez de relieve en forma de botón lo tienen en forma de barras. Lo más correcto es que se combinen ambas, de tal manera que las direccionales forman un pasillo que parte de la línea de la pared, donde están los edificios, y cruzan el acerado hasta desembocar en la franja de baldosas de botones que delimitan el bordillo de acceso al paso de cebra. Sería, pues, una pasillo en forma de T, en el que se combinan las losetas de ambas texturas. Tal combinación, sin embargo, no existe en gran parte de los acerados de la ciudad, donde están más extendidas sólo las losetas de botones para indicar los pasos de cebra, aunque las direccionales se instalan ya cuando se construyen nuevos acerados o se renuevan en parte los que se encuentra mal.

El concejal de Fomento, Víctor Bazo, afirma que, en efecto, en las obras de renovación de acerados se instalan las baldosas de diferente textura, aunque fundamentalmente la de botones, para indicar los pasos de cebra y que, además, se rebajan los bordillos para facilitar la accesibilidad de las personas con movilidad reducida. «Ponemos el máximo empeño en la accesibilidad», afirma el concejal.

Venancio Ortiz, acompañado por la técnico Laura Sousa, comprobó para este periódico el estado del acerado en las proximidades de la sede de la agencia de la ONCE que dirige, en la calle Virgen del Pilar. Cerca, en la Ronda del Carmen, se puede apreciar que en la mediana cercana a la Plaza de Colón hay una correcta sucesión de baldosas direccionales y de botones. Sin embargo en la acera de ambos lados de la calle sólo hay de botones.

En todo caso, Ortiz se muestra satisfecho con la labor que hace el Ayuntamiento en materia de accesibilidad. ¿Le daría un aprobado? A esta pregunta, responde que sí : «daría un aprobado a Cáceres, pero teniendo en cuenta que hay mucho por hacer». Reconoce que hay calles que están «muy bien» y otras en las que es necesario mejorar la accesibilidad cuando se hagan obras de reforma. «Hay buena predisposición en el Ayuntamiento, que está bastante concienciado con la accesibilidad y en las nuevas obras que hace se contempla lo que marca la ley», señala e insiste en que Cáceres «está mejor que la media en comparación con otras ciudades».

Sobre la textura de las baldosas, Sousa explica que se trata de que la persona invidente note el cambio con su bastón con su calzado si no lleva bastón y se desplaza con perro guía: «lo más importante es que haya un contraste en el acerado».

Semáforos

Cuando Venancio Ortiz que se refiere a que hay «mucho por hacer», cita otros problemas, como los semáforos. Aunque muchos cuentan con señales acústicas, funcionan con una limitación horaria, por ejemplo de 8 de la mañana a 10 de la noche, para no molestar al vecindario con el ruido. Ortiz afirma que hay que implantar un mecanismo que permita que la señal acústica la accione el propio invidente con un mando a distancia, como el que funciona en algunas paradas de bus para obtener información de las líneas y la llegada del próximo vehículo.

Hay más obstáculos que son trampas para las personas ciegas, como los toldos y ramas de árboles a la altura de la cabeza, o incluso señales de tráfico y coches aparcados sobre pasos de peatones o motos en medio de aceras. Incluso las tendencias de lo que serán las ciudades del futuro, como las plataformas únicas en muchas vías y la proliferación de los silenciosos coches eléctricos, pueden ser un peligro para los invidentes si no se toman medidas de protección.

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