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«Esta ciudad aún no ha sido devastada por el turismo»

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El artículo, del poeta y narrador Diego Doncel, 'Cuando vuelven las cigüeñas' ha logrado el IX premio de periodismo de la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballestero

Cristina Núñez

Domingo, 5 de febrero 2017, 10:52

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Diego Doncel (Malpartida de Cáceres, 1964) utiliza su voz poética para trazar una postal que pretende atraer a viajeros hasta la ciudad. El silencio de la parte antigua es el argumento que recorre el artículo galardonado con el premio de periodismo de la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballestero. 'Cuando vuelven las cigüeñas' fue publicado el pasado 25 de noviembre en el suplemento 'El Viajero' de El País. Visual y lírico, ofrece una instantánea que tiene mucho que ver con lo sensitivo y con su experiencia personal. Salpican el artículo citas y referencias que hablan de la enorme cultura del autor. María Zambrano, De Vigny o Borges asoman en un texto lleno de vida, en el que puede escucharse el aliento del escritor subiendo y bajando por las callejuelas de Cáceres. Doncel es una de las voces imprescindibles de las letras extremeñas. Poeta y narrador, cuenta con premios como el Adonais, que recibió en 1990 por 'El único umbral', o el Premio Café Gijón, en 2012, por 'Amantes en el tiempo de la infamia'. Su última obra publicada es poesía 'El fin del mundo en las televisiones' (Visor) y actualmente su faceta creativa se la dedica a la novela. Es profesor de Lengua y Literatura en un Instituto madrileño. El próximo jueves recogerá este galardón en el corazón mismo de la Parte Antigua.

¿Qué mimbres seleccionó para crear este texto?

La idea que yo quise verter en el artículo es la que tiene alguien que vive en Madrid y que va a Cáceres con frecuencia, la de una ciudad que yo diría que es en muchos sentidos mucho más moderna que Madrid, porque Madrid es una gran ciudad pero llena de ruidos, de contaminación, de prisas, y Cáceres, cuando yo voy, es todo lo contrario. Y sobre todo la Parte Antigua, que es un sitio de silencio, hecho a la medida de la vida de la gente. Ese es el sentido que yo quise expresar ahí. Se iba a llamar 'Cáceres, la ciudad del silencio', pero luego decidimos cambiarle el nombre.

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