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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
La auténtica fachada de Cáceres desde el mirador de la calle Marte, en San Marquino. :: Jorge Rey
«¿Cuándo sabrán los cacereños  cuál es la fachada de su ciudad?»

«¿Cuándo sabrán los cacereños cuál es la fachada de su ciudad?»

Las personas que vivimos en esta ciudad pensamos, equivocadamente, que la fachada de Cáceres es la Ciudad Monumental vista desde la Plaza Mayor

SERGIO LORENZO

Domingo, 12 de marzo 2017, 09:38

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La pregunta no es nuestra. La formuló Antonio Campesino, catedrático de Geografía Urbana y Regional de la Universidad de Extremadura, en el documental La Pulga de agua. Dijo así el catedrático: «¿Cuándo nos vamos a enterar en esta ciudad que estas traseras, que están consideradas como tal, son la fachada de la ciudad?». Hizo la pregunta desde San Marquino, teniendo a la espalda la Ribera del Marco y la Ciudad Monumental. Insistía en que cuando llegaban a Cáceres expertos en urbanismo de otras ciudades y otros países, que acudían a algún congreso, les hacía a todos lo mismo, «subo a los técnicos a San Marquino, y aquí se dan cuenta de que no hay duda de que ésta es la fachada de la ciudad. Lo que ocurre es que se encuentra en un estado lamentable, porque nadie ha invertido nada en ella».

El documental 'La pulga de agua' lo hizo, en 2004, Libre Producciones en colaboración con la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Ribera del Marco. Es un documental bastante crítico, en el que se denuncia que el Ayuntamiento estaba por esas fechas desatendiendo la Ribera del Marco, por la presión de las constructoras que estaban comenzando a construir en esa zona. Se decía en este trabajo: «Hay ciudades que venden su sombra. A algunos les importa. A otros no...»

Las personas que vivimos en esta ciudad pensamos, equivocadamente, que la fachada de Cáceres es la Ciudad Monumental vista desde la Plaza Mayor; pero, no es cierto. Se tarda poco en comprobarlo. Usted puede hacerlo en diez minutos, si toma el coche o la moto y sube por la carretera de La Montaña. Al llegar a San Marquino, deja a la izquierda el bar del barrio y al seguir subiendo toma la primera calle a la derecha, la calleMarte. Ahí hay una explanada en donde puede dejar el vehículo y recrearse en el mirador viendo la hermosa fachada de Cáceres. No es el primero que después de llevar toda la vida viviendo en esta ciudad se queda con la boca abierta al ver la panorámica. Aquí fue donde el pasado mes de diciembre se realizó el acto oficial de la nueva iluminación, que ha costado 629.000 euros. Lo pagó Endesa. Al ver toda la fachada de la ciudad iluminada, el presidente de la Junta Guillermo Fernández Vara, le dijo al presidente de Endesa, Borja Prado, «siempre podréis presumir de haber iluminado la ciudad más bonita de Extremadura».

Hay varias explicaciones que fundamentan la autenticidad de la fachada de Cáceres. María del Carmen Díez González escribió en Norba-arte, en el año 2006, que a comienzos del siglo XVIII, «el recinto amurallado de Cáceres contaba con cinco puertas, tres de origen romano: La de Coria al norte, la del Río o Arco del Cristo al este y al mediodía (al sur) la de Mérida. A poniente se abrieron otros dos ingresos en época más tardía, un pequeño postigo que con el tiempo se nominó Arco de Santa Ana y la Puerta Nueva, citada a finales del medievo».

Esa Puerta Nueva fue sustituida en 1726 por el actual Arco de la Estrella, obra del arquitecto Manuel de Lara y Churriguera. La Puerta Nueva, antes de esta obra era muy estrecha, entrando y saliendo los carros con dificultad. El Concejo vio la necesidad de hacer la obra, ya que en lo que es la actual Plaza Mayor estaba instalado el mercado. Aquí, en las traseras de la ciudad, también estaban los judíos que fueron expulsados de la zona amurallada, formando la segunda judería de Cáceres alrededor de su sinagoga, que era lo que ahora es el Palacio de la Isla.

Esta zona era la parte trasera de Cáceres, como demuestra el que aquí, en la parte menos vigilada, se hizo un túnel para tomar la ciudad desde río Verde, mientras Alfonso IX se emplazó en la zona de San Marquino para conquistar Cáceres a los moros, colocándose frente a la parte principal de la ciudad que pudo conquistar el 23 de abril de 1229.

También es lógico que la parte principal de la ciudad diera al río. Porque aunque ahora no lo parezca, aquí hubo un río que atravesaba los ocho kilómetros de la Ribera del Marco. Donde ahora hay poco más que un arroyo hubo 20 molinos, y en los siete caños de Fuente Concejo se sacaban 15.000 cántaros de agua al día, según se cuenta en 'La pulga del aguda', que lamenta que cuando se hizo el documental había sólo 10 hortelanos, cuando hace unas décadas había más de 70. Uno de los que quedaban, Julio Rebollo, decía viendo el pobre caudal y la canalización de las aguas fecales, «estos ingenieros de hoy en día, hacen las cosas muy deprisa, pero muy mal hechas».

Otra prueba de que la fachada de Cáceres es la de la Ribera del Marco, es que por aquí pasa el Camino de Santiago, que sigue la calzada romana. Los peregrinos llegan a la ciudad por la Charca Musia, recorren la Ronda de San Francísco, y las calles Mira el Río y San Roque hasta entrar a la Ciudad Monumental por el Arco del Cristo, que ahora está en muy malas condiciones, porque es verdad lo que decía Campesino, de que aquí no se invierte. Y el Arco del Cristo se está cayendo (ya lo dijimos aquí).

Viendo todo esto, igual se tendría que cambiar de lugar las polémicas letras tridimensionales que forman el nombre de la ciudad, que han costado 16.000 euros, y que para unos es una catetada y para otros símbolo de vanguardia. Igual en vez de haberlas colocado el pasado martes en la Plaza Mayor, las debían de haber puesto en la falda de La Montaña, al estilo de como las que en 1923 se pusieron en Hollywood.

Total... ¿no dicen que somos una ciudad de película?

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