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Manuel M. Núñez
Miércoles, 20 de abril 2016, 08:33
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El Gobierno local no quiere pillarse los dedos con el ruido. Si hace unos días el concejal de Seguridad admitía que podía recuperarse la Mesa del Ruido que se creó en 2011 como una fórmula de diálogo entre todas las partes afectadas (vecinos, políticos, hosteleros, técnicos...), ahora la propia alcaldesa deja muy claro que se debe cumplir a rajatabla la normativa. Se han dado instrucciones a las distintas secciones municipales que tengan que ver con autorizaciones de actos «que impliquen la emisión de ruidos» para que hagan constar en las correspondientes resoluciones «que el nivel de los mismos no puede sobrepasar los niveles acústicos establecidos en la Ordenanza Municipal sobre Protección del Medio Ambiente en Materia de Ruidos y Vibraciones». La Junta de Gobierno local avala la propuesta de que las autorizaciones que se produzcan incluyan en los correspondientes expedientes la solicitud de un informe al Servicio de Urbanismo. La alcaldesa, Elena Nevado, quiere que los técnicos estén atentos a cualquier detalle.
El cumplimiento de la normativa debe ser ineludible. En este sentido, la propia ordenanza establece un máximo de 25 decibelios para zonas residenciales en dormitorios entre las 11 de la noche y las siete de la mañana. Ha habido casos, como el festival EuropaSur, en los que se rozaron los 47 decibelios en una habitación del hotel Atrio.
Las resoluciones municipales sobre autorización de eventos deberán incluir, si es preciso, una apreciación: el cumplimiento del artículo 7.3 de la ordenanza. El mismo permite una excepción al cumplimiento de los niveles de ruido, en este caso, en «actos con especial proyección oficial, cultural...».
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