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La cooperante Patricia Sierra Solís viajará a Atenas para ayudar a refugiados sirios. :: armando méndez
«He elegido pasar las Navidades             en Grecia y ayudar a los refugiados»

«He elegido pasar las Navidades en Grecia y ayudar a los refugiados»

Patricia Sierra viajará a Atenas el próximo día 25 para trabajar con las personas que habitan pisos ocupados

Cristina Núñez

Miércoles, 21 de diciembre 2016, 07:34

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La Navidad de Patricia Sierra Solís estará despojada de los tópicos típicos de estas fechas. No todo el mundo cree que lo mejor que puede hacerse estos días es consumir y comer hasta morir. Patricia Sierra, profesora de Educación Física en el colegio de Cañaveral cogerá el próximo 25 de diciembre un avión que la llevará a Grecia, a donde regresa tras su paso veraniego para ayudar a los refugiados que huyen del conflicto de Siria, una guerra que se recrudece en Alepo ante los atónitos ojos del mundo. «La situación se ha puesto muy desconcertante», indica esta docente, que pasará tres semanas en Atenas, con un plan muy claro, «intentar acompañar, ayudar y dar recursos a los refugiados sirios y de otras nacionalidades como los afganos o los iraquíes», que llegan en un flujo infinito hasta una Europa que como institución niega lo que muchas entidades sociales o personas a nivel privado intentan ofrecer a manos llenas.

Patricia integra la plataforma Refugiados Cáceres. Se va sola, aunque allí estará con otros voluntarios españoles que conoció en su anterior viaje y con los que ha formado una especia de red. «Esta vez no podré estar en el campo de refugiados de Termópilas, ya que se ha militarizado y lo han cerrado a los voluntarios». Ahora, explica esta mujer llena de energía, acude para brindar su apoyo en los 'squad'. Se trata de bloques de pisos y hoteles abandonados que se han ocupado y en donde se hacinan los refugiados. «Vamos a llevarles alimentos, porque nos han dicho que en uno de ellos la gente solo come pan duro». Otra de las misiones que pretende hacer Patricia es llevar ropa interior nueva a las mujeres. «Se trata del colectivo más vulnerable», indica.

Patricia empleará unos 3.000 euros en ayudar a estas personas. Tal y como explica con total humildad este viaje lo hace en sus vacaciones y «con mi paga extra de Navidad». Además de este dinero, otro lo ha recaudado en distintas acciones solidarias como carreras, desayunos e iniciativas que ha articulado a través de la Universidad Popular. Está abierta también a las donaciones privadas, y hay una cuenta habilitada. Se pueden hacer transferencias en el número ES95 3009 0059 58 2099776615. Suele comprar la mayor parte de los bienes en el terreno, porque el traslado en containers desde España es caro.

Niños

Cuenta Patricia Sierra que la situación para los niños es especialmente dramática. «Hacen dibujos en los que ellos aparecen con lágrimas, dicen que tienen lágrimas por dentro y tienen la mirada perdida».

En los 'squad', en los pisos ocupados, los niños viven recluidos. «En los campos de refugiados tienen más movilidad, puedes hacer juegos, hay más formas de entretenerles». Explica Patricia que, por las informaciones que le han dado, los refugiados no se mueven demasiado de estos espacios, abiertos por voluntarios hace unos meses. Su existencia se está dando a conocer entre los refugiados y muchos de ellos llegan por su propio pie, aunque al parecer todos están al máximo de su nivel de ocupación.

Una parte del presupuesto que lleva a Grecia lo destinará a proporcionar juguetes a estos niños. «Aunque muchos de ellos son musulmanes y no celebran la Navidad, es importante hacerles recuperar la ilusión». Recogen los juguetes en el almacén de Elliniko, donde también hay un campo de refugiados.

Uno de los proyectos que lleva a a Atenas con más impulso es 'Una bolsa de ilusión'. Se trata de llevar a los más pequeños «algo que nunca han probado, el chocolate». Explica Patricia que se trata de ir sembrando alegría con pequeños gestos. También atenderán a los bebés que han nacido en los últimos meses y les proporcionarán pañales. También en estos alojamientos se encuentra una niña con una enfermedad rara a la que tratarán de ayudar.

Reflexiona esta joven en voz alta sobre la situación tan dura que le ha tocado vivir al pueblo sirio. «Te encuentras a gente normal, a un inspector de Educación, gente con distintas profesiones que vivía de manera normal, que atraviesan un mar y creen que van a alcanzar una vida mejor y que, muchos de ellos han vuelto a Siria a morir». Reconoce que se identifica con esa población, que vivía de forma pacífica hasta que arrancó una guerra que va a cumplir seis años.

En enero Patricia va a crear oficialmente una asociación para articular todas las ayudas para los refugiados. Aún le está dando vueltas al nombre, pero seguramente contenga las palabras «esperanza y sonrisas». Eso es lo que le gustaría llevar a un pueblo lleno de incertidumbre y de dolor.

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