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Participantes en el homenaje a la figura del minero, celebrado en la glorieta de acceso a Aldea Moret. :: lorenzo cordero
Aldea Moret saca pecho por su pasado y pide el arreglo del poblado minero

Aldea Moret saca pecho por su pasado y pide el arreglo del poblado minero

El barrio acogió ayer el homenaje a los antiguos trabajadores de las minas y rescató la procesión de Santa Bárbara

María José Torrejón

Lunes, 5 de diciembre 2016, 07:53

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Ayer fue un día para sacar pecho en Aldea Moret, que cada mes de diciembre vuelve la mirada hacia su pasado minero. Desde hace cinco años, el movimiento que lucha por mantener viva esta época de la ciudad y su legado ha cobrado forma de asociación -Amam (Asociación Minas de Aldea Moret)- y organiza un encuentro al que acuden personas vinculadas al barrio repartidas por todo el país.

En el marco de este encuentro se brindó pasadas las doce del mediodía el tradicional homenaje a la figura del minero, simbolizado en la escultura que hay situada en la glorieta de entrada al barrio. Y, en particular, este año se ha querido reconocer la trayectoria de tres antiguos trabajadores de las minas: Constantino Trejo Carrasco (a título póstumo), Anastasio Andrada Márquez y Pedro Mendoza Cisneros.

Aunque el reconocimiento oficial tendrá lugar hoy en la XII gala del Festival Flamenco de las Minas de Aldea Moret, que se celebra en el Gran Teatro a partir de las 20.00 horas, ayer los homenajeados y sus familiares también recibieron el calor de los asistentes. En realidad, el único que estuvo físicamente fue Anastasio. En representación de Constantino, fallecido el pasado mes de febrero, fue su familia. Pedro Mendoza, antiguo soldador, tampoco pudo asistir por problemas de salud. En su lugar, estuvieron sus dos hermanos, Paco y Manuel. No obstante, hoy sí se le espera en el Gran Teatro. La entrada para la gala cuesta cinco euros y actuará, entre otros, Curro Piñana, que es premio lámpara minera, con Antonio Muñoz al toque.

Anastasio comenzó a trabajar en la mina con apenas 16 años. Ahora ya ha cumplido los 81. «Había tres turnos de ocho horas. Yo estaba en la fábrica de abonos y, cuando necesitaban refuerzos, bajaba a la mina. También cargaba las vagonetas. Era un trabajo muy duro», evoca. En la década de los sesenta, cuando la actividad minera se acabó, emigró a Cataluña para buscarse la vida en la construcción.

Constantino Trejo procuraba no faltar ningún año al homenaje minero. Durante sus años en activo en la mina se dedicó a revisar los contadores de luz y el consumo. Esta vez le tocaba a él ser uno de los reconocidos. Pero no ha podido llegar con vida. Falleció con 75 años de edad. En su lugar, estaba Antonio Trejo, su hermano pequeño, y otros familiares. «Mi padre también trabajó en la mina y murió a los 56 años por silicosis», recuerda Antonio.

La Banda Municipal de Música puso la banda sonora a la jornada y el presidente de la Asociación Minas de Aldea Moret, Eugenio Muñiz, la reivindicación. El colectivo pide la recuperación del poblado minero y su potenciación para incluirlo dentro del circuito turístico que Cáceres brinda a los visitantes. «Tenemos el deseo de que el poblado minero se pueda reconstruir conservando la misma fisionomía que tenía. Muchas de las casas están arruinadas», detalla Eugenio Muñiz. Fue el último ingeniero de las minas. «Estaba en el momento en el que se decidió cerrarlas porque ya no éramos competitivos», evoca. Corría el año 1960.

Sobre el poblado minero, declarado bien de interés cultural (BIC), existe ya un proyecto de recuperación. Se trata de un plan especial que afecta a un residencial en el que viven 16 familias y que es exponente del modelo de ciudad jardín del siglo XIX. El plan aborda la reordenación de la zona con su adaptación al plan de Urbanismo (PGM), ya que se trata de un suelo urbano no consolidado. El proyecto fue aprobado el pasado mes de julio de forma definitiva en el Ayuntamiento y ahora es la Junta de Extremadura la que debe llevarlo a cabo con una inversión cifrada en tres millones.

Por el poblado minero pasó ayer, precisamente, la procesión con la imagen de Santa Bárbara que puso fin a la misa celebrada en el templo de San Eugenio. Hacía medio siglo que la talla, patrona de los mineros, no salía a la calle y el desfile de este año ha sido una de las grandes novedades el programa.

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