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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Foto detalle, imagen del parricida, Daniel Cortés. Arriba, entrando en los juzgados en el coche policial.
Los malos tratos, posible motivo del crimen del Perú

Los malos tratos, posible motivo del crimen del Perú

La primera estampa que se encontraron los policías nacionales cuando llegaron al domicilio fue la madre abrazando a su hijo

SERGIO LORENZO / j. j. gonzález

Lunes, 20 de febrero 2017, 23:52

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El barrio del Perú se levantó ayer conmocionado por el suceso ocurrido de madrugada, sobre las 5 horas: la muerte violenta de un vecino, Ángel Cortés, jubilado de 68 años, a causa de un disparo de escopeta, realizado por uno de sus hijos, Daniel Cortés, de 38 años, quien fue detenido en el mismo domicilio por agentes de la Policía Nacional como presunto parricida. Una de las hipótesis que se baraja es la de que el hijo ha acabado disparando contra su padre por estar harto de los malos tratos sufridos por su madre, aunque la Delegación del Gobierno en Extremadura confirmó que no consta que exista como antecedentes denuncias de la mujer o del hijo contra el fallecido por este tipo de motivos. Igualmente los vecinos consultados por este periódico desconocen los posibles conflictos internos de la familia, aunque todos insisten en el difícil carácter de Ángel Cortés. El detenido declaró ayer por la tarde en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4, que decretó su ingresó en prisión como presunto autor de la muerta de su padre.

Los hechos ocurrieron antes de las 5 de la madrugada y poco después, a las 5,15 horas, la propia familia del fallecido llamó al Centro de Emergencias 112 de Extremadura, que avisó a la Policía Nacional para advertir de un posible homicidio en el número 4 de la calle Antonio Floriano Cumbreño, en el barrio del Perú, en el octavo piso, letra E, Derecha, de un bloque de diez plantas, donde está la tienda Fontoca, de artículos de ferretería y de pesca. El fallecido vivía en la casa con su esposa, una hija y el hijo que disparó contra él. Hay un tercer hermano, el mayor, que no reside en esta vivienda. Es el reconocido artista Ángel Cortés.

Según fuentes conocedoras del caso, el motivo que pudo llevar a Daniel a disparar contra su padre estaría relacionado con los malos tratos infligidos por este último a su esposa, lo que habría acabado deteriorando la convivencia familiar. De hecho, resulta revelador el hecho de que al llegar los agentes de la Policía Nacional al domicilio se encontraran, como primera estampa, «a una mujer abrazando y tranquilizando a un joven, supuestamente su hijo», según la primera información facilitada por la Delegación del Gobierno en Extremadura. Era la madre de Daniel Cortés, quien indicó en esos mismos momentos a los agentes policiales desplazados al lugar que su hijo «acaba de matar a su padre de un disparo». En efecto, los agentes  se dirigieron a uno de los dormitorios de la vivienda y encontraron el cuerpo de la víctima, ya sin vida, con una herida en el costado producida por un arma de fuego. A continuación, los agentes detuvieron al presunto autor  de los hechos «por un delito de homicidio y también intervinieron en el propio domicilio la escopeta con la que pudo haber disparado», según señala la Jefatura de Policía, desde la que se indica, sobre la posibilidad de que el hijo pudiera haber disparado contra su padre por los malos tratos que sufría su madre, que en la investigación no se descarta ninguna hipótesis sobre el móvil. En este sentido, cabe señalar que el matrimonio dormía en habitaciones distintas, en una de las cuales se encontraba el padre cuando su hijo le disparó de madrugada. Tanto el padre como el hijo eran cazadores. El presunto parricida no había llegada a su casa poco antes del suceso, en contra de las primeras versiones difundidas, sino que se encontraba en el domicilio, al igual que sus padres y su hermana. Sin mediar discusión en los momentos previos, Daniel Cortés acabó disparando contra su padre de madrugada cuando este último se encontraba ya dormido en la cama.

Tras su detención, fue puesto a disposición de la autoridad judicial, que decretó el secreto del sumario, y por la tarde prestó declaración ante la titular del juzgado de Instrucción número 4, al que llegó a las 17,15 horas en un coche policial procedente de la Comisaría. La declaración se prolongó hasta las 21,15 horas y la juez decretó su ingresó en prisión. El hermano mayor del detenido acudió a los juzgados y no quiso hacer declaraciones a este periódico.

Aunque ni el disparo ni la intervención policial transcendieron entre el vecindario a esas horas de la madrugada, el barrio se levantó, ya por la mañana, con la conmoción de que se había producido este hecho violento y de que un vecino había matado a su padre de un disparo de escopeta. Se trataba de Daniel Cortés Caldera, empleado  la tienda de deportes de caza y pesca de Mostazo, en la avenida Rodríguez de Ledesma. Era el autor del disparo y la víctima, su padre, Ángel Cortés Solana, de 68 años, charcutero jubilado desde hacía dos años. Será enterrado hoy y previamente, a las 9 horas, se celebrará una misa funeral en el Tanatorio San Pedro de Alcántara.

Familia conocida

La familia es muy conocida en el barrio y el detenido también lo es en el ámbito del deporte de la pesca por su trabajo, desde varios años, en la tienda de Mostazo. Daniel Cortés es miembro de la Agrupación de Pescadores Guadiloba. Todos los testimonios recogidos ayer por este periódico coinciden en señalar el buen carácter del detenido, al que tenían aprecio los vecinos que le conocían.  Nadie podía creer la tragedia que había tenido lugar de madrugada en esa casa.

Sobre la víctima, cabe señalar que ha tenido distintos empleos a lo largo de su vida, en diferentes sectores, entre ellos el de la construcción, y también ha trabajado por su cuenta. El último trabajo que ha tenido ha sido en la empresa cacereña Charcutería Mallo, que tiene su almacén de distribución en Malpartida de Cáceres. Los últimos años, hasta su jubilación, los ha desarrollado como charcutero, una tarea que normalmente hacía en mercadillos de distintas localidades de la provincia. «Tenía un carácter arisco, pero yo no puedo decir que fuera mala persona», indicó ayer a este periódico Juan José Mallo, su jefe hasta que se jubiló hace dos años, tras haber alargado unos meses su vida laboral a petición del propio interesado. No obstante, Mallo reconoce que en el último momento acabaron enfadados por discrepancias económicas relacionadas con la finalización de la relación laboral con la empresa.

Todas las opiniones sobre la víctima coincidían en señalar el carácter fuerte e incluso bronco, lo que se evidencia en el hecho de que en varios bares del barrio le tenían prohibida la entrada. En uno de los pocos establecimientos donde sí se le permitía el acceso pasó sus últimas horas. Se trata del bar Julián, donde vio por TV el partido Barcelona-Leganés. Se fue para casa antes de terminar el encuentro. El era un forofo del Real Madrid y, según testimonios recogidos por este periódico, solía alterarse de manera frecuente viviendo partidos televisados. «El fútbol lo perdía», afirmaban unos vecinos en un bar.

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