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El crimen ocurrió en el número 4 de la calle Floriano Cumbreño. :: A..M.
El homicida del Perú tenía dos escopetas de caza en su domicilio

El homicida del Perú tenía dos escopetas de caza en su domicilio

El suceso no se tramita como un caso de violencia de género y podría ser juzgado por un jurado popular

Sergio Lorenzo

Jueves, 23 de febrero 2017, 22:57

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No es un caso de violencia machista. El crimen sucedido en el barrio del Perú la madrugada del pasado lunes, cuando Daniel Cortés disparó contra su padre, Ángel, mientras dormía no está siendo tramitado judicialmente como un caso de violencia de género aunque el hijo alegara en los primeros instantes que ese ha sido el móvil.

Como se ha informado, no existían denuncias de la esposa de Ángel Cortés contra él por este motivo ni las investigaciones practicadas hasta ahora (se mantiene el secreto del sumario) apuntan claramente en esa dirección.

La investigación la está llevando a cabo el Juzgado número 4 de Cáceres, el que estaba de guardia cuando sucedió el crimen, y no el número 6 que se ocupa de los asuntos de violencia de género. Tampoco la fiscal que está llevando el caso es la que investiga los asuntos de malos tratos a mujeres, sino la que califica los asuntos que lleva habitualmente el juzgado número 4.

El móvil del homicidio continúa siendo un misterio. Como se ha informado, no hubo una disputa previa antes del disparo mortal, y el padre estaba durmiendo en su habitación. No fue pues un arrebato o un acto de defensa propia

Sí se han recogido opiniones que resaltan el carácter bronco del fallecido, al que se había vetado la entrada en algunos bares del Perú por su comportamiento durante los partidos de fútbol, pero testimonios recogidos también por este diario no acreditan agresiones físicas de Ángel Cortes a su mujer. Coinciden, no obstante, en el maltrato verbal habitual y en su obsesión por controlar excesivamente a la esposa.

El Juzgado número 4 sigue investigando sobre la relación entre el agresor y su víctima. El arma usada era una de las dos escopetas que tenía el hijo en la vivienda. Daniel iba bastante de caza, pero hace mucho tiempo que no acompañaba a su padre, que también era cazador, por la mala relación que había entre ellos. El acusado también era aficionado a la pesca y además trabajaba desde hace años en una tienda de Rodríguez de Ledesma dedicada a la venta de este tipo de artículos.

Asimismo, es muy probable, según fuentes judiciales consultadas que el Juzgado tramite este caso como un procedimiento de jurado. Serían nueve personas las que decidan, en la Audiencia, si Daniel es autor de un homicidio o de un asesinato, analizando los posibles ateenuantes.

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