Satisfacción en la clausura de un Womad algo mermado por la lluvia

La organización, a través de un comunicado, explicó que las precipitaciones «no pudieron con el entusiasmo popular ni con las muchas ganas de los artistas, que dieron lo mejor de sí mismos como respuesta al público». En esa nota agradecen lo que califican como «éxito» y aseguran que ya están trabajando en el Womad de 2017. Esta edición de aniversario ha contado con un generoso presupuesto de 460.000 euros que ha incrementado en 100.000 el que se contaba el año pasado. Ha habido alguna actividad más, como 'Mundo de Palabras', pero en lo estrictamente musical, el programa del Womad ha contado con las mismas actuaciones, ya que el escenario extra de Santa María estaba financiado por el Instituto de la Juventud de Extremadura.

Precipitaciones

Ángel Carvajal, jefe de la Policía Local, cifra en 20.000 las personas que asistieron a conciertos el viernes, contra los 11.000 como máximo del sábado. También asegura que se han producido menos botellones, algo que se nota en la cantidad de basura recogida. Explica que fueron decomisadas 400 latas de bebidas por el centro de la Plaza. Según la asociación DYA, que ha dado servicio junto a Cruz Roja y Ara, ellos han efectuado 22 asistencias en el festival, casi todas el sábado, y mayoritariamente por consumo de alcohol y drogas.

A pesar de la lluvia, comerciantes y hosteleros parecían mostrarse satisfechos del balance. Manuel Rey, de la cafetería Cáceres, señaló que en esta edición la cosa ha estado «más floja», y que el colapso de los soportales impedía el acceso al bar, pero que, en general «Womad supone una inversión». Moisés Gallego regenta la bocadillería 'Rosendo', que lleva 30 años en Pintores. Él también cree que la cosa estuvo más floja, y que la gente se retiró después de los conciertos, a diferencia de lo que sucede con buen tiempo.

En cuanto a los artesanos de Cánovas, la sensación es que el balance no es demasiado malo teniendo en cuenta lo mucho que llovió el sábado. Así lo ve Sebastián Medina, que fabrica orfebrería y viene de Alicante y también Berna Ciudad, de Jerte, que opina que «para lo que ha llovido no ha sido tan desastroso». Ambos son críticos con la organización, porque creen que no se distingue entre fabricantes y meros vendedores y que la imagen es caótica. «Deberían tomar nota de otros festivales, donde todo se hace con más cuidado», apunta Medina.

«Para el tiempo que hizo y lo que llovió, no ha sido tan desastroso, no ha estado tan mal»

«Hubo gente, pero después de los conciertos la gente no se quedó, se fue a casa»

«El mercado de artesanía está muy mal organizado, deberían tomar nota de otros festivales»