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Cánovas: la reforma que no llega

Cánovas: la reforma que no llega

Se cumplen diez años desde que el Ayuntamiento propuso la remodelación integral del paseo cacereño por excelencia, pero hasta ahora sólo se han ido sustituyendo las baldosas rotas

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Domingo, 19 de febrero 2017, 08:39

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Cánovas es el paseo por excelencia de los cacereños. Los jubilados comentan el resultado del partido anterior mientras los niños juegan en los dos concurridos parques que hay en el recinto, sin contar el área infantil de Calvo Sotelo, la prolongación de Cánovas que hay más allá de la Fuente Luminosa. A la foto cotidiana que se toma cada mañana en este gran bulevar se han sumado desde enero nuevos protagonistas.

Se trata de los operarios de Conservación Ceres DMD, la empresa con la que el Ayuntamiento tiene contratadas las obras de mantenimiento de la ciudad por 900.000 euros al año. Su misión reside en reponer las baldosas dañadas en un superficie de 1.200 metros cuadrados, además de reparar 25 alcorques. Esta operación tendrá un coste de 45.000 euros.

No es la primera vez que las baldosas de Cánovas son blanco de una actuación de estas características. Se repite, de hecho, cada año. El deterioro del pavimento del paseo se cuela en las conversaciones, sobre todo, cuando llueve. Quien más y quien menos ha sufrido salpicaduras al pisar una baldosa en mal estado del paseo.

Para poner fin de forma definitiva a los problemas que el suelo de Cánovas genera a los viandantes, el Ayuntamiento ha planteado una remodelación integral del recinto, que acaba de cumplir 120 años desde su creación. Se proyectó para unir la ciudad con la antigua estación de tren, situada en Los Fratres. La reforma prevista por el Consistorio no es nueva. De hecho, se anunció por primera vez en 2007, hace diez años.

Apareció contemplada en el último presupuesto elaborado por el gobierno de José María Saponi, que preveía una partida de más de 2,5 millones de euros no sólo para Cánovas, sino también para reformar otras vías del entorno como la avenida Virgen de la Montaña.

Un año después, el ejecutivo de Carmen Heras también incluyó la reforma de Cánovas en sus presupuestos de 2008. En concreto, reservó una partida plurianual de 1,5 millones de euros para mejorar la estética del paseo. Así las cosas, aparecían 300.000 euros en 2008; 600.000 en el año 2009 y otros 600.0000 para 2010.

Pero ninguna de estas partidas se llegó a ejecutar. Las actuaciones en Cánovas se limitaron a las operaciones de parcheos y sustituciones de baldosas puntuales. Como ahora.

Con un nuevo relevo en el sillón de alcaldía, en 2012 la reforma del paseo volvió a acaparar titulares y se coló de nuevo en los presupuestos municipales. En esta ocasión, el gobierno de Elena Nevado anunció una inversión de 1,8 millones de euros, repartida en tres años. Sin embargo, una vez más, la puesta en marcha de las obras volvió a entrar en 'stand by' por el retraso en la aprobación de los presupuestos y por la ausencia de proyecto de obras.

Concurso desierto

Si hay un año en el que la reforma de Cánovas ha estado a punto de materializarse ha sido el 2013. En aquella ocasión, el Ayuntamiento incluyó en su presupuesto una partida de 600.000 euros -en lugar de los 700.000 euros previstos inicialmente- y llegó a convocar un concurso de proyecto y obra, que finalmente se declaró desierto.

Nevado llegó a asegurar que las obras comenzarían ese mismo año. Y el Consistorio envió, incluso, el pliego técnico del proyecto para su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOP) para el inicio del concurso.

Ese pliego inicial daba una idea, a grandes rasgos, de las modificaciones previstas para Cánovas. En la primera fase de las obras se contemplaba un cambio de pavimento, una renovación del mobiliario y de la iluminación y un rediseño de los quioscos existentes, que no afectaba al de la Música. «Queremos un paseo estéticamente atractivo para disfrute de los cacereños», dijo la alcaldesa.

El pliego de condiciones acotaba cómo sería el nuevo pavimento del paseo. Hablaba de una solera de hormigón, preferentemente procedente de alguna cantera extremeña, o prefabricados con acabados naturales. Incluía, además, un itinerario para bicicletas. En fases más avanzadas, el proyecto también preveía cambios en la regulación del tráfico de la Plaza de América y en las paradas de autobús y taxi.

Sin embargo, los planes municipales para Cánovas volvieron a estancarse después de que en octubre de 2013 el concurso convocado por la administración municipal fuera declarado desierto. El comité de expertos constituido para la ocasión consideró que ninguna de las ofertas presentadas cumplía los requisitos y veía necesario, además, hacer la reforma de manera completa y no por fases.

Fueron cuatro las empresas que se interesaron por intervenir en Cánovas. El informe de los expertos ponía de manifiesto las carencias de las ofertas en materia de pavimentación, accesibilidad y la ausencia de estudios sobre arbolados o movilidad, entre otras cuestiones. Además, el informe recogía que una obra tan importante no podía hacerse por fases, sino de manera unitaria, con un coste que rondaría los seis millones de euros.

El comité encargado de evaluar las propuestas estuvo formado por Agustín Matías, jefe del Departamento de Construcción de la Universidad de Extremadura; Antonio Gómez González, arquitecto jefe de Medio Ambiente, Planeamiento y Gestión Urbanística del Ayuntamiento; y Agustín Flores, ingeniero de Edificación. Tras esta decisión, dos meses más tarde, la alcaldesa anunció que la reforma se haría con fondos de la Junta de Extremadura, aunque no llegó a especificar la inversión. Eso sí, preveía que fuera el doble o el triple de lo previsto hasta entonces. Por eso, el Ayuntamiento no incluyó ninguna partida en sus presupuestos de 2014 destinados al Paseo Cánovas.

Nada de la Junta

La realidad ha demostrado que la Junta no ha puesto, hasta ahora, ni un euro para la reforma de Cánovas. En su lugar, la administración regional destinó dinero a otros dos proyectos de la ciudad: la reforma de la calle San Pedro de Alcántara y la remodelación del mercado de abastos de Ronda del Carmen, con una inversión global de 1,7 millones de euros.

Una vez más, Cánovas se quedó en el cajón. Y, de nuevo, regresó a los presupuestos municipales. El Ayuntamiento volvió a incluir su reforma en los presupuestos municipales de 2015. Esta vez, con la partida más ambiciosa contemplada hasta la fecha: 2,9 millones de euros. Eso sí, para la ejecución de la obra, que también incluía a Calvo Sotelo, el Ayuntamiento debía hacer una operación previa: vender parcelas para conseguir dinero. En total, el Consistorio se había propuesto ingresar seis millones de euros mediante esta vía para poder ejecutar las inversiones previstas no sólo en Cánovas, sino en otros punto de la ciudad.

El arreglo del parque de Calvo Sotelo no siempre estuvo vinculado a la reforma global ideada por el Ayuntamiento para Cánovas. De hecho, en octubre de 2012, Elena Nevado anunció que la remodelación de este tramo debería asumirla la empresa que construyera el parking de Primo de Rivera como mejora incluida dentro del pliego de condiciones del concurso. El aparcamiento subterráneo se inauguró el pasado mes de septiembre y Calvo Sotelo, al igual que el resto de Cánovas, sigue esperando su remodelación.

El Gobierno municipal no incluyó la reforma de Cánovas ni en los presupuestos de 2016, ni en los de 2017. Ahora la intención del Consistorio es afrontar la reforma del paseo con fondos europeos.

Preguntado por el futuro más inmediato de Cánovas, el Ayuntamiento, a través de su gabinete de prensa, no da demasiados detalles. Y remite sin concretar actuaciones al DUSI, el paquete de actuaciones proyectadas con los diez millones procedentes de Europa. Hay que recordar que la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible plantea un gran corredor medioambiental entre el Parque del Príncipe y la Ciudad Monumental con un presupuesto de 5,3 millones. Se intuye, por tanto, que la actuación también afectaría a Cánovas, aunque podría tratarse únicamente de un carril bici. Las limitaciones presupuestarias de los fondos europeos hacen pensar que tampoco será la actuación integral tan esperada.

Parques y baños

Con la gran reforma pendiente, Cánovas ha sido objeto en los últimos años de pequeñas mejoras. En diciembre de 2014 se puso en marcha el segundo parque infantil del recinto -además del situado en Calvo Sotelo- ubicado en el tramo comprendido entre el Quiosco de la Música y la estatua de Gabriel y Galán, antes de llegar a la confluencia de la avenida de España con Gómez Becerra.

Y ahora, además de la tradicional sustitución de baldosas, el Ayuntamiento ha iniciado las obras para reabrir los aseos públicos de Calvo Sotelo, que llevan tres años cerrados. Los trabajos arrancaron el pasado día 2 y tienen un plazo de ejecución de tres meses. La inversión asciende a 36.989 euros euros y con su puesta en marcha se da, en parte, respuesta a una recurrente reivindicación del colectivo de la tercera edad. Hay que recordar que el resto de baños públicos sigue sin uso. Tanto los del Parque del Príncipe como los de la Plaza Mayor están cerrados.

Por otro lado, dentro del paquete de asuntos que esperan una solución, destaca el monumento dedicado a Juan Muñoz Chaves. Situado junto a la Fuente Luminosa, una de sus figuras fue decapitada en marzo de 2015. Un joven de 13 años la emprendió contra la escultura con una barra de metal. Fuentes municipales indicaron que la Universidad Popular se ocupa de la restauración de la escultura, extremo que no ha podido ser confirmado. No hay fecha de momento para su arreglo.

Al margen de reformas, reparaciones y asuntos pendientes, Cánovas presume de ser un auténtico jardín botánico en el corazón de la ciudad. Tiene motivos para ello. Según recoge el libro 'Cáceres Verde. El Paseo de Cánovas', escrito por Diosdado Simón y José María Corrales en el año 2001, el bulevar cuenta con algo más de cien especies vegetales distintas. Sólo se conserva un 20 por ciento de los árboles y arbustos de la plantación original que se hizo a finales del XIX y cuyo ejemplo más característico son los cedros que dominan el centro del paseo. Más allá de su patrimonio vegetal, el paseo también conserva algunas farolas de principios de siglo XX, que pasan inadvertidas entre el follaje.

En sus 120 años de historia, Cánovas ha sufrido, hasta ahora, dos grandes reformas. La primera llegó en 1965 con la colocación de la Fuente Luminosa, que dividió en dos el paseo. La segunda fue en 1980, año en el que se sustituyó el suelo de tierra por esas baldosas de las que tanto hablan los cacereños.

«Cánovas necesita una reforma, pero sólo de plaquetas. La arboleda está muy bien cuidada. Pero no hace falta gastar más dinero, sino colocar bien las baldosas», apunta Flores Pulido, responsable del puesto de venta de flores 'Juanvic'. Lleva 32 años vinculado el paseo. «A mí no es que me guste, es que me encanta. Cánovas es Cánovas», zanja.

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