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Cristina Núñez
Lunes, 27 de marzo 2017, 07:34
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La misma tinta azul dejó la madrugada del domingo una oleada de pintadas en mobiliario urbano y comercios en las Avenidas Primo de Rivera y de España. Al menos ocho locales sufrieron la agresión que tuvo lugar a las seis y cinco de la mañana, tal y como registraron las cámaras de la panadería-cafetería DMiga, situada en Primo de Rivera. El dueño de este local, David Izquierdo, explicó que según podía verse en la grabación los hechos sucedieron cuando un coche se paró en Primo de Rivera y de él descendieron unos individuos con aspecto de «raperos» que comenzaron a hacer las pintadas.
Izquierdo presentó ayer al mediodía la denuncia en la comisaría de la Policía Nacional. Lamentó el daño hecho a su local en un lugar muy visible, desde donde se aprecia parte del género que despacha y el interior de la propia cafetería, y que tenga que pagar de su dinero la limpieza de su escaparate si no se da con los autores de este acto vandálico.
En la calle Primo de Rivera también hay marcas muy visibles en la marquesina del autobús, concretamente en uno de los cristales. El acceso al parking para peatones de Primo de Rivera, situado en los impares de esta Avenida, también ha quedado marcado con dos pintadas. Se encuentra junto al Ministerio de Trabajo.
En el local de Visionlab, que hace esquina entre Primo de Rivera y Avenida de España también hay marcas de esta acción. No hay homogeneidad en los garabatos que se han llevado a cabo ni ninguna palabra en concreto.
La cafetería Aquario, en la Avenida de España, también «luce» la marca de la pasada madrugada en su fachada. En ese lado de esta vía principal de la ciudad una buena parte de los locales se llevaron estos pintarrajos. La persiana de la puerta principal de la perfumería Bodybell también ha sufrido daños, así como la clínica dental Ortoimplant y la óptica Opticalia, que se encuentran en el lado de los pares.
Sanciones
Prácticamente ninguna zona de la ciudad se libra del efecto de las pintadas, que incluso en ocasiones afean y perjudican a edificios que tienen un valor especial por su antigüedad. La ciudad vive con especial preocupación la proliferación de los grafitis en el casco histórico. Recientemente, el mes pasado, el Consorcio Ciudad Histórica anunció una nueva campaña de limpieza de grafitis para beneficiar a las calles que se encuentran dentro del Plan Especial. La limpieza no se centrará en el recinto intramuros sino en las calles del casco viejo que lo rodean. El plan prevé la limpieza de 43 calles y un presupuesto de 35.000 euros.
Llevar a cabo estas acciones puede suponer sanciones de distinta cuantía en función del daño hecho y del coste añadido de retirarla, tal y como explica el jefe de la Policía Local, Ángel Carvajal, que no contaba con datos sobre lo sucedido ayer.
Las pintadas en lugares públicos e históricos pueden tener consecuencias penales, que pueden oscilar desde los seis meses a los tres años, más multas de 12 a 24 meses. Los grafitis vandálicos son un verdadero quebradero de cabeza que nada tiene que ver con la pintura urbana artística que puede verse en algunos espacios habilitados para esta práctica.
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