Borrar
Directo Directo | La Soledad no procesionará por las calles de Badajoz este año
Imagen de los edificios situados en los números 4 y 6, en plena rehabilitación. :: armando méndez
Savia nueva en General Ezponda

Savia nueva en General Ezponda

En la antigua pastelería 'Cabeig' habrá una churrería y apartamentos de alquiler mientras el local de la 'ferretería Rey' tendrá uso hostelero

María José Torrejón

Lunes, 5 de diciembre 2016, 07:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Algo está cambiando en General Ezponda, conocida popularmente como la calle de los bares por su animado pasado durante la movida cacereña. Después llegó el ocaso, el cierre de locales y el deterioro de los edificios situados en esta vía castiza del casco viejo, que une la Plaza de la Concepción con la Plaza Mayor.

Sin embargo, desde hace unos años el sino de General Ezponda ha dado un giro. Su revitalización, asociada a la reforma de la Plaza Mayor de 2011, camina a paso lento. Pero parece que firme. En estos momentos sólo hay un local comercial vacío. La muestra más evidente de su atisbo de recuperación es el desembarco casi simultáneo de dos proyectos empresariales que traen aparejada la rehabilitación de dos edificios cerrados. Se trata de los inmuebles situados en los números 6 y 4, separados ambos por la calle Ríos Verdes.

Uno de ellos, el del número 6, albergará una churrería y cuatro apartamentos de alquiler, además de otro negocio aún por determinar. Se trata de una iniciativa promovida por la sociedad denominada Cáceres Turística. El otro edificio, conocido por acoger en sus bajos durante años la ferretería Rey, también será recuperado, aunque en este caso la actuación afecta al local comercial y a la fachada exterior. Emilio Rey Núñez, de 25 años, y perteneciente a la tercera generación de hosteleros vinculados a la Plaza (es hijo del torero Emilio Rey Corrales y nieto de Emilio Rey Holguín, fundador de la cafetería 'El Pato'), ha decidido abrir en este local familiar un negocio de hostelería orientado a los desayunos y las meriendas. Al igual que sus vecinos, despachará churros, además de tartas y pastelería casera. Quiere enfocarlo, avanza, al público joven de Cáceres.

En ambos casos las obras están en marcha. Aunque los trabajos en el número seis comenzaron hace tiempo, es ahora cuando se han hecho más visibles con la instalación de andamios y una red negra que cubre toda la fachada. «Cuando adquirimos el edificio estaba en muy malas condiciones. Teníamos ganas de hacer algo en el centro y la rehabilitación nos llamaba mucho la atención. Cáceres tiene un potencial turístico espectacular», cuenta José Carlos Lucio, uno de los dos hermanos cacereños que integran la sociedad Cáceres Turística.

Tras superar las dificultades iniciales para conseguir las licencias oportunas y lograr financiación bancaria, la rehabilitación va viento en popa. La sociedad invertirá 300.000 euros en las obras de acondicionamiento, que ejecuta en dos fases. Antes de fin de año debe estar terminada la fachada para ajustarse al plazo marcado por la subvención recibida.

Después será el turno de los dos locales comerciales y el interior de las viviendas. Los promotores esperan tenerlo listo para Semana Santa. La churrería estará en el local que tiene acceso por la calle Ríos Verdes. Para el situado en General Ezponda la sociedad baraja varias alternativas: desde un asador hasta un bar de copas. Muchos cacereños asociarán este espacio a su pasado dulce. Teófilo Amores Mendoza, secretario durante años de la Cámara de Comercio y poseedor de un gran fondo fotográfico y documental sobre negocios antiguos de la ciudad, recuerda que aquí estuvo ubicada de 1914 a 1953 la confitería y pastelería de Toribio Muñoz, 'La Mallorquina'. Y que a partir de 1953 el negocio pasó a manos de Carlos Becerra Iglesia, que cambió el nombre de la pastelería y le puso 'Cabeig', de acuerdo a sus propias iniciales. «Con esa denominación la hemos conocido todos los que tenemos más de 50 años», añade Amores. La primera planta, apostilla, estuvo dedicada a uso hotelero. «Aquí tuvo Antonio Álvarez Rivera su primera fonda, entre los años 1930 a 1935. Luego abrió el Hotel Álvarez en la calle Moret», evoca en referencia al actual hotel Alfonso IX. Antonio Álvarez fue el padre del creador del Complejo Álvarez, que se llamaba igual que su progenitor.

José Carlos Lucio llega con fuerza y con nuevos proyectos para General Ezponda. «La calle debería ser totalmente peatonal. Nos gustaría que vuelva a tener la importancia que tuvo. Antes era muy mítica», evoca. Su intención es reunirse con el resto de empresarios de la vía para iniciar acciones conjuntas.

Entrada permitida a perros

Mientras tanto, en el número 4 los trabajos empezaron hace dos semanas. La idea es que la antigua ferretería Rey pueda abrir sus puertas por Reyes convertida en una cafetería de 120 metros con encanto que permitirá la entrada a perros y que programará actividades culturales, como exposiciones y microteatro.

La puesta en marcha de este negocio supondrá la creación de cinco puestos de trabajo. «Mi intención es que la gente se sienta como en casa», avanza Emilio Rey Núñez. «Me hace ilusión participar en recuperar la calle. Me da pena que una calle como ésta no tenga vida», añade el joven.

En este caso, también se trata de un local con pasado comercial. Antes de que su abuelo, Emilio Rey Holguín, pusiera en marcha la ferretería, fue un referente para el mundo de la moda al acoger Almacenes Mendoza. También en este punto de General Ezponda se fijó Lorenzo Santos Molano para abrir una tienda de ultramarinos. La historia de esta calle, transitada por turistas y cacereños, se sigue escribiendo con la llegada de savia nueva y proyectos del siglo XXI.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios