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Hospital San Pedro de Alcántara.
El SES defiende la actuación médica en el caso de la joven muerta tras el parto

El SES defiende la actuación médica en el caso de la joven muerta tras el parto

Nagore Orcera pudo fallecer por una coagulación intravascular diversificada producida tras la cesárea

redacción

Lunes, 29 de agosto 2016, 22:42

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El Servicio Extremeño de Salud (SES) ha defendido la actuación de los profesionales médicos que intervinieron el pasado miércoles en el caso de Nagore Orcera, la joven de 30 años fallecida en el hospital San Pedro de Alcántara tras serle practicada una cesárea programada, y que en un primer momento transcurrió con normalidad. El bebé que dio a luz se encuentra en buen estado de salud, tal y como se ha informado.

A través de un comunicado de prensa, el SES asegura «no tener razones para dudar de la actuación de sus profesionales», una vez que ha revisado todos los pasos que se dieron tanto en quirófanos, como en planta y en la UCI a lo largo la jornada del pasado día 24 de agosto, y añade que «no ha escatimado ni escatimará nunca medios materiales o humanos para salvar la vida de los pacientes».

Desde el SES no se ha querido entrar en detalles sobre cómo se produjo el fallecimiento de Nagore, residente en la localidad cacereña de Madrigalejo. Había tenido un embarazo normal, pero el pequeño traía una vuelta de cordón por lo que se le había programado una cesárea para su segundo hijo. Para el primero se le había practicado otra.

«El SES», ha añadido en la nota de prensa difundida tras saltar a la opinión pública el caso, «quiere transmitir sus condolencias a la familia Orcera y su plena disposición para cualquier información que precise. Desde que se tuvo conocimiento del caso, se ha actuado con total transparencia y facilitará toda la información que se requiera ante cualquier vía de investigación que se abra».

Fuentes de la familia de la joven han indicado a este diario que aún no han decidido si presentarán una denuncia judicial por los hechos ocurridos, aunque se han puesto en contacto con una abogada para saber los pasos que deben dar en el caso de que así lo decidan.

Sus familiares han dejado patente a través de las redes sociales su malestar por las circunstancias en las que se produjo el fallecimiento de Nagore en el hospital San Pedro de Alcántara, pues entienden que en algunos momentos se podía haber actuado con mayor celeridad y eficacia. Por ejemplo, mantienen que pasó demasiado tiempo desde que la joven advierte de que está sangrando cuado se encuentra en planta hasta el momento en que entró en quirófano, periodo que estiman pudo ser determinante en el desenlace final.

Además, indican que las hemorragias podían haberse detenido con un medicamento que, según se les indicó ese día, debía ser traído desde el hospital de Mérida.

Echan en falta, igualmente, que responsables del SES contacten personalmente con ellos para tener información de primera mano de los motivos que causaron el fallecimiento de la joven.

La muerte de Nagore, a la que no se practicó la autopsia por deseo de la familia, pudo deberse a una coagulación intravascular diseminada, conocida médicamente por su acrónimo CID. El resultado, como le sucedió a la joven nacida en Vitoria pero residente en Extremadura desde hace más de una década, es que el paciente se desangra.

Tras serle practicada la cesárea, a primera hora de la mañana, la fallecida fue trasladada a planta sobre las diez. A la familia se le informó del feliz nacimiento y del buen estado de la madre, aunque ya se indicó que había sangrado más de lo habitual durante la césarea.

Una vez en planta, al comprobarse que manchaba en exceso y tras ser avisados primero las enfermeras y luego el ginecólogo de planta, se decidió que debía ser trasladada de nuevo al quirófano en la idea de que algún punto se había ido, lo que estaría provocando la pérdida de sangre. Pasada las once y media de la mañana, Nagore volvió a ser intervenida.

El CID es un proceso patológico originado por una infección, pero los desencadenantes pueden ser múltiples. Por ejemplo, el hecho de que tras el alumbramiento quedara en el interior de la madre restos de la placenta, aunque según ha podido conocer este diario, el seguimiento hecho por el SES del caso de Nagore lo ha descartado.

Profesionales consultados han coincidido en señalar que la coagulación intravascular diseminada no se puede prever, ni siquiera a través de las analíticas habituales que se realizan a las mujeres embarazadas. Se actúa cuando aparece y, en este sentido, se considera correcta la decisión practicada con la joven de quitarle el útero y vaciarla, con el objetivo de acabar con el origen de la infección.

El resultado, sin embargo, no fue suficiente, aunque en un primer momento tras su traslado a la UCI el estado de Nagore, que ya habíasuperado una parada cardiorrespiratoria, pareció mejorar. También fueron insuficientes las continuas transfusiones de plasma fresco que se le practicaron, con una veintena de bolsas, hasta el momento en que se produjo el fallecimiento.

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