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Manuel M. Núñez
Domingo, 18 de septiembre 2016, 08:44
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Es un pantano, pero en según qué partes más bien parece un desierto. Valdesalor presumía de embalse. En el que se construyó en 1964, destinado sobre todo a la pesca y al regadío, se han vivido épocas de esplendor que poco tienen que ver con la imagen actual. Se han evaporado el 75 por ciento de las reservas existentes, lo que deja inmensas zonas de terreno agrietado, repletas de pastos y roca y en las que desde hace meses no queda una gota de agua. El nivel que marca el Sistema de Información Hidrológica (SAIH) de la cuenca del Tajo es de solo 3,5 hectómetros cúbicos, sobre un total de 14 de capacidad.
El pantano del Salor se encuentra al 25 por ciento, muy lejos de la media de las reservas totales de agua en otras infraestructuras similares en la provincia de Cáceres, en la que se ronda el 65 por ciento. Para hacerse una idea de que no se trata de una situación habitual, solo hay que echar un vistazo a la estadística histórica.
A estas alturas del año, el promedio de los 10 últimos años en Valdesalor se acerca al 41 por ciento, es decir, 16 puntos porcentuales más que ahora. El año pasado rondaba el 36 por ciento.
Las escenas son explícitas, sobre todo en la parte más próxima a Torreorgaz. Allí ya es posible cruzar a pie o incluso en un vehículo de una orilla a otra. Los espacios que antes eran ocupados por los pescadores ahora configuran un paisaje desolador. Los únicos peces que se ven son los que no han logrado sobrevivir a la sequía y han aparecido muertos, ya en estado de descomposición.
Las familias con sus enseres de camping, las sombrillas y las costeras repletas de piezas ya no acuden. Por mucho que siga estando en su sitio el cartel de la Junta de Extremadura en el que se lee 'coto de pesca', es un escenario árido, un páramo en el que al fondo se observa un rebaño de ovejas en busca del agua que alguna vez hubo allí.
Los pescadores deben acercarse hasta las inmediaciones de la presa y alrededores para practicar su deporte favorito.
Solo entre junio y septiembre, el pantano ha cedido un 50 por ciento de su nivel. Hace tres meses tenía 7,1 hectómetros cúbicos. Ya solo le quedan 3,5, lejísimos de sus 14 cuando está completo y el agua cae por la presa, aguas abajo. Esa foto se hizo por última vez en febrero de 2014.
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